5 febrero | Jóvenes
«El corazón del sabio está a su mano derecha, pero el corazón del necio a su mano izquierda. Aun mientras va de camino, al necio le falta cordura, y va diciendo a todos que es necio» (Ecle. 10: 2-3).
El libro de Proverbios enseña que lo opuesto a la sabiduría es la necedad. En casi todos los capítulos, se percibe una lucha entre el sabio y el necio. ¿Quién será el que gana este duelo?
Frecuentemente utilizamos la palabra ‘necio’ para referirnos a una persona de poca inteligencia. Sin embargo, en la Biblia, el necio no es un idiota. Independientemente de la capacidad cognitiva, se trata de alguien que ignora la sabiduría divina y no se conduce conforme a ella.
Sabiduría implica conocer a Dios y hacer lo que él pide. Necedad, por su parte, es huir de Dios y hacer solo la voluntad propia. La persona sabia camina en la dirección de Dios, mientras que el necio sigue su propio camino. El «inteligente» que excluye a Dios de sus planes termina siendo guiado por una necedad disfrazada de entendimiento.
El necio no se considera a sí mismo necio, y el sabio nunca se considera sabio. Pero cuando alguien es necio, todos lo saben, excepto él. El necio no considera las consecuencias; actúa por impulso. En Eclesiastés 10: 1, Salomón dice que el necio es como una mosca en el perfume o una naranja podrida en el cesto, es decir, siempre contamina su entorno. El necio no aprende de sus propios errores. Forma parte del grupo de los fracasados, que incluye al pendenciero y al perezoso. Salomón tenía tolerancia cero con las actitudes propias de personas así.
La Biblia llama a las acciones del necio insensatez. Esta característica se relaciona con la falta de sentido común y visión. El insensato no percibe el impacto de las consecuencias de sus actos. Esto también se llama estupidez o necedad. La Biblia advierte que el camino del necio es una espiral descendente. La insensatez siempre genera más insensatez.
Hoy en día, la sabiduría y la necedad te hacen la misma invitación: «¡Ponte de mi lado! Elígeme a mí». La sabiduría ofrece vida, la necedad, muerte. ¡La elección es tuya!