30 diciembre | Jóvenes
«Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá más muerte, ni habrá más llanto ni clamor ni dolor, porque las primeras cosas ya pasaron» (Apoc. 21: 4).
Una vez visité la casa de una tía mía que literalmente vivía frente a un cementerio. Aunque el lugar era tranquilo (¡los vecinos no molestaban!), confieso que no me sentí cómodo durante el tiempo que pasé allí. En ese momento, era adolescente y mi mente estaba llena de supersticiones.
Son muy pocas las ciudades que no tienen un cementerio. Pacaraima, en el estado brasileño de Roraima, en la frontera con Venezuela, es una de ellas. Su suelo no es apto para enterrar cuerpos humanos. Cuando alguien muere en la ciudad, el entierro se realiza en otro lugar. Cada vez que pasaba por allí, recordaba una maravillosa promesa de la Biblia. La Nueva Jerusalén tampoco tendrá cementerio. Y la razón no es la misma que en Pacaraima. El suelo de la Ciudad de Dios no tiene ningún problema. La razón es otra: sus habitantes nunca morirán.
La Nueva Jerusalén estará cubierta de piedras preciosas y revestida con la gloria del Cordero. Allí no habrá nada impuro ni malo. Ninguna ganancia terrenal puede compararse con la felicidad eterna que disfrutaremos en ese lugar. No solo no habrá cementerios allí; todo lo relacionado con el dolor, sufrimiento, lágrimas, angustia, enfermedad y muerte desaparecerá.
No habrá hospitales ni prisiones. No habrá pandemias, robos ni asesinatos. No habrá cortejos, ceremonias fúnebres ni homenajes póstumos. Todos los salvos vivirán eternamente felices y libres de cualquier amenaza de muerte. Podremos caminar por las calles de esta ciudad en cualquier momento del día sin preocuparnos por la seguridad. Todos los policías y militares jubilarán sus uniformes y disfrutarán de la seguridad que Dios promete establecer, ya que no habrá conflictos ni delincuencia.
¿Deseas vivir en este lugar? ¿Te vienes preparando para habitar en esta gran ciudad? Jesús se marchó para habilitar un lugar para cada uno de nosotros, él lo prometió. ¡Prepárate! Pronto estaremos en nuestro nuevo hogar.