18 marzo | Jóvenes
«El que es el mayor de vosotros sea vuestro siervo» (Mat. 23: 11).
Elena G. White enseña que los «seguidores de Cristo han sido redimidos para servir. Nuestro Señor enseña que el verdadero objeto de la vida es el ministerio. Cristo mismo fue obrero, y a todos sus seguidores les presenta la ley del servicio, el servicio a Dios y a sus semejantes» (Palabras de vida del gran Maestro, pág. 262).
La madre de Santiago y Juan pidió a Jesús que sus dos hijos tuvieran un asiento preferencial en el reino del Mesías. Sus intenciones eran buenas, pero no entendían la naturaleza del gobierno de Dios. Jesús mismo afirmó: «No sabéis lo que pedís» (Mat. 20: 22).
Entonces, Jesús aclaró a todos los discípulos el marcado contraste entre el reino de los hombres y el Reino de Dios. Para la naturaleza humana, el más grande es aquel que está en la cima. Para Dios, la pirámide está invertida. La gran lección que el Maestro nos enseña aquí es el ejemplo: él no vino para ser servido, sino para servir. «Sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por todos» (Mat. 20: 26-28). La verdadera grandeza consiste en servir a los demás. Y la actitud de siervo es la actitud apropiada para todos los discípulos de Jesús.
La vida de Dwight Moody está llena de inspiración. Fue uno de los predicadores más grandes de la iglesia cristiana de todos los tiempos. Utilizado de manera extraordinaria por Dios, también era un hombre completamente sumiso. Fue invitado a realizar una serie de conferencias para pastores en Inglaterra en una época en la que no había pavimento adecuado en las calles de Londres. En grandes concentraciones como esa, era costumbre asignar a alguien para limpiar los zapatos de los participantes durante la noche.
Las personas dejaron sus zapatos afuera de la puerta, pero los organizadores del evento olvidaron contratar a alguien para esa tarea. A la mañana siguiente, los zapatos estaban limpios y lustrados, y todos se preguntaban quién había hecho el humilde servicio. Descubrieron más tarde que Moody había pasado la noche en vela, haciendo el trabajo de un siervo.
Quien posee la actitud de siervo no elige la hora ni el lugar para hacer lo que se necesita hacer. Todos los grandes hombres y mujeres de Dios dejaron sus huellas en la historia gracias a una vida de servicio.