Mujeres menos conocidas de la Biblia

La adivina de Endor

Fue una hechicera o adivina en el pueblo de Endor quien, a petición del rey Saúl, llamó a un espíritu o fantasma que aparentó ser el profeta Samuel. En este caso, existen dos opciones: que Samuel realmente estuviera presente allí y que fuera convocado por el poder de Dios o de Satanás, o que Samuel no estuviera presente y que la voz e imagen proyectada provinieran de otra fuente. El texto revela una pista que indica que la primera opción no es posible, «comprendió Saúl que era Samuel» (1 Samuel 28: 14). Nuestras percepciones pueden llevarnos a equivocaciones. En 1 Crónicas 10: 13, 14 Saúl es condenado por pedir consejo de esta manera, por lo cual la aparición no puede provenir de Dios.

Esta historia refleja el deseo de algunos de conocer las cosas ocultas, adentrándose en terrenos oscuros para obtener conocimiento. Muchas veces las mujeres se encuentran a ambos lados del relato: o deseando saber lo que Dios no ha revelado, o dando consejos que no provienen de él. Las dos posturas son peligrosas y representan el pecado original. Hay cosas de la vida que no se pueden conocer ni entender. Algunas veces hay que esperar en ese lugar incómodo de desconocimiento para que Dios pueda llevar a cabo su voluntad y su poder sanador pueda ser revelado. Es un lugar de fe y esperanza, un lugar de confianza aunque no se tengan todas las respuestas.