Lección 5
Rut 1: 1-6, 8, 16-21; 2: 1-3, 19, 20; 3: 6-11 y, mientras lees este relato bíblico, anota las frases o palabras que te llamen la atención.
¿Cuál era el significado de la petición: «Extiende el borde de tu capa sobre tu sierva, por cuanto eres pariente cercano»?
ESTUDIEMOS
Este relato nos trae uno de los más fascinantes temas de las Escrituras, el que comenzamos a estudiar en la lección previa: el Go'el. Realmente, creo que una vez que comprendemos este concepto, presentado desde el Génesis hasta el Apocalipsis, comenzamos a entender el plan de salvación. Go'el es una palabra hebrea que significa «pariente redentor». Como hemos visto en la lección anterior, el «pariente más cercano» podía hacer varias cosas por su querido familiar que nadie más podía. Por ejemplo, el Go'el tenía la posibilidad de redimir a un pariente que se había vendido a sí mismo como esclavo (Levítico 25: 47-54). ¡Lo podía poner en libertad! También estaba en su mano redimir la propiedad que había sido entregada por un pariente pobre (Levítico 25: 25-34). Asimismo, el Go'el era quien debía casarse con la viuda de un pariente que había muerto sin descendientes a fin de proveer para la viuda y asegurarse que el linaje de la familia continuara, hecho que quitaría su vergüenza (Deuteronomio 25: 5-6). El libro de Rut está escrito teniendo este concepto en mente (dedica un momento para leerlo; ¡es una fascinante historia de amor!). Cuando Noemí y Rut enviudaron y volvieron a Belén como dos mujeres desamparadas, descubrieron que Booz era su Go'el (Rut 2: 20) y se regocijaron. Al final, Rut le pidió que la tomara bajo su cuidado y proveyera para ella: «Soy Rut tu sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu sierva, por cuanto eres pariente cercano [Go'el]» (Rut 3: 9). Él lo hizo, y con ello quitó su vergüenza; llegó a ser su redentor.
Bueno…aquí está. Cuando Dios nos creó a su imagen, se comprometió a un plan de rescate porque él era nuestro «pariente más cercano». Él es nuestro Go'el y nosotros somos sus hijos amados. Esta palabra llega a ser un nombre descriptivo de Dios que, usualmente, se traduce como «Redentor» en nuestras Biblias (ver Isaías 63: 16). Cuando Jesús se hizo carne, cumplió todos los compromisos del Go'el, dando su vida para rescatarnos, para redimirnos con su sangre y no por precio (ver Marcos 10: 45; Isaías 52: 3) y para redimir nuestra tierra. Este es el tema más sorprendente a lo largo de de las Escrituras. Nos explica que cuando confiamos en el rescate pagado por el
Go'el, podemos vivir con la seguridad de vida eterna. «¡Yo sé que mi Redentor vive!» (Job 19: 25).¡Oh, mi amado Redentor! ¡Extiende tu capa sobre mí…y quita mi vergüenza!
Llena los espacios en blanco con tu propio nombre:
«Las mujeres le decían a ¡Alabado sea el Señor, que no te ha dejado hoy a ti sin un redentor!» (Paráfrasis de Rut 4: 14, NVI).
¿Qué significa esto para ti?
COMPRENDAMOS
JUDÁ, TAMAR, RUT Y DAVID: El concepto del pariente redentor como el responsable de continuar con el linaje familiar, se encuentra a lo largo de las Escrituras. Hay una historia registrada en Génesis 38 que para nosotros es difícil de entender antes de estudiar este particular compromiso del Go'el. Por favor, dedica un momento a leer Génesis 38. Es interesante que esta historia haya sido vinculada con Rut, David y Jesús en la narrativa bíblica.
«Veraz a su palabra, ella [Tamar] se había guardado para casarse con Sela, pero Judá había fallado en mantener la promesa que le había hecho. Para cumplir con la responsabilidad de tener un hijo para mantener el linaje de su fallecido esposo Er, Tamar se humilló a sí misma para hacer responsable a Judá de no haber cumplido con su palabra […] Como resultado, una mujer cananea hizo responsable a Judá, un varón israelita, de mantener el compromiso de proteger la continuación del linaje de su hijo mayor. En la providencia de Dios, de la descendencia de ella nació David (Rut 4: 12, 18-22; Mateo 1: 3-6). Tanto Judá como Tamar fueron vindicados: Tamar, por el reconocimiento de Judá en la participación del embarazo de sus hijos mellizos, y Judá, por admitir que ella había actuado en forma “más justa” que él. El final de la historia fue con gozo: Tamar dio a luz a mellizos» (Hartley, Genesis, pág. 318).
Dios tenía muy en cuenta la responsabilidad del pariente redentor. Judá no estaba actuando como un fiel redentor, pero Tamar lo hizo responsable. ¿Cómo muestra Dios su fidelidad en el pacto? ¿Por qué piensas que Tamar y Rut están incluidas en la genealogía de Jesús? (Mateo 1: 3, 5).
DIOS COMO NOVIO/ESPOSO: ¿Cómo podía Dios demostrar la magnitud y el alcance de su amor por nosotros? ¿Cómo podía comunicar la profundidad, la anchura y la fuerza de su amor por la raza caída, cuando los valores y las expresiones más nobles de los sentimientos humanos ni siquiera están cerca de expresarlos? Bueno, él decidió usar el amor de un esposo por su esposa y el de los padres por sus hijos, dos de los lazos de amor más profundos que existen en la tierra, para darnos una pincelada de su amor por nosotros. Estas dos metáforas se usan a través de toda la Biblia para mostrar la ternura de Dios, quien nos amó más que a sí mismo y, finalmente, dio su vida por su pueblo que lo había rechazado.
Por eso encontramos libros completos en la Biblia que usan esta metáfora del esposo amante para enseñarnos el amor de Dios por nosotros. Quizá los más evidentes sean Oseas y el Cantar de los cantares. Considera este pasaje de Oseas, donde Dios habla acerca del Israel infiel:
«Por eso voy a seducirla; la llevaré al desierto y hablaré a su corazón. Le daré sus viñas desde allí, y haré del valle de Acor una puerta de esperanza. Y allí cantará, como en los días de su juventud, como en el día de su subida de la tierra de Egipto. […] Te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia. Te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová» (Oseas 2: 14-15, 19-20).
«Estos dos versículos forman una unidad [Oseas 2: 19-20] […]. Mientras Yahweh se dirige a su amada directamente, la metáfora gira hacia un compromiso de matrimonio, completando el círculo del tema alegórico comenzado en 2: 4. El énfasis no solamente se coloca en la reconciliación sino en la restauración […]. La metáfora del compromiso a desposarla se expresa dramáticamente por el hecho de repetir, tres veces, el verbo “desposar” en la primera persona del singular» (Stuart, Hosea-Jonah (WBC), pág. 59).
LA FIESTA DE BODAS: Dios es un fiel Redentor. La segunda venida de Cristo es representada como las bodas del Cordero (ver Apocalipsis 19: 7-16). «En este momento [vers. 7-8] la canción de los redimidos se torna en un llamado a regocijarse por las bodas del Cordero […]. La largamente esperada reunión de Cristo con su esposa –la iglesia– en la segunda venida de Cristo, es expresada en términos de “las bodas del Cordero". Esta reunión de Cristo con su pueblo, a quien ha comprado en la cruz, es el tema central de todo el libro de Apocalipsis. Cada tema en el libro se dirige hacia este clímax triunfal» (Stefanovic, Revelation of Jesus Christ, págs. 544, 545).
Para tener la seguridad de la salvación mediante la sangre de Jesús, ¿por qué es importante comprender la fidelidad de Dios hacia nosotros, su esposa?
REFLEXIONEMOS
« Él hizo lo que cualquier esposo hubiera hecho por su esposa», escribía un servicio de noticias en Internet hablando acerca de un emotivo suceso que tuvo lugar el 13 de enero de 2012, cuando el barco crucero Costa Concordia se estaba hundiendo en la costa oeste de Italia. Cuando Francis Servel y su esposa, Nicole, comprendieron que el barco se hundía y que era absolutamente imposible hacer descender los botes salvavidas, decidieron tirarse al agua. Sin embargo, no había suficientes chalecos salvavidas en el crucero; habían conseguido solo uno para los dos. Francis era un buen nadador, así que cedió el chaleco salvavidas a su esposa y le dijo: «Sigue nadando, querida; yo te alcanzaré». Ella no lo vio nunca más.
El mundo entero se estremeció cuando el crucero de lujo que llevaba más de cuatro mil pasajeros, se hundió en una terrible tragedia que dejó muchos muertos y heridos, y centenares de personas emocionalmente afectadas de por vida. Pero, en medio de tales crisis, el amor auténtico muestra sus verdaderos colores. El amor abnegado es capaz de sacrificar su propia vida por la de otro. Francis dio la suya para que su esposa, a la que había amado durante cuarenta años, pudiera vivir. «Le debo mi vida a mi esposo», dijo la ahora entristecida Nicole. Y así es. Solo el verdadero amor es capaz de hacer el sacrificio supremo. Cuando ocurre un desastre y se dan tales ejemplos de personas dando sus vidas por sus seres amados, nos recuerda que, en lo profundo del corazón humano, todavía se conserva la imagen del Creador.
Nos maravillamos del plan de Dios de salvar a su pueblo con la pasión de un amante esposo que da su vida por su amada. Las palabras continúan sonando en mis oídos, como si Jesús me dijera: «Sigue, querida; yo te alcanzaré», y él se fue a la cruz y murió en mi lugar; me dio su chaleco salvavidas para que yo pudiera tener la seguridad de la vida eterna.
Escribe una historia de tu propia vida que te venga a la mente en este momento:
El punto central en la historia de Noemí y Rut es cuando comprenden que Booz es su pariente redentor (Rut 2: 20). ¿Cuál es el punto central en tu vida?
Explica el concepto de que tus pecados «sean cubiertos» en contraposición con el de «encubrir tus pecados». Lee Salmo 32: 1-5 y Romanos 4: 1-8.
Lee el final de la historia en Rut 4: 13-22. ¿Cómo podrías sintetizar esta historia de redención? ¿Cómo se relaciona contigo?
¿Vas a estar con nosotros en la fiesta de bodas? Repite estas palabras de la Escritura en voz alta:
«Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero y su esposa se ha preparado» (Apocalipsis 19: 7).
VEAMOS A JESÚS EN LAS ESCRITURAS
Isaías 53 ha sido llamado el «protoevangelio», la primera clarificación de que Jesús moriría en nuestro lugar. Una frase impactante en el versículo 10 nos recuerda la responsabilidad del Go'el de preservar el linaje en la línea del pacto: «Verá linaje». Con su muerte y resurrección, Jesús estaba cumpliendo los compromisos del Go'el. Dios ahora podía tener descendientes de una raza que anteriormente era mortal, y por lo tanto estaba condenada a morir.
Comentando Isaías 53: 10, Oswalt señala: «Los términos que típicamente se usan para una persona que ha sido favorecida por Dios, se aplican a él: verá linaje […], vivirá por largos días […], la voluntad de Jehová será en su mano prosperada […]. ¿Qué es lo que marcó la diferencia [con los versículos anteriores]? Solamente una cosa: que la gente lo acepte a él como la ofrenda por el pecado ofrecida en su lugar. Cuando esto ocurra, su vida [del Siervo] en vez de haber sido en vano, llegará a ser la más fructífera. En lugar de sentirse solo, sin hijos, tendrá hijos en cada raza de la tierra. Podrá usar las palabras que dijo Cristo la noche antes de ser crucificado: “Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese” (Juan 17: 4). Debe destacarse este punto porque es el centro de todo el poema […]. Lo único que produce todo el resultado es que él ha llegado a ser una ofrenda de sacrificio. Cuando lo hace, todo el proceso llega a su cumplimiento» (Oswalt, The Book of Isaiah Chapters 40-66 (NICOT), pág. 402).
Es en el contexto de Isaías 53 que Jesús explica su misión en Marcos 10: 45. Este es el versículo culminante en el Evangelio de Marcos: «Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por todos» ¡Sí! Jesús fue el Siervo Sufriente descrito en el Antiguo Testamento (dedica un momento para leer Isaías 53 y el Salmo 22). «Jehová quiso quebrantarlo, sujetándolo a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá descendencia, vivirá por largos días y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará sobre sí las iniquidades de ellos. Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los poderosos repartirá el botín; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos y orado por los transgresores» (Isaías 53: 10-12). ¡Él daría su vida en rescate por nosotros! La palabra muchos (Isaías 53: 12; Marcos 10: 45) es usada para describir el resultado: una muerte daría vida a muchos. La muerte sustitutiva de Cristo en lugar de la humanidad –en otras palabras, «uno por muchos»– llegó a ser una doctrina central en la iglesia del primer siglo: «Así como por la desobediencia de un hombre muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, muchos serán constituidos justos» (Romanos 5: 19). Por la transgresión de Adán llegamos a ser mortales, sin posibilidad de ser linaje de parte de Dios. Pero, ¡mediante Cristo tenemos vida! Mi oración es que el Espíritu Santo pueda abrir nuestras mentes y ayudarnos a «conectar los puntos» en la Biblia, a fin de que podamos regocijarnos con tan magnífica redención y vivir con el gozo de nuestra salvación.
Pronto se terminará… Vendrá a buscarnos… ¡No puedo esperar hasta escuchar estas palabras de mi Amado!: «Habió mi amado, y me dijo: “Amada mía, hermosa mía, levántate y ven. Ya ha pasado el invierno, la lluvia ha cesado y se fue; han brotado las flores en la tierra, ha venido el tiempo de la canción y se oye el arrullo de la tórtola en nuestro país"» (Cantares 2: 10-12). Mientras escribo, siento ganas de llorar… ¡No puedo esperar hasta ese día!
RESPONDAMOS A LA MARAVILLOSA FIDELIDAD DE DIOS
Imagínate la venida de Jesús. Finalmente el tiempo ha llegado, ¡y tu Amado viene por ti! ¡Ha pagado el rescate y ahora viene a buscarte para llevarte de nuevo al hogar! ¡Está ansioso por abrazarte! Él termina la Biblia con palabras muy apasionadas, justamente para recordarte el hecho de que regresa: «Ciertamente vengo en breve» (Apocalipsis 22: 20)
La descripción de la venida de Cristo crea escenas que te dejan sin palabras. Imagina este cuadro magnífico:
«Entonces vi el cielo abierto, y había un caballo blanco. El que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, en su cabeza tenía muchas diademas y tenía escrito un nombre que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre y su nombre es: La Palabra de Dios. […] En su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores» (Apocalipsis 19: 11-13, 16). Estoy maravillada de la descripción de su vestidura: ¡Teñida en sangre! ¡Ese fue el alto precio que pagó mi Amado por mi redención! Dedica unos momentos para identificar las diversas partes de esta escena que te dejan sin aliento y que te asombran… Nuestro Go'el, quien nos dio el salvavidas y murió en nuestro lugar y resucitó, ahora regresa para buscarnos… ¡Después de tantos años… casi no puedo esperar para ese abrazo!
El amor nunca deja de ser… ¡Sí! ¡Nuestro Amado regresa para llevarnos al hogar! ¡Alégrate!