El zarandeo

Heraldo Lopes

Las personas que aceptan a Cristo y llegan a ser miembros de la iglesia, a veces se preguntan: «¿Por qué algunos abandonan el evangelio? ¿Cómo pueden ser tan débiles? ¿Por qué incluso llegan a ser enemigos de la iglesia? ¿Existe alguna explicación profética que describa esta imagen?».

Sí. Es lo que llamamos «el zarandeo», es decir, un proceso espiritual que tiene lugar en la iglesia de Dios y que aumentará de intensidad hasta el fin del tiempo de gracia. En él, la paja y los restos salen, pero el grano se queda. Los infieles saldrán al mundo y aceptarán las falsas enseñanzas, pero los fieles permanecerán dentro de la iglesia.

En este artículo, conoceremos las causas, las características y las consecuencias del zarandeo.

Observemos lo que dice Amós 9: 9: «Porque, yo mandaré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las naciones, como se zarandea el grano en una criba sin que caiga un granito en la tierra». Es decir, la paja y los restos salen, pero el grano se queda.

Debemos guardar este concepto simple en nuestras mentes. Marqué-moslo en la Biblia para que no seamos engañados: la paja y la suciedad sale, pero el grano se queda.

Confirmando las palabras de Amós, en Mateo 13: 24-30, Jesús habla del trigo y de la cizaña que crecerán juntos, pero prestemos atención al versículo 30:

Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega, y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: «Recoged primero la cizaña y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.» (énfasis añadido).

Observamos que, en la parábola, la cizaña se separa del trigo. Y Jesús lo enfatiza mencionando claramente: «Recoged primero la cizaña». Él conirmó que la cizaña saldría y el trigo quedaría.

Elena G. White lo reairmó: «Es verdad que hay cizaña junto con el trigo, pero Cristo dijo que enviaría a sus ángeles a reunir primero la cizaña en atados para quemarla, y a poner el trigo en el granero».1

¿Cuándo ocurrirá?

«Vi que ahora nos encontramos en el tiempo del zarandeo.»2

Vendrá, pero ya ha comenzado. «Tan pronto como el pueblo de Dios sea sellado en su frente —no se trata de un sello o marca que se pueda ver, sino un aianzamiento en la verdad, tanto intelectual como espiritualmente, de modo que los sellados son inconmovibles—, tan pronto como sea sellado y preparado para el zarandeo, éste vendrá. Ciertamente ya ha comenzado».3

Siendo así, el zarandeo ya ha comenzado e irá aumentando de intensidad hasta el gran zarandeo final, que tendrá lugar alrededor del tiempo del decreto dominical.

Causas del zarandeo

Podemos mencionar al menos seis causas que provocan el zarandeo:

La primera causa: la verdad.4

La segunda causa: la persecución.5

La tercera causa: el sufrimiento.6

La cuarta causa: el rechazo del testimonio del Testigo Fiel.

Pregunté cuál era el significado del zarandeo que yo había visto, y se me mostró que lo motivaría el directo testimonio que exige el consejo del Testigo Fiel a la iglesia de Laodicea.7

¿Quiénes forman Laodicea? Elena G. White lo deja claro:

El mensaje de Laodicea se aplica a los hijos de Dios que profesan creer en la verdad presente. La mayoría de ellos son tibios y sólo profesan la verdad (…). El término “tibio” se aplica a esta clase de personas. Profesan amar la verdad, pero son deficientes en la devoción y el fervor cristiano.8

La quinta causa del zarandeo: las teorías falsas.

Se me mostró que las falsas teorías propuestas en el pasado no se han abandonado en absoluto. A medida que se presenten oportunidades favorables, resurgirán.9

Todos los días surgen grupos, ministerios, institutos, centros y otras instituciones, que se autodenominan reformadores y que aparentemente quieren ayudar a la iglesia en el cumplimiento de su misión. Al presentar su doctrina, poco a poco comienzan a mezclar la verdad con el error para engañar al mayor número de personas posible.

Que no nos engañen. Para confundir a los adventistas, los agentes del diablo nunca se presentarán descuidados, vestidos de forma indecente o desarreglada, o comiendo de todo. Sino que se presentan con ropas decentes y conservadoras, son vegetarianos y llevan el Espíritu de la Profecía debajo del brazo. Es decir, así como Dios quiere que sea su pueblo. Sin embargo, después de ganarse la confianza de los hermanos, empiezan a difundir sus falsas enseñanzas.

Nuestra comunión diaria debe acentuar cada vez más nuestro apego a Cristo y a su iglesia. Somos un movimiento profético con un mensaje especial claro y distinto a todos los demás grupos religiosos. Nuestros pilares distintivos se basan en la palabra de Dios y en el mensaje profético. No podemos cambiar ni alterar nada, y nuestro compromiso debe ser solamente con la verdad.

Algunas verdades de nuestro conjunto de creencias han sido el objeto de terribles ataques. Estos ataques tienen como base el engaño disfrazado de “verdad”, orquestado por el padre de la mentira, que utiliza falsamente la palabra de Dios. Estas acciones diabólicas se irán acentuando cada vez más en los últimos momentos de la historia de este mundo.

Tenemos que tener cuidado con pensar que, si la persona es sincera en su teoría, eso es suficiente. Veamos lo que Elena G. White dice: «Sin sinceridad no puede haber verdadera religión, pero la sinceridad manifestada en relación con una religión falsa nunca salvará a una persona. Puedo actuar con perfecta sinceridad al seguir un camino equivocado, pero eso no lo convertirá en un camino correcto, ni me llevará al lugar donde quiero ir».10

La sexta causa del zarandeo: los engaños satánicos.

• Sobrenaturales y espiritistas: «Se me ha mostrado definidamente que muchos saldrán de nosotros y prestarán oídos a los espíritus engañadores y a las doctrinas de demonios».11

• Milagros: «El pueblo de Dios no hallará seguridad en la realización de milagros, porque Satanás los imitará».12

¿Quién saldrá?

Elena G. White menciona seis tipos específicos de personas que saldrán de entre nosotros:

• «Muchas de las lumbreras que hemos admirado por su resplandor se disiparán en la oscuridad».13

• «Hombres de talento y de elocuencia».14

• «Familias enteras».15

• Grupos enteros.16

• Los que no fueron santificados.17

• Los que aceptan teorías falsas.

Cuando viene el zarandeo, por la introducción de falsas teorías, estos lectores superficiales, que no están anclados en ningún lugar, son como la arena movediza. Se deslizan hacia cualquier posición para acomodar el contenido de sus sentimientos de amargura…18

La gran pregunta por la que cada uno de nosotros tiene que preocuparse es: ¿Soy la cizaña o el trigo dentro de la iglesia? ¿Me estoy preparando para quedarme o para alejarme del pueblo de Dios? Recordemos: La apostasía no comienza cuando se transgrede el día de reposo o cuando se deja de adorar a Dios con la devolución fiel y sistemática de los diezmos y de las ofrendas. Este ya es un proceso de eliminación avanzado.

La apostasía comienza cuando se prioriza cualquier actividad secular por encima de la comunión con Dios; es decir, cuando la obediencia a él queda relegada a un segundo plano. Dios tiene que ser el primero, pues él es el único y el mejor remedio contra la apostasía. Lo que va más allá de esto es engaño que, lentamente, aleja a la gente del evangelio para siempre.

Con esto en mente, aquí hay un mensaje de origen divino para cada uno de nosotros:

Examine minuciosamente su corazón, a la luz de la eternidad. No oculte nada a ese examen. Examine, ¡oh! examine su vida, puesto que es cosa de vida o muerte, y condénese, júzguese, y entonces por fe pida la sangre purificadora de Cristo para eliminar las manchas que hay en su carácter cristiano. No se adule ni se excuse. Obre lealmente con su propia alma. Y entonces, cuando se vea como pecadora, caiga quebrantada a los pies de la cruz. Jesús la recibirá, así manchada como está, y la lavará con su sangre, y la limpiará de toda contaminación, y la preparará para participar de la compañía de los ángeles celestiales, en un Cielo puro y armonioso. No hay discordancia allí. Todo es salud, felicidad y gozo.19

¿Cuántos saldrán?

• «Muchos».20

• «Una proporción más elevada de la que ahora anticipamos».21

• «Multitudes».22

¿Qué harán los que salgan?

• Formarán «nuevas facciones de profesos creyentes».23

¡La profecía se está cumpliendo! Bajo las más diversas etiquetas, estos nuevos grupos pasan a autodenominarse con varios nombres: Escuela de Misioneros, Instituto de Educación y Salud, Centro de Evangelización, Ministerio de Ángeles, Adventistas de la Historia, y muchos otros.

Forman movimientos independientes y, bajo una tapadera de santidad, desarrollan sitios web, libros, DVD, panfletos, folletos, congresos, seminarios, etc.

Comienzan de forma sutil para no asustar y luego actúan de manera explícita. Difunden rumores, sospechas y calumnias. Difaman, siembran desunión, desvinculación y rebelión, pues tienen un sentido de superioridad e, independientemente de las ideas que propagan, poseen algunos puntos básicos en común.

Primero comienzan diciendo que la iglesia está en apostasía y que ellos son el pueblo remanente. Es decir, un “remanente del remanente”, idea contraria a la Biblia y al Espíritu de Profecía. Elena G. White dice claramente que esta idea «agrada al enemigo».24

Una vez que se ganan la confianza, los líderes de estos grupos separatistas solicitan diezmos y/u ofrendas para usar en sus proyectos; es decir, establecen nuevas organizaciones. Y acaban demostrando que, al final, lo que quieren es dinero.

Por lo tanto, no nos dejemos engañar. Todo lo que sea de Dios, la iglesia lo apoyará. Pero lo que no es de Dios, la iglesia dirá claramente que no es de Dios y no lo apoyará. La Iglesia Adventista quiere y apoya lo que viene de Dios para sumarlo a la predicación del evangelio. Pero lo que venga para traer falsas enseñanzas no tendrá su apoyo, porque no es de origen divino.

• Serán traidores y nos acusarán en los tribunales.25

• Enseñarán que no se puede confiar en los que apoyan a la iglesia.26

• Se harán pasar por víctimas, perseguidos y asumirán una “apariencia de mártir”, para engañar a los miembros de la iglesia, cuando en realidad ellos son los verdaderos traidores y perseguidores.27

¿Surgirá otro pueblo de entre nosotros?

Otra pregunta que surge es si se levantará otro pueblo de entre nosotros que cumplirá la misión encomendada. Esta pregunta ya existía en la época de los pioneros. Veamos la respuesta dada a este tipo de idea:

Ud. toma pasajes de los testimonios que hablan de la terminación del tiempo de gracia, del zarandeo entre el pueblo de Dios, y Ud. habla del surgimiento de entre este pueblo de un pueblo más puro y más santo que se levantará. Todo esto agrada al enemigo. (…) Si muchos aceptaran las opiniones que Ud. presenta y hablaran y procedieran conforme a ellas, veríamos la más grande conmoción fanática que jamás se haya visto entre los adventistas del séptimo día. Esto es lo que desea Satanás.28

Esto significa que no existe ni existirá un remanente del remanente. Esta idea viene del diablo. El remanente será purificado por el zarandeo. La paja y la suciedad saldrán. El grano permanecerá.

¿Cómo quedará la iglesia?

• No caerá. «Puede parecer que la iglesia está por caer, pero no caerá. Ella permanece en pie, mientras los pecadores que hay en Sión son tamizados, mientras la paja es separada del trigo precioso».29

• No disminuirá. «Las filas no serán disminuidas. Los que son firmes y fieles llenarán los lugares dejados por los que se ofendieron y apostataron».30

• No se dividirá. «Sé que el Señor ama a su iglesia, la cual no ha de ser desorganizada ni dispersada en átomos independientes. No existe la menor lógica en esto ni hay la más mínima evidencia de que ocurrirá tal cosa. Quienes obedezcan este mensaje falso y procuren influir en otros para que también lo acepten, serán engañados y preparados para recibir engaños mayores, y los frutos de sus esfuerzos se reducirán a la nada».31

• Prevalecerá. Cristo mismo declara que «las puertas del Hades no la dominarán» (Mat. 16: 18). La iglesia es el objeto supremo del cuidado de Dios en la Tierra. Se la describe como la niña de los ojos de Dios, como la esposa del Cordero, el pilar y el bastión de la verdad, y muchas otras metáforas preciosas.

• Mantendrá el ánimo y la firmeza. «En este tiempo, debemos obtener calor de la frialdad de los demás, valor de su cobardía, y lealtad de su traición».32

• Tendrá más celo por la misión. «Estamos en el tiempo del zarandeo, en el tiempo en que todo lo que pueda ser sacudido será sacudido. El Señor no disculpará a los que conocen la verdad y no obedecen sus órdenes en palabras y acciones. Si no realizamos esfuerzos decididos para llevar gente a Cristo, seremos tenidos por responsables de la obra que podríamos haber hecho, pero no hicimos por nuestra indolencia espiritual. Los que pertenecen al reino del Señor deben obrar diligentemente para la salvación de las almas».33

¿Cuántos se unirán a la iglesia?

• Muchos regresarán.34

• Multitudes, en gran número.35

• Grupos enteros.36

¿Cuáles serán los resultados del zarandeo?

• La purificación personal.37

• La purificación de la iglesia. «Ha surgido un grupo de gente corrompida que no puede vivir con el pueblo de Dios. Desprecian las amonestaciones, y no desean ser corregidos. Han tenido tiempo de arrepentirse de sus pecados; pero han apreciado demasiado el yo para hacerlo morir (…). Todos tenemos razón para agradecer a Dios porque se ha abierto un medio para salvar a la iglesia; porque la ira de Dios pudo haber descendido sobre nosotros si estos corrompidos simuladores hubieran permanecido en nuestro medio».38

Una vez cumplidos todos los pasos del Manual de la Iglesia, los nombres de aquellas personas que insisten en seguir las teorías falsas o la vida mundana deben ser retirados de la membresía de la iglesia. Es triste, pero necesario.

¿Quién se quedará?

Aquellos que estén vivos por la comunión y la obediencia, así como activos en la misión.

El salmista preguntó: «¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a cosas vanas ni ha jurado con engaño» (Sal. 24: 3-4).

Aquellos que mantienen el hábito de la comunión diaria y de la obediencia a Dios desde la primera hasta la última hora de cada día, seguramente se mantendrán firmes en Cristo. La comunión y la obediencia los conducirá a la misión. La Tierra se iluminará por medio de estos intrépidos misioneros que llevarán la verdad en el corazón y la proclamarán de muchas maneras.

Entre estas verdades, destacamos las más distintivas para el pueblo remanente de Dios:

• La salvación por la gracia, por medio de la fe, que lleva a la santificación.

• La mortalidad del alma.

• La inmutabilidad de la Ley de Dios.

• El sábado como el día del Señor.

• El juicio investigativo que se está llevando a cabo en el santuario celestial.

• El regreso literal e inminente de Cristo.

Otras verdades que se proclamarán

La Trinidad, incluida la divinidad de Jesús y del Espíritu Santo (Juan 1: 1; Heb. 10: 15-16).

Que Jesús, además de divino, también es completamente humano, pero sin pecado (Heb. 4: 15; 1 Juan 3: 5).

Que todo ser humano es pecador por naturaleza y nace con tendencia al pecado (Sal. 51: 5; Rom. 5: 12). Sin embargo, tenemos la certeza de que en Cristo podemos y debemos vencer el pecado (1 Juan 5: 4), sabiendo que la victoria solamente es posible mediante el poder del Espíritu Santo. Nuestra naturaleza pecaminosa será extirpada por completo y seremos glorificados con motivo de la segunda venida de Jesús.

Que Dios inspiró a los escritores bíblicos y guardó las Escrituras para que sus enseñanzas nos llegaran sin cambios ni adulteraciones (1 Ped. 1: 19-21).

Que Dios le dio el don profético a Elena G. White, un don que es característico de la iglesia remanente (Apoc. 12: 17; 19: 10).

Que la Iglesia Adventista es la iglesia remanente de la profecía bíblica y, por la gracia de Dios, se mantendrá firme hasta el final.39

Que los diezmos y las ofrendas deben ser devueltos a Dios en la iglesia remanente, en tanto que fueron establecidos por él, y solo él puede determinar su destino (Mal. 3: 10).

Que solamente mediante la comunión habitual y diaria con Dios es posible recibir el poder para obedecer a Dios. Cristo es quien concede el poder del Espíritu Santo para que el creyente viva dignamente: «Mas a todos los que lo recibieron, a quienes creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios» (Juan 1: 12).

Cuando el creyente no aparta tiempo para la comunión diaria con Dios y no le obedece en todos los aspectos de la vida, entra en un proceso de apostasía. Un día sin Dios es un día inútil: «Cada día que transcurre sin que Jesús sea admitido en el alma es un día perdido».40

¿Cuáles son las buenas nuevas del zarandeo?

• Buenas nuevas de certeza. Después de todo, ¡la profecía se está cumpliendo! Según Elena G. White, «Estamos en el tiempo del zarandeo, en el tiempo en que todo lo que pueda ser sacudido será sacudido».41

• Buenas nuevas de victoria. «Satanás sabe muy bien que el alma más débil pero que permanece en Jesús puede más que todas las huestes de las tinieblas».42

• Buenas nuevas de esperanza. «Se me mostró la recompensa de los santos, la herencia inmortal, y vi que quienes habían soportado más por causa de la verdad no pensarán en las tribulaciones y dificultades que tuvieron que soportar, sino que pensarán que el Cielo vale mucho más que sus padecimientos».43

Es verdad que estos últimos días son difíciles, como dice Pablo, pero, por otro lado, nuestra salvación nunca ha estado tan cerca como ahora. ¿Acaso necesitamos una motivación mejor que esta: vivir desde la primera hasta la última hora de cada día en la presencia de Cristo? Entonces no podemos deshacernos hoy de aquello por lo que hemos luchado toda la vida por conseguir: la gracia que Cristo otorga. Si lo buscamos a él todos los días, vivimos la verdad que conocemos y damos testimonio a aquellos que todavía no lo conocen, ciertamente no seremos echados fuera del redil del Buen Pastor.

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1 Elena G. White, Mensajes selectos, vol. 2, pág. 78 [énfasis añadido].

2 Elena G. White, Testimonios para la iglesia, vol. 1, pág. 379.

3 Elena G. White, Eventos de los últimos días, pág. 223.

4 Elena G. White, Primeros escritos, pág. 50.

5 Elena G. White, El conflicto de los siglos, pág. 593.

6 Elena G. White, Manuscript Releases, vol. 20, pág. 285.

7 White, Testimonios para la iglesia, vol. 1, pág. 167.

8 White, Testimonios para la iglesia, vol. 4, pág. 90.

9 Elena G. White, Christian Experience and Teachings of Ellen G. White, pág. 81 [Traducción propia].

10 White, Mensajes selectos, vol. 2, pág. 64.

11 Ibíd., pág. 453.

12 White, Testimonios para la iglesia, vol. 9, pág. 15.

13 White, Testimonios para la iglesia, vol. 5, pág. 76.

14 White, El conflicto de los siglos, pág. 593.

15 Elena G. White, Testimonios para los ministros, pág. 411.

16 White, Testimonios para la iglesia, vol. 8, pág. 48.

17 White, El conflicto de los siglos, pág. 593.

18 White, Testimonios para los ministros, pág. 112.

19 White, Testimonios para la iglesia, vol. 2, pág. 74.

20 White, El conflicto de los siglos, pág. 593.

21 White, Mensajes selectos, vol. 2, pág. 422.

22 White, Testimonios para la iglesia, vol. 4, pág. 92.

23 Elena G. White, El evangelismo, pág. 266.

24 White, Mensajes selectos, vol. 1, pág. 210.

25 White, El conflicto de los siglos, pág. 593.

26 Elena G. White, Spalding and Magan Collection, pág. 370.

27 Elena G. White, El Cristo triunfante, pág. 127.

28 White, Mensajes selectos, vol. 1, pág. 211.

29 White, Eventos de los últimos días, pág. 184.

30 White, Mensajes selectos, vol. 3, pág. 482.

31 White, Mensajes selectos, vol. 2, pág. 78.

32 White, Testimonios para la iglesia, vol. 5, pág. 127.

33 White, Testimonios para la iglesia, vol. 6, pág. 333.

34 White, Eventos de los últimos días, pág. 156.

35 Elena G. White, Cada día con Dios, pág. 161.

36 White, Testimonios para la iglesia, vol. 8, pág. 48.

37 White, Manuscript Releases, vol. 7, págs. 111-112.

38 White, Testimonios para la iglesia, vol. 1, pág. 97.

39 Elena G. White, La iglesia remanente, págs. 11-74.

40 White, Cada día con Dios, pág. 51.

41 Elena G. White, El colportor evangélico, pág. 13.

42 White, El conflicto de los siglos, pág. 520.

43 White, Testimonios para la iglesia, vol. 1, pág. 339.