Ekkehardt Mueller
Las características de Babilonia, especificadas en el capítulo precedente, nos ayudan a identificarla. Babilonia se destaca como un poder que presenta atributos religiosos en el contexto del Apocalipsis. Además, es un sistema anticristiano dirigido en última instancia contra Dios y que persigue e inten-ta aniquilar al pueblo de Dios.
Babilonia y la trinidad satánica
En el núcleo apocalíptico, los verdaderos enemigos de Dios y su pueblo son identificados como una trinidad satánica: el dragón, la bestia que sube del mar y la bestia que sube de la tierra. En la misma visión, Babilonia es casi incidentalmente, y sin mayor explicación, introducida por nombre en el mensaje del segundo ángel (Apoc. 14: 8). El mensaje del tercer ángel vuel-ve, sin embargo, a la bestia que sube del mar y a la imagen erigida por la bestia que sube de la tierra, advirtiendo con vehemencia a los que la adoran. Esto pone de manifiesto que hay una conexión entre estas monstruosas bestias y Babilonia. Evidentemente, el propósito de Juan es dejar claro a sus lectores que la manifestación final de Babilonia consiste en la coalición de los poderes introducidos en Apocalipsis 12 y 13: el dragón, la bestia que sube del mar y la bestia que sube de la tierra, que en este caso se la llama el falso profeta. Por cierto, la trinidad satánica deja el escenario de la historia en orden inverso: primero desaparecen la bestia y el falso profeta (Apoc. 19) y luego el dragón (Apoc. 20).
La relación entre la trinidad satánica y Babilonia también es evidente en las plagas. Según Apocalipsis 16: 2, la primera plaga afecta solo a aquellos «que llevan la marca de la bestia y adoran su imagen». El trono de la bestia, obviamente hablando de la bestia que sube del mar, se estudiará en el marco de la quinta plaga (Apoc. 16: 10). La atención se dirige a la bestia, a su imagen y a quienes tomaron partido por ella. Ahora bien, con la sexta plaga el río Éufrates aparece ahí repentinamente, y lo mismo Babilonia (Apoc. 16: 12).1 Sin embargo, la misma sexta plaga no solo menciona indirectamente a Babilonia, sino que también habla del dragón, la bestia y el falso profeta (Apoc. 16: 13). Contiene el drenaje del Éufrates y menciona el Armagedón. Junto con el juicio sobre la bestia y el falso profeta (Apoc. 19) y el juicio sobre el dragón (Apoc. 20) viene una descripción más detallada del Armagedón.
Apocalipsis 16: 19 es significativo porque, de acuerdo con este versículo, Babilonia se desmorona en sus tres componentes originales: el dragón, la bestia que sube del mar y el falso profeta. Babilonia está en estrecha relación con los poderes introducidos en Apocalipsis 12 y 13, y no es un sistema totalmente nuevo, pues ya se encuentra en ellos.2
El dragón
El dragón es el primer elemento de la trinidad satánica y por lo tanto de Babilonia. El dragón se describe en Apocalipsis 12. Es el adversario de la mujer, la iglesia y el Mesías.3 Le ha hecho la vida difícil a la iglesia a lo largo de la Edad Media. Lucha contra el remanente de su descendencia. Su batalla cósmica contra Miguel y su caída del cielo también se describen en ese mismo capítulo.
En Apocalipsis 12: 9 el dragón es identificado como «la serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero». Sin embargo, el dragón mismo ha actuado subrepticiamente entre bambalinas a través de otros poderes. En su intento de matar al Mesías empleó al rey Herodes el Grande que maquinó para eliminar a los niños de Belén. Satanás utilizó a Roma para crucificar a Jesús y perseguir a los cristianos. Ha utilizado movimientos como la Revolución Francesa para erradicar la Palabra de Dios (Apoc. 11). El dragón a menudo se oculta tras el paganismo, a través del cual se infiltran las influencias idólatras y demoniaco espiritualistas en la escatológica Babilonia.
La bestia que sube del mar
La bestia que sube del mar se presenta en Apocalipsis 13a. La descripción y las actividades de esta bestia (Apoc. 13: 1-8) se contrastan con la breve descripción de los santos en la declaración «Aquí está» (Apoc. 13: 10b).4
Los lectores y oyentes de Juan primero se enteran de cómo es la bestia (Apoc. 13: 1-3a). La bestia tiene diez cuernos y siete cabezas con nombres blasfemos. Une en sí misma elementos de los reinos bestiales de Daniel 7.5 La bestia que sube del mar aparece después del dragón.6 Es claramente dependiente del dragón (Apoc. 12: 17; 13: 2, 4) y colabora con él.
En Apocalipsis 13: 4-8, se describen las actividades de la bestia. Hay varios elementos que recuerdan al estudiante de la Biblia, en especial el cuerno pequeño de Daniel 7: 1, el predominio de la bestia durante cuarenta y dos meses, que es lo mismo que los tres tiempos y medio o 1,260 días de Daniel 7 y Apocalipsis 12; 2) la blasfemia; y 3) la persecución del remanente descrita como la guerra contra los santos.
La blasfemia se dirige contra Dios, su Casa —el Santuario celestial— y contra los que habitan en el cielo —describiendo a los verdaderos creyentes—, término que se utiliza en el Apocalipsis en contraste con los que habitan en la tierra y son hostiles a Dios (véase Apoc. 6: 10; 13: 8).7 La blasfemia en el Nuevo Testamento significa hurtarle a Dios su honor y apoderarse de sus prerrogativas, como la de perdonar pecados (Mar. 2: 7). Significa dañar su reputación viviendo indignamente (1 Tim. 6: 1) y la apostasía (Hech. 26: 11), mientras se afirma que se es un hijo de Dios. Significa aceptar la adoración, que solo corresponde a Dios (Apoc. 13: 8).8 La blasfemia también puede incluir la persecución de los santos,9 aunque la guerra contra los santos en el versículo 7 ilustra la cuestión de la persecución de modo más claro. El ataque contra el Santuario celestial y el servicio en el que Jesús ministra allí, por ejemplo, a través de doctrinas y dogmas que contradicen las Escrituras y desvirtúan el ministerio de Jesús, se ilustra con el cuerno pequeño en Daniel 8 y la bestia que sube del mar en Apocalipsis 13a.
Después del período de cuarenta y dos meses, que terminó en 1798, se suponía que la bestia que sube del mar recibiría una herida mortal de la que luego se recuperaría.10 Entonces Apocalipsis 13: 8 conduce a los lectores al futuro. El verbo «adorar» se encuentra en tiempo futuro. La adoración universal de la bestia que sube del mar aún está pendiente en ese momento.
La identificación entre el dragón y la bestia que sube del mar, donde el dragón delega su trono y su poder a la bestia que sube del mar, ha dado como resultado que la bestia que sube del mar haya sido considerada el «anticristo»,11 lo cual se ve confirmado por el hecho de que la bestia que sube del mar es un remedo o intento de suplantación de Cristo en el Apocalipsis.12 Es un poder politicorreligioso que se coloca en lugar de Cristo y virtualmente emerge como un seudocristo mientras persigue a los seguidores de Jesucristo y blasfema a Dios. El gran paralelismo entre los pequeños cuernos de Daniel 7 y 8 y la bestia que sube del mar de Apocalipsis 13 sugiere que en ambos casos se describe el mismo poder de la Roma eclesiástica. A diferencia del libro de Daniel, el del Apocalipsis le incorpora la evidente dimensión escatológica. Daniel y Juan el Revelador coinciden sus respectivos libros en que Dios juzgará a ese poder politicorreligioso y libertará a su verdadero pueblo.
La bestia que sube de la tierra
A la bestia que sube del mar le sigue una bestia que sube de la tierra, que se describe brevemente en Apocalipsis 13: 11. Luego analizaremos su modus operandi. A diferencia de la bestia anterior y de las bestias de Daniel 7, la bestia que sube de la tierra no viene del mar sino de la tierra, y crece, como sugiere Ángel Manuel Rodríguez, como una planta. Génesis 1: 24 podría ser el trasfondo del Antiguo Testamento. En la creación, la tierra iba a producir «criaturas vivas».13 Por lo tanto, esta segunda bestia es también una creación de Dios.
La bestia es como un cordero. Tiene dos cuernos como un cordero. Esta bestia recuerda a Jesucristo, el Cordero, en el Apocalipsis. Solo cuando comienza a hablar se convierte en adlátere del dragón. Más tarde en el Apocalipsis se la llama falso profeta (Apoc. 16: 13; 19: 20; 20: 10). David E. Aune lo llama «un lobo con piel de cordero».14 Como Balaam, el instrumento original de Dios se ha convertido en un ente que engaña a todo el mundo. Aunque la segunda bestia se remonta a la intervención de Dios, se pervierte y se convierte en un peligroso adversario de la verdadera iglesia de Dios.
La bestia que sube de la tierra ejerce el poder de la primera bestia (Apoc. 13: 12) que finalmente se remonta al dragón. Apoya a la primera bestia, engañando a la humanidad y erigiendo una imagen de la bestia que sube del mar, con lo cual, la bestia que sube de la tierra se convierte en representante de la bestia que sube del mar.
La bestia emplea el engaño. Realiza grandes señales y milagros, e incluso hace que caiga fuego del cielo. Por lo tanto, será más fácil para la gente adorar a la primera bestia o a su imagen. El paralelo del Antiguo Testamento del fuego que desciende del cielo, es el incidente en el que Elías se enfrentó a los profetas de Baal en el monte Carmelo. Cuando oró, el fuego vino del cielo y consumió el sacrificio (1 Rey. 18: 38). En este caso, la bestia que sube de la tierra imita aquella intervención divina de manera simbólica: pretendiendo demostrar que Dios está del lado de esta bestia y por lo tanto del lado de la trinidad satánica. Este engaño es tremendamente difícil de desenmascarar. En el Apocalipsis el fuego se usa a menudo en relación con Dios o con los juicios divinos (Apoc. 1: 14; 2: 18; 4: 5; 10: 1). Según Mateo 24: 5, 24 aparecerán falsos Cristos. 2 Tesalonicenses 2: 9-10 describe la venida de Satanás como remedo de la segunda venida de Cristo.15 Obviamente esto es un tremendo engaño y los creyentes solo pueden resistir si toman una decisión en contra de sus propios sentidos y en sintonía con la Palabra de Dios. Las señales engañosas se mencionan de nuevo en Apocalipsis 19: 20 y se atribuyen al falso profeta. Según Apocalipsis 16: 13-14, tres espíritus inmundos, es decir, espíritus demoníacos, salen de la boca del dragón, de la bestia que sube del mar y del falso profeta. Esto puede ser indicación de los fenómenos ocultistas y del espiritismo que se encuentra con la trinidad satánica, Babilonia, y sus «componentes».
Los hechos relacionados con la imagen de la bestia recuerdan a Daniel 3 cuando Nabucodonosor erigió una imagen e impuso su adoración.16 Esto obviamente se repetirá a escala global. Una imagen es una representación física de una realidad que no siempre está presente. Sin embargo, la erección de una imagen con el objetivo de que sea adorada es una violación del segundo mandamiento del Decálogo. A pesar de su semejanza con el cordero, la segunda bestia ignora los mandamientos de Dios. Apocalipsis 13: 15 informa de cómo la bestia recibió su poder, evidentemente del dragón, «para dar aliento a la imagen de la bestia». Esta afirmación nos recuerda el relato de la creación cuando Dios insufló su aliento en el hombre y le dio vida. La bestia que sube de la tierra imita al Dios creador y afirma tener poder creativo, así como sobre la vida y la muerte.
Cuando el engaño ya no funciona, la gente suele empezar a ejercer la violencia. La bestia que sube de la tierra intenta coaccionar a todos los que no ha podido engañar, y los persigue. Los que se someten a esta coacción se cuentan entre los habitantes de la tierra. Sin embargo, los que no adoran la imagen de la bestia sufren amenazas de muerte, y a los que no aceptan la marca de la bestia les aguarda el boicot económico. Sin embargo, el remanente guarda los mandamientos, incluido el sábado del cuarto mandamiento, al que se alude en el mensaje del primer ángel.
La respuesta a cuándo comenzará a actuar la bestia que surge de la tierra en Apocalipsis 13 se puede encontrar en lo siguiente: 1) Se supone que la bestia que aparece del mar existe en Apocalipsis 13b y se la denomina «la primera bestia» (Apoc. 13: 12). 2) La bestia que viene de la tierra ejerce el poder de la primera bestia. 3) La curación de la herida mortal de la bestia que viene del mar se presupone, al menos en parte, en Apocalipsis 13: 12, 14. Los acontecimientos de Apocalipsis 13b se dan, por lo tanto, posteriormente al comienzo de la curación de la herida mortal. Así como la adoración universal de la bestia que sube del mar queda en Apocalipsis 13a todavía en el futuro, también Apocalipsis 13b se refiere a los eventos que están todavía asimismo en el porvenir desde el punto de vista de nuestro presente. No existe aún una bien definida comunidad de adoradores de la bestia o de su imagen. Todavía no se ha dictado sentencia de muerte universal para aquellos que se niegan a adorar a los sistemas o entes creados por el hombre. No obstante, hoy en día, la apostasía y el desprecio de la voluntad divina se dan con enorme frecuencia.
La pregunta sigue en pie: ¿Quién es esa bestia que sube de la tierra? La bestia que surge de la tierra entra en acción solo después de la herida mortal de la bestia que ha surgido del mar y la curación parcial de esa herida; es lo que deducimos de todo ello. Así que tiene que ser ubicada en algún momento posterior a 1798. Además, esa bestia como creación de Dios era al principio un poder positivo que no provocaba ningún problema al pueblo de Dios. Por el contrario, la bestia semejante a un cordero debe haber respetado la libertad religiosa. Es más adelante en Apocalipsis 13 cuando su enfoque cambia drásticamente. La única posibilidad de situar a esa bestia en la realidad histórica es considerar que encarna a los Estados Unidos de América como nación protestante.17 La tierra de acogida que se había convertido en refugio protector para infinidad de protestantes que huían de la persecución se va a convertir en un poder perseguidor que erige una imagen de la bestia.
Resumiendo
Babilonia es idéntica a la trinidad satánica, que consiste en el dragón, la bestia que sube del mar y la bestia que sube de la tierra, es decir, el paganismo y el espiritismo, la Roma eclesiástica y América con el protestantismo apóstata. LaRondelle sugiere además que los tres monstruos abarcan todo el universo. El dragón viene del cielo, la primera bestia del mar, y la segunda bestia de la tierra.18 Las diversas partes de Babilonia tienen diferentes períodos de vida. El dragón, «la serpiente antigua» (Apoc. 12: 9), ya estaba presente en el Paraíso. El romanismo comenzó a desarrollarse en los siglos postapostólicos. La América protestante no sale a escena sino hasta después de la Reforma, cuando los protestantes perseguidos huyen de Europa, y en ese momento el norte del nuevo mundo no mostraba un carácter anticristiano. La Babilonia escatológica como contubernio politicorreligioso se ha estado constituyendo desde mediados del siglo XIX. La agravación de los acontecimientos negativos y el carácter de Babilonia, de hostilidad contra Dios, aumenta progresivamente hasta que se produce el juicio sobre Babilonia.
La identificación de la bestia que sube del mar como la Roma eclesiástica y de la bestia que sube de la tierra como la América protestante no significa, de ningún modo, un rechazo de los cristianos católicos o protestantes. La redención de los individuos es asunto de Dios. Por lo tanto, no debemos equiparar la pertenencia a una iglesia con la salvación o condenar a nadie por su afiliación religiosa. La revelación habla de sistemas religiosos y cuasirreligiosos que, aunque usan el nombre de Dios, son per se opuestos a él. Al imponer sus propias agendas, ignoran la voluntad divina, defienden doctrinas antibíblicas, y persiguen y matan a los que consideran disidentes.
Es necesario que expliquemos brevemente la relación de Babilonia con la iglesia de Dios. Veamos pues algunas consideraciones.
Investigando la eclesiología de Apocalipsis, nos damos cuenta de que la iglesia se enfrenta tanto a oposición externa como a dificultades internas.19 Diríase que, curiosamente, las dificultades internas de la iglesia aparecen tan solo en el marco epistolar de Apocalipsis. Comenzando en la sección apocalíptica, que empieza en el capítulo 4, el último libro de la Biblia se ocupa de las dificultades externas con las que se enfrenta la iglesia de Dios.20 Babilonia no aparece en el marco epistolar del Apocalipsis. Dado que la sección apocalíptica no se ocupa de las dificultades internas de la iglesia, no tiene sentido reflexionar desde la perspectiva de Apocalipsis en cuanto a un supuesto espíritu babilónico en la iglesia o una difuminación de los límites entre Babilonia y la iglesia. Para el autor del Apocalipsis, Babilonia y la iglesia son entes separados que no tienen nada que ver el uno una con el otro. La verdadera iglesia de Dios puede ser Laodicea, pero no es Babilonia.
De manera similar, la ciudad santa de Apocalipsis 11: 2 y Babilonia, como la gran ciudad, se mantienen separadas. Las figuras femeninas positivas de Apocalipsis, la mujer de Apocalipsis 12 y la novia del Cordero, no tienen nada que ver con la ramera. También el remanente aparece en contraposición con la ramera. El mensaje de los tres ángeles concluye proclamando: «Aquí está la perseverancia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús» (Apoc. 14: 12). Por una parte está Babilonia: el segundo mensaje. También hay adoradores de la bestia y de la imagen, y los que tienen la marca de la bestia: el tercer mensaje. Por otra parte están los santos que claramente difieren de los grupos anteriores. Los rasgos que los caracterizan no pertenecen a Babilonia y sus seguidores. Apocalipsis 14: 4 dice que los 144,000 son vírgenes que simbólicamente no se han contaminado con mujeres, ni han probado el vino de la fornicación babilónica. Finalmente, los verdaderos creyentes salen indemnes de los efectos de las plagas que golpean a Babilonia (Apoc. 16: 2).
En Apocalipsis 18: 4 el pueblo de Dios («mi pueblo») es llamado a dejar Babilonia. Sin embargo, el llamado no se dirige al remanente, puesto que ya están separados de Babilonia. Para la audiencia de Juan, este llamamiento, evoca Jeremías 51: 45 e Isaías 48: 20, donde Israel se encuentra en Babilonia y debe dejar Babilonia a la primera oportunidad.21 El pueblo de Dios no es idéntico a Babilonia, aunque pueden haber estado en ella por un tiempo determinado, así como Lot no puede ser equiparado con la población de Sodoma.22
En cualquier caso, todos los creyentes están llamados individualmente a reflexionar en cuanto al pueblo de Dios y Babilonia, y a tomar las decisiones correctas. Si piensan que pertenecen al pueblo de Dios, entonces deben aprender de la historia de Israel y de la iglesia cristiana, y asegurarse de que se mantienen firmes y no caen (1 Cor. 10: 12). El orgullo, la arrogancia o el triunfalismo están fuera de lugar. Desgraciadamente es posible perder lo que se ha recibido. El Nuevo Testamento advierte repetidamente del peligro de la apostasía.23 Por otro lado, los seguidores de Jesús, que están en Babilonia, están llamados a reconocer la divina denuncia de la ramera y a separarse de Babilonia.
Babilonia en el movimiento millerita y entre los primeros adventistas
William Miller identificó a Babilonia con la Roma papal. Otros milleritas, como Sylvester Bliss, siguieron esta interpretación. Cuando las denominaciones protestantes rechazaron el mensaje de la pronta segunda venida, estas iglesias fueron incluidas por los milleritas en el concepto de «Babilonia». En adelante, los milleritas consideraron a Babilonia como una unión entre la iglesia de Roma y las denominaciones protestantes.
El adventista Joseph Bates consideró 1843-1844 como la época de la caída de Babilonia. James White entendía a Babilonia como las iglesias apóstatas. John N. Andrews designó como Babilonia a todas las religiones e iglesias del pasado y del presente que se unieron al mundo y fueron apoyadas por poderes seculares, incluyendo la sinagoga judía, la iglesia papal, las iglesias griegas y las protestantes. Uriah Smith enfatizó que la caída de Babilonia fue una caída moral. En su opinión, Babilonia personificaba el cristianismo apóstata, y el vino de fornicación de Babilonia significaba falsas doctrinas y peligrosas herejías. Babilonia tendría varios componentes, a saber, el paganismo, la Iglesia Católica y el protestantismo.24
Elena G. de White y Babilonia
En los escritos originales en inglés, Elena G. de White usa los términos «Babel», «Babylonia»25 y «Babylon» (Babilonia). El término «Babel» se refiere predominantemente a la torre de Babel en el Génesis 11.26 «Babylonia» aparece solo una vez.27 Sin embargo, «Babylon» aparece con bastante frecuencia y representa al Imperio neobabilónico,28 la antigua ciudad de Babilonia29 y la provincia de Babilonia.30 El término también se utiliza en un sentido metafórico31 y además se refiere a la Babilonia escatológica que se encuentra en el Apocalipsis.
Elena aborda varios aspectos de la Babilonia escatológica: 1) la interpretación de Babilonia en la historia de la iglesia y en la historia adventista temprana; 2) el carácter, la identidad, la condición y el destino de Babilonia; 3) la percepción de algunos críticos de que la Iglesia Adventista era supuestamente Babilonia; 4) la responsabilidad de proclamar los mensajes de Apocalipsis 14: 7-12 y 18: 2-4.
Elena G. de White y Babilonia en la historia de la iglesia y en los inicios del adventismo
Elena. G. de White registra que ya los antiguos valdenses describían a la Iglesia Romana como Babilonia.32 En los años 1843-1844, antes de la esperada segunda venida de Jesús, los creyentes en el advenimiento dejaron las denominaciones protestantes que habían rechazado el mensaje del primer ángel y los consideraban también como Babilonia.33 En la década de 1850 los adventistas sabáticos lucharon con la cuestión de si la adopción de una forma o estructura organizativa eclesiástica estaba relacionada con Babilonia.34
Elena G. de Whitey el carácter, identidad, situación y destino de Babilonia
Elena. G. de White se posicionó personalmente con bastante claridad. Las características de Babilonia como ramera simbólica son la corrupción y la apostasía.35 Esta apostasía se manifiesta en el rechazo de la ley de Dios,36 particularmente en el desprecio del sábado y la observancia forzada del domingo,37 el rechazo a aceptar la señal o sello de Dios,38 y la propagación de falsas doctrinas como la inmortalidad inherente del alma39 y el tormento eterno.40 Babilonia intenta controlar las conciencias y suprimir la libertad religiosa. Se esfuerza por lograr una confederación universal de poderes apóstatas y fuerzas satánicas,41 y busca la unidad de la iglesia y el estado.42 Persigue al remanente de Dios43 y al hacerlo emplea el engaño y la violencia.44
Elena G. de White habla de Babilonia en el contexto de la bestia que sube del mar y su imagen,45 así como del «hombre de pecado».46 Babilonia es el símbolo de la iglesia apóstata y amante del mundo de los últimos días47 que debe ser juzgada y destruida.48 Ella sugiere que Babilonia no solo se aplica a la Iglesia Romana, porque los mensajes de Apocalipsis 14 y 18, que anuncian la caída de Babilonia, se proclaman en los últimos días. Dado que el romanismo ya ha estado en un estado apóstata durante muchos siglos,49 Babilonia incluye el catolicismo romano,50 así como el protestantismo como un cordero que habla con la voz de un dragón:51 iglesias que cayeron de su posición espiritual y se convirtieron en poderes perseguidores.52 En ese contexto, también menciona el espiritismo como un componente de Babilonia.53
Para Elena. G. de White el término «caído» se refiere principalmente a la apostasía y a la creciente depravación.54 Como la caída —apostasía— de Babilonia es progresiva, el cumplimiento completo de Apocalipsis 14: 8 sigue pendiente. El cumplimiento de la profecía será completo cuando las iglesias se hayan unido por completo con el mundo.55 Sin embargo, hay hombres y mujeres piadosos en las iglesias caídas que son llamados a salir de Babilonia.56 Al final de los tiempos solo habrá dos clases de personas en el mundo.57 Mientras que Babilonia será un símbolo de la mayoría del mundo,58 el otro grupo será el remanente de Dios.
Elena G. de White y la afirmación de que la Iglesia Adventista es Babilonia
En ocasiones, miembros insatisfechos de la iglesia han descrito a la Iglesia Adventista como Babilonia.59 Sin embargo, Elena. G. de White enfatiza repetidamente que la Iglesia Adventista del Séptimo Día no es Babilonia. La iglesia no tiene los rasgos esenciales de Babilonia;60 al contrario, guarda los mandamientos de Dios. Dios ama, enseña y guía a la iglesia, la cual tiene una importancia suprema para él. Nada en este mundo es más precioso para Dios que su iglesia.61
Elena G. de White y los mensajes de Apocalipsis 14 y 18
Elena G. de White estaba convencida de que los adventistas estaban llamados a proclamar con poder y valentía la caída de Babilonia (Apoc. 14: 8; 18: 1-4).62 Las iglesias y el mundo deben ser advertidos.63 Las editoriales debían desempeñar un papel importante en esa tarea.64 Sin embargo, la proclamación necesitaba sabiduría y discreción.65
Babilonia en la Iglesia Adventista contemporánea
En la actualidad en la Iglesia Adventista por lo general se sigue la interpretación de Uriah Smith y el entendimiento de Elena G. de White con respecto a Babilonia. Babilonia es el sistema religioso que apostató de Dios y se alió con el poder político. Consiste en organizaciones religiosas apóstatas, particularmente durante la fase final del conflicto entre el bien y el mal. Babilonia engaña a las naciones y a los líderes sociales y religiosos. Orgullo y arrogancia, desafío a Dios y persecución de disidentes son las características esenciales de Babilonia. Incluye el paganismo/espiritismo, la Iglesia Católica y las iglesias protestantes que se han alejado del evangelio eterno y del mensaje de la Biblia.
La caída de Babilonia se entiende generalmente de forma progresiva66 y que no se ha completado. Eso sucederá cuando las iglesias protestantes cooperen con Roma de tal manera que se cumpla el escenario descrito al final de Apocalipsis 13: el fin de la libertad de conciencia y religiosa.67 Finalmente, Jesús intervendrá, destruirá Babilonia y liberará a su pueblo. A la segunda venida de Cristo le seguirá el milenio y el reino de Dios descrito en Apocalipsis 21 y 22.
Los adventistas son llamados a proclamar con tacto y sensatez el mensaje bíblico completo, que incluye el llamado a salir de la alianza religiosa global apóstata, llamada Babilonia, y la advertencia de abandonar las doctrinas falsas. Ahora bien, los adventistas no caen en la denigración de otras iglesias y religiones. Creen que los verdaderos creyentes de diferentes religiones han de forman parte del reino de Dios. También distinguen entre creyentes individuales y sistemas religiosos apóstatas. Respetan por encima de todo la libertad religiosa y la libertad de conciencia. Al mismo tiempo, intentan vivir en una relación íntima con el Señor, tratando de entender su Palabra y seguirla, y transmitiendo el evangelio eterno a todo el mundo.
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1 En Apocalipsis 16: 19 se menciona a Babilonia por su nombre.
2 La ramera comparte elementos comunes con la bestia de Apocalipsis 13: 1) Por un lado se menciona el gran poder de la bestia (Apoc. 13: 2); por otro lado, se oye hablar de la gran Babilonia (Apoc. 17: 5, 17). 2) El poder de la bestia se extiende sobre todos los pueblos de la tierra (Apoc. 13: 7); se subraya el dominio de Babilonia sobre los reyes de la tierra (Apoc. 17: 18). 3) La bestia del mar lucha contra los santos (Apoc. 13: 7), mientras que la ramera se embriaga con la sangre de los santos (Apoc. 17: 6). 4) El pueblo depende de la bestia (adoración, Apoc. 13: 8); depende de la ramera («vino de su prostitución», Apoc. 17: 2, DHH). 5) Ambas entidades se oponen al Cordero (Apoc. 13: 8), a Jesús (Apoc. 17: 6).
3 La mujer es un símbolo de la iglesia de Dios. En el Antiguo Testamento el pueblo de Dios ya se comparaba con una mujer (Isa. 54: 5-6), y lo mismo aparece en el Nuevo Testamento (Efe. 5: 25-32). Si el pueblo de Dios se separa del Señor, Israel/Judá se convierte en una ramera (Jer. 3: 20; Eze. 23: 2-4). De hecho, en el Apocalipsis la iglesia que es fiel al Señor (Apoc. 12) se enfrenta a la iglesia que ha apostatado del Señor, la ramera Babilonia (Apoc. 17). El niño varón es Jesucristo: 1) «Gobernar con una vara de hierro» se toma del Salmo 2, que es mesiánico. 2) Este término se aplica a Jesús en Apocalipsis 19: 15. 3) El llevar al niño a Dios y a su trono apunta a la ascensión de Jesús y su entronización a la derecha de Dios.
4 Véase una descripción detallada en Ángel Manuel Rodríguez, Future Glory: The 8 Greatest End-Time Prophecies in the Bible (Hagerstown, MD: Review and Herald, 2002), pp. 102-112.
5 Cf. Beale, op. cit., p. 683, que incluso menciona que las siete cabezas de Apocalipsis 13 son la suma de las cabezas de las bestias de Daniel 7. Cf. LaRondelle, How to Understand the End-Time Prophecies of the Bible, pp. 292-294.
6 Con el dragón las coronas están en las cabezas, mientras que la bestia que sube del mar luce las coronas en los diez cuernos, los cuales ya han aparecido en Daniel 7, donde son los poderes políticos que sucedieron al Imperio romano después de su desaparición. La bestia de Apocalipsis 13, que sigue al Imperio romano, se describe por lo tanto a partir del siglo V d. C. con especial atención a los acontecimientos finales, a saber, su culto universal. Cf. Rodríguez, op. cit., p. 104; LaRondelle, How to Understand the End-Time Prophecies of the Bible, p. 293.
7 El texto griego permite la identificación de la «casa de Dios» con los que habitan en el cielo. También es posible verlos por separado.
8 Cf. Rodríguez, op. cit., p. 108.
9 Cf. Beale, op. cit., p. 687, en Apocalipsis 2: 9.
10 Las secciones Apocalipsis 13: 1-4 y Apocalipsis 13: 5-8 parecen correr paralelas. Cf. Shea, «Las profecías cronológicas de Daniel 12 y Apocalipsis 12-13», en Simposio sobre Apocalipsis-Libro 1, pp. 387-428; William G. Johnson, «La victoria escatológica de los santos sobre las fuerzas del mal», en Simposio sobre Apocalipsis–Libro 2, ed. Frank B. Holbrook (Doral, FL: IADPA, 2011), pp. 13. En ambas secciones se menciona la boca, la blasfemia, el poder y la adoración.
11 Cf. LaRondelle, op. cit., p. 291.
12 Cf. Rissi, op. cit., p. 33; Rodríguez, op. cit., pp. 104-106.
13 Cf. Rodríguez, op. cit., pp. 113-114. LaRondelle, op. cit., pp. 302-303, expone las diferentes interpretaciones del término «tierra», sin embargo, al no estar al corriente del punto de vista de Rodríguez, resulta más bien vago.
14 David E. Aune, Revelation 6-16, Word Biblical Commentary, vol. 52B (Nashville, TN: Nelson, 1998), p. 780.
15 Cf. Jon Paulien, What the Bible Says About the End-Time (Hagerstown, MD: Review and Herald, 1994), pp. 115-116; Rodríguez, op. cit., pp. 117-119. Aune, op. cit., p. 759, conecta su interpretación del fuego que cae del cielo también con el evento del Carmelo (cf. Mat. 24: 24; 2 Tes. 2: 9-10). LaRondelle, How to Understand the End-Time Prophecies of the Bible, pp. 306-307, menciona la posibilidad de que la humanidad interprete el fuego que desciende del cielo como una manifestación del Espíritu Santo, mientras que en realidad es un fenómeno seudocarismático y un puro remedo del verdadero Pentecostés. Sin embargo, el paralelismo con 1 Reyes 18: 38 es más claro.
16 Cf. Aune, Revelation 6-16, p. 761.
17 Rodríguez, op. cit., pp. 116-117.
18 LaRondelle, op. cit., p. 302. En la página 305, explica que Apocalipsis menciona dos figuras del anticristo que operan en conjunto: el falso Cristo y el falso profeta, donde cada uno desempeña su propia función para lograr un objetivo común de llevar al mundo entero a la rebelión contra Dios.
19 Las dificultades externas son la blasfemia (Apoc. 2: 9), la angustia y la persecución (Apoc. 2: 9-10; 6: 9-11; 7: 14; 12: 13-17; 13: 7, 16-17; 17: 6), la muerte y el martirio (Apoc. 2: 10; 13: 15); las dificultades internas son la falta de amor (Apoc. 2: 4), los falsos maestros (Apoc. 2: 6, 14-15, 20-24), la muerte espiritual (Apoc. 3: 1), la tibieza (Apoc. 3: 15-16) y el autoengaño (Apoc. 3: 17).
20 Esto puede esperarse de la literatura apocalíptica, que es una literatura de crisis y en la que un grupo tiene que defenderse de su entorno.
21 Así como Abraham tuvo que dejar su patria (Gén. 12: 1), como Lot tuvo que dejar Sodoma (Gén. 19: 12-17), como Israel tuvo que dejar atrás a Egipto, y como el pueblo de Israel tuvo que distanciarse de las familias de Coré, Datán y Abiram (Núm. 16: 23-26), así el pueblo de Dios tiene que dejar atrás a Babilonia. Cf. Swete, op. cit., p. 229.
22 Lot era justo y «abrumado por la conducta pervertida de los malvados [de Sodoma] (pues este justo, que habitaba entre ellos, afligía cada día su alma justa viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos)» (2 Ped. 2: 7-8). Incluso antes de que se haga el llamado a dejar Babilonia, Apocalipsis 17: 6 muestra la yuxtaposición de la ramera y los santos. Los santos son mártires. La ramera está ebria de su sangre y la sangre de los testigos de Jesucristo. En vista del juicio emitido sobre la ramera, Apocalipsis 18: 20 declara que los santos, apóstoles y profetas están llamados a regocijarse «porque Dios ha dado juicio por vosotros contra ella». Los santos no tienen nada que ver con Babilonia. De hecho, son perseguidos por Babilonia. Apocalipsis 18: 24 posteriormente regresa al pensamiento de 17: 6. Es posible que por medio de los términos «santos» y «mi pueblo» se haga una distinción entre los creyentes que están fuera de Babilonia y los creyentes que aún siguen en ella sin ser parte de ella.
23 Especialmente claro y evidente en Hebreos 6: 4-6; 10: 19-31.
24 Véase «Babylon, Symbolic», pp. 149-150.
25 De esta forma inusual, Babylonia deriva de Babylonian (babilónico) en inglés.
26 E. G. de White, Patriarcas y profetas (Doral, FL: IADPA, 2008), p. 99.
27 E. G. de White, Profetas y reyes (Miami, FL: IADPA, 1957), p. 372.
28 Ibid., p. 373.
29 Ibid.
30 E. G. de White, The Sanctified Life (Washington, DC: Review and Herald, 1956), p. 37.
31 E. G. de White, Mensajes selectos (Doral, FL: IADPA, 2000), t. 3, p. 293; E. G. de White, Testimonios para la iglesia (Doral, FL: IADPA, 2003), t. 1, p. 245; E. G. de White, Temperancia (Mountain View, CA: Pacific Press, 1949), p. 24.
32 E. G. de White, Spiritual Gifts (Washington, DC: Review and Herald, 1945), t. 4, p. 70.
33 E. G. de White, Primeros escritos (Doral, FL: IADPA, 2010), pp. 285; E. G. de White, La historia de la redención (Doral, FL: IADPA, 2013), pp. 313-316.
34 White, Testimonios para la iglesia, t. 1, p. 245, sostiene que la organización de la iglesia era necesaria y no un legado de Babilonia.
35 E. G. de White, Patriarcas y profetas (Doral, FL: IADPA, 2008), p. 145.
36 E. G. de White, Testimonios para la iglesia (Doral, FL: IADPA, 2007), t. 4, p. 17.
37 Ibid., t. 8, p. 94; Profetas y reyes (Doral, FL: IADPA, 1957), p. 126.
38 E. G. de White, «God Warns Men of His Coming Judgments», Review and Herald, 5 de noviembre de 1889, p. 690.
39 E. G. de White, Mensajes selectos (Nampa, ID: Pacific Press, 1967), t. 2, p. 119, E. G. de White, (Doral, FL: IADPA, 2000), t. 3, p. 462.
40 E. G. de White, Spirit of Prophecy, t. 4, p. 357.
41 White, Mensajes selectos, t. 3, pp. 447-448.
42 E. G. de White, Spirit of Prophecy (s.l.: s.e., 1884), t. 4, p. 424.
43 E. G. de White, Manuscript Releases (Silver Spring, MD: Ellen G. White Estate, 1990), t. 14, p. 152, E. G. de White (Silver Spring, MD: Ellen G. White Estate, 1990), t. 18, p. 29.
44 Ibid., t. 18, p. 347.
45 Cf. Apocalipsis 13; White, Mensajes selectos, t. 3, p. 463.
46 Cf. 2 Tesalonicenses 2; White, Manuscript Releases, t. 14, pp. 152-153.
47 Elena G. de White, Palabras de vida del gran Maestro (Doral, FL: IADPA, 2019), p. 183; White, Patriarcas y profetas, p. 98.
48 White, Spirit of Prophecy, t. 4, p. 470.
49 E. G. de White, El conflicto de los siglos (Doral, FL: IADPA, 2013), pp. 379-381.
50 Ibid., pp. 59-60, 382; E. G. de White, Spirit of Prophecy, t. 4, p. 233, E. G. de White, Mensajes selectos, t. 3, p. 406.
51 E. G. de White en Comentario bíblico adventista (Buenos Aires: ACES, 1996), t. 7, p. 994.
52 E. G. de White, Testimonios para los ministros (Doral, FL: IADPA, 2018), p. 117.
53 E. G. de White, El conflicto de los siglos, pp. 589-590.
54 E. G. de White, Primeros escritos, p. 327.
55 E. G. de White, El conflicto de los siglos, p. 386.
56 E. G. de White, Testimonios para la iglesia, (Doral, FL: IADPA, 1998), t. 9, p. 90.
57 E. G. de White, «The World to be Warned», Review and Herald, 28 de julio de 1904, p. 7.
58 E. G. de White, «A Symbol of the Final Destruction», Signs of the Times, 29 de diciembre de 1890, p. 605.
59 Por ejemplo, el movimiento Stanton. Stanton, un adventista del séptimo día que publicó un folleto sobre la caída de Babilonia en 1893, en el que afirmaba, entre otras cosas, que la Iglesia Adventista del Séptimo Día estaba espiritualmente en bancarrota y por lo tanto la colocó en Babilonia. Al hacerlo, distorsionó los mensajes de Elena G. de White a la iglesia. White respondió inmediatamente y le escribió una carta (Carta 57, 1893) desde Australia, donde residía en aquellos momentos. Además, escribió una serie de artículos en cuatro partes para la Review and Herald (desde el 22 de agosto al 12 de septiembre de 1893) que se opusieron a los puntos de vista de Stanton. Esta serie de artículos fue reimpresa en E. G. de White, Testimonios para los ministros (Doral, FL: IADPA, 2018), pp. 26-71. Como resultado, el movimiento Stanton se desintegró. Cf. Arthur L. White, Ellen White, Volume 4 - The Australian Years, 1891-1900 (Hagerstown, MD: Review and Herald, 1983), pp. 80-85; Issues: The Seventh-day Adventist Church & Certain Private Ministries (Silver Spring, MD: The North American Division, s. f.), pp. 56-60.
60 E. G. de White, Manuscritos inéditos (Doral: FL, IADPA, 2015), t. 1, pp. 271-277; Mensajes selectos, t. 2, pp. 72-80.
61 White, Manuscritos inéditos, t. 1, p. 148.
62 White, Manuscript Releases, t. 14, p. 160; La historia de la redención, p. 399.
63 E. G. de White, Manuscript Releases (Silver Spring, MD: Ellen G. White Estate, 1990), t. 10, p. 315; «Unselfish Christian Effort», Watchman, 8 de octubre de 1907, p. 643.
64 E. G. de White, Testimonios para la iglesia (Doral, FL: IADPA, 1998), t. 7, p. 137.
65 E. G. de White, El evangelismo (Doral, FL: IADPA, 2016), pp. 420-421; E. G. de White, Testimonios para la iglesia (Doral, FL: IADPA, 2004), t. 6, pp. 55-56.
66 Ciertamente hay debate en lo tocante a cómo entender Babilonia dentro de la Iglesia Adventista. Sin embargo, a menudo la pregunta en esas discusiones no es tanto si Babilonia es un sistema religioso escatológico, sino qué significa que Babilonia ha caído. Algunos teólogos ven en Apocalipsis 14: 8; 18: 2 el juicio sobre Babilonia en vez de la apostasía de Babilonia. Cf. por ejemplo, Ranko Stefanovic, La revelación de Jesucristo: Comentario del libro del Apocalipsis (Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 2013), pp. 456, 458, 537-541, sin embargo, sugiere que Babilonia es una confederación religiosa escatológica del dragón, la bestia que sube del mar y la bestia que sube de la tierra.
67 Véase «Babylon, Symbolic», pp. 148, 150.