El término prōtotokos (combinación de dos palabras griegas prōtos [«primero»] y tiktō [«nacido»]; en hebreo bekor) significa «primogénito», por lo que la traducción es correcta. Sin embargo, la pregunta crucial es: ¿Cuál es la función bíblica de esta palabra? En algunos contextos, esta expresión no tiene connotaciones de nacimiento o de nacer el primero en la familia, y el elemento temporal no desempeña ningún papel. El primogénito era un líder, tenía privilegios especiales y heredaba una porción doble para atender las necesidades de la familia más numerosa (véase Gén. 25: 23; 48: 13-20; Deut. 21: 15-17; 2 Crón. 21: 3). Eran importantes las responsabilidades, el rango, la autoridad y la dignidad del primogénito. Su posición era única.
El término se utiliza en sentido figurado en frases como «el primogénito de la muerte» (la muerte considerada como el principal enemigo; Job 18: 13), «el primogénito de los pobres» (que significa el más pobre de los pobres; Isa. 14: 30), y «la congregación de los primogénitos» (refiriéndose a la posición exaltada de los redimidos; Heb. 12:23), y Cristo siendo «el primogénito entre muchos hermanos» (señalando su posición suprema entre ellos; Rom. 8: 29). En la Biblia, David era el hijo menor, pero se convirtió en el primogénito porque fue exaltado a ser el rey en Israel (1 Sam. 16: 10-12; Sal. 89: 20-27). Jacob no era el primogénito, sino Esaú; sin embargo, Jacob fue llamado a ser el primogénito (Gén. 25: 25-26; Éxo. 4: 22). Efraín no nació primero (sino Manasés), y sin embargo se le llama primogénito (Gén. 41: 50-52; Jer. 31: 9). Judá (gobierno) y Leví (liderazgo religioso) recibieron los privilegios de primogénito en lugar de Rubén (Gén. 35: 22; 49: 3-4, 8; 1 Crón. 5: 1-2; Núm. 3: 12-13; Heb. 7: 5, 9). Todos ellos recibieron una posición muy honrosa de autoridad y honor, es decir, la posición del primogénito. En el mundo actual, hablamos de la «primera dama» o el «primer caballero», y estos términos no transmiten la idea de que nacieron primero, sino que tienen una posición especial de honor por ser los cónyuges del presidente.
¿Cómo debe entenderse este término en relación con Jesús? Se atestigua un sentido literal de esta palabra cuando se describe a Jesús como el «hijo primogénito» de María (Mat. 1: 25; Luc. 2: 7). En todos los demás casos, se trata de un significado figurado. Pablo afirma que Cristo «es la imagen del Dios invisible, el primogénito sobre toda creación» (Col. 1: 15). Otras traducciones como NVI, NBL y BJ afirman: «Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación». Es muy significativo reconocer que según Colosenses 1: 16, Cristo como Primogénito es el Creador: «porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él». Todo fue creado por Jesús; por lo tanto, él no puede ser una creación. El siguiente versículo explica aún más: «él es antes que todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten» (Col. 1: 17).
Según Colosenses 1: 18, Jesús es el Primogénito de entre los muertos, aunque Cristo no fue cronológicamente el primero que resucitó a la vida. Antes de que él resucitara, estaban Moisés (Judas 1: 9; Mat. 17: 3; Luc. 9: 30), el hijo de la viuda de Sarepta (1 Rey. 17: 21-23), el hijo de la sunamita (2 Rey. 4: 32-37), el hijo de la viuda de Naín (Luc. 7: 14-15), la hija de Jairo (Mar. 5: 40-42), Lázaro (Juan 11: 41-45), y un número desconocido de personas en el momento de la muerte de Cristo en la cruz (Mat. 27: 52-53). Sin embargo, la resurrección de Cristo es la clave de todas las demás resurrecciones (1 Cor. 15: 13-19). Él venció a la muerte y es la Resurrección (Juan 11: 25; 2 Tim. 1: 10; Apoc. 1: 18). Sin la resurrección de Cristo nadie podría ser resucitado. Cristo es supremo; su preeminencia se enfatiza con el término «primogénito», es decir, tener el primer lugar en todo. Así, el propósito o intención del texto queda explícitamente expuesto: «Él es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia, y es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia [participio deprōteuō]» (Col. 1: 18). El participio griego deprōteuō significa «ser el primero», «tener el primer lugar», es decir, tener preeminencia.
Cuando todos se aplican a Jesús, el término «primogénito» describe su posición exaltada, su papel clave en la resurrección, y no implica en absoluto que haya nacido. Cristo es la Llave para abrir las tumbas de todos los creyentes y darles la vida eterna. Él tiene una posición muy privilegiada, única e irremplazable-una posición de autoridad, supremacía y honor como el Creador.