Wilson Paroschi
“Jesús le respondió: ‘Te lo aseguro: Hoy estarás conmigo en el paraíso’ “. Lucas 23:43, NBE.
La promesa de Jesús al ladrón en la cruz que se registra en Lucas 23:43 ha sido usada tradicionalmente como una importante prueba de la inmortalidad del alma; es decir, la creencia de que el espíritu o el alma de los fieles fallecidos tiene existencia consciente en el Cielo antes de la resurrección. De acuerdo con este concepto, que es compartido por la vasta mayoría de los cristianos, cuando el criminal penitente le pidió a Jesús que se acordara de él en su reino, se le aseguró que estaría en el paraíso ese mismo día.
Puntuación del texto – El problema depende de cómo se coloca la puntuación en la declaración de Jesús. Si se pone la coma (o los dos puntos) antes de “hoy”, como lo hace la mayoría de las traducciones, el pasaje reza: “De cierto te digo, hoy estarás conmigo en el paraíso”. Pero si la coma (o los dos puntos) se coloca después de “hoy”, entonces Jesús simplemente habría dicho: “De cierto te digo hoy, estarás conmigo en el paraíso”. ¿Qué quiso decir Jesús realmente?
En los primeros siglos del Cristianismo, los manuscritos del NT fueron escritos sin separación entre palabras y frases, y escasa o ninguna puntuación se utilizó para indicar cómo debería leerse el texto. La coma, por ejemplo, se introdujo tardíamente, recién en el siglo IX. En todo caso, la presencia de una coma, o de cualquier otro signo de puntuación, en los manuscritos griegos revela solamente la comprensión en boga del significado del pasaje. Así, cuando se puso la puntuación en Lucas 23:43, la coma fue colocada antes de “hoy” no por razones gramaticales, sino por la convicción teológica, prevaleciente en esa época, de que la recompensa final de los fieles que fallecen ocurre al morir.
Traducción alternativa – Hay evidencia inequívoca de que esta interpretación no era la única forma en que se entendió el pasaje en los primeros siglos de la iglesia. Traducciones antiguas, citas de los escritores de la iglesia e incluso signos específicos en los manuscritos griegos dan testimonio del hecho de que la lectura alternativa tuvo en realidad defensores en el Cristianismo temprano (ver el recuadro, p. 300). Y al contrario de lo que a menudo se alega, colocar la coma después de “hoy” no hace que la palabra “hoy” sea superflua. Se ha argumentado correctamente que el uso de “hoy” para introducir o cerrar una declaración es apenas un modismo semítico que tiene por objeto intensificar el significado y la solemnidad de la declaración que sigue o que acaba de ser pronunciada. De hecho, este modismo es muy común en la Escritura; solo en Deuteronomio hay más de 40 ejemplos de expresiones tales como: “Te enseño hoy”, “pongo delante de ti hoy”, “te doy hoy”, “te mando hoy”, “testifico contra ti hoy” y “te declaro hoy” (p. ej., 4:26; 6:6; 7:11; 8:19; 11:26, 32; 30:18, 19; 32:46; cf. Hech. 20:26; 26:2). Ésta y otras expresiones bíblicas semíticas eran familiares para Lucas gracias a la LXX, la traducción griega del AT usada por los primeros cristianos.
La redacción “De cierto te digo hoy, estarás conmigo en el paraíso”, se halla en una de las traducciones más tempranas del NT, la Siríaca Curetoniana, cuyo texto se remonta al siglo II. También se encuentra en autores de la iglesia, tales como Efrén en el siglo IV, y Casiano y Hesiquio en el siglo V. Esta versión se encuentra además en dos obras apócrifas independientes, quizá del siglo IV: Hechos de Pilato y El descenso de Cristo al infierno.
Evidencia textual – Para establecer el significado de la declaración de Jesús en la cruz es importante considerar toda la enseñanza bíblica concerniente al momento cuando los salvados entrarán como su recompensa en el paraíso. Al decir “paraíso” no hay duda de que Jesús se refirió al Cielo (2 Cor. 12:2-4) o a la eterna morada de los redimidos en la Nueva Jerusalén, en la cual se hallarán el árbol de la vida y el trono de Dios (Apoc. 2:7; 22:1-5). En otro pasaje Jesús se refiere a las muchas moradas en la casa de Dios y al tiempo cuando vendrá otra vez a tomar consigo mismo a los suyos (Juan 14:1-3). En esa oportunidad invitará a sus seguidores a heredar el reino preparado para ellos desde la fundación del mundo (Mat. 25:31-34). Este acontecimiento será un glorioso momento de reunión en el cual ocurrirá la celebración final y completa de la liberación del pecado (Luc. 22:14-18).
Dádiva de la inmortalidad – Pablo enseña que los creyentes que fallecen saldrán de sus sepulcros en la segunda venida de Jesús (1 Cor. 15:20-23), cuando les será dado el regalo de la inmortalidad (vers. 51-55). Los justos resucitados y los justos que estén vivos serán entonces arrebatados juntamente para encontrarse con Jesús en el aire, y así estar para siempre con él (1 Tes. 4:17). Es importante notar que, de acuerdo con Pablo, es la resurrección de Jesús, no su muerte, lo que da a los justos la esperanza de la vida eterna (1 Cor. 15:16-19; Rom. 10:9). Por tanto, habría sido extraño que Jesús hubiera prometido al ladrón que estarían juntos en el paraíso ese mismo día. Más aún, la Biblia también enseña claramente que el día que murió, Cristo fue al sepulcro (Luc. 23:50-54; Hech. 2:31, 32; 13:29-31). Argumentar que solamente el cuerpo de Cristo fue al sepulcro mientras que su Espíritu ascendió al Cielo es ignorar que temprano en la mañana de la resurrección Jesús le dijo a María que no lo tocara porque aún no había subido a su Padre (Juan 20:17).
Significado del pasaje – Por consiguiente, no parece apropiado concluir que Jesús prometió que tanto él como el ladrón penitente estarían juntos en el paraíso el día de su muerte. Si la coma es colocada antes de “hoy”, se vuelve virtualmente imposible reconciliar este pasaje con lo que enseña toda la Biblia, incluyendo lo que Jesús mismo enseñó, concerniente al tiempo cuando los fieles fallecidos recibirán su recompensa final. Poner la coma después de “hoy” es un modismo semítico que enfatiza el significado del anuncio.
Poner la coma después de “hoy” es un modismo semítico que enfatiza el significado del anuncio.
Finalmente, hay además amplia evidencia histórica para demostrar que esta forma de entender el pasaje no es nueva ni ilegitima. Importantes segmentos de la iglesia primitiva aceptaron esta lectura: “De cierto te digo hoy, estarás conmigo en el paraíso”, aún después que la creencia en la inmortalidad del alma se había vuelto predominante en la cristiandad.
El ladrón le pidió a Jesús que se acordara de él en su reino. Aparte de su entrega a Jesús en el momento final de su vida, no hay nada especial en su pedido acerca del reino de Jesús. No deberíamos cometer el error de pensar que él entendía plenamente las enseñanzas de Jesús sobre el tema. Pero, no importa cuán elementales sus ideas mesiánicas pudieron haber sido, Jesús no le prometió un compañerismo consciente en el Cielo inmediatamente después de morir. Al usar “hoy” después de “de cierto te digo”, el Salvador hizo una solemne promesa y así llevó aliento y esperanza al corazón de ese hombre moribundo, pero sin precisar cuándo se cumpliría esa promesa.