Richard M. Davidson
“De todo animal limpio tomarás siete parejas, cada macho con su hembra; pero de los animales que no son limpios, una pareja, un macho con su hembra”. Génesis 7:2.
Algunas personas han cuestionado el carácter histórico de un diluvio universal porque, entre otras cosas, no pueden imaginar que el arca de Noé hubiese albergado a todas las distintas especies animales hoy en existencia. Por eso creen que lo que describe Génesis 7-9 es solo una inundación local, a veces ubicada en el Cercano Oriente. Sin embargo el texto bíblico es claro: el diluvio fue universal, y todas las especies de animales terrestres que Dios había creado fueron salvadas en el arca.
Tamaño del arca – En primer lugar consideremos el enorme tamaño del arca. Según Génesis 6:15, el arca tenía 300 codos de largo o eslora, 50 de ancho o manga, 30 de alto o puntal, y poseía tres pisos o cubiertas. Si suponemos un codo de 45 cm (pudo haber sido mayor, pero esta es la longitud generalmente aceptada del codo egipcio e israelita), las dimensiones del arca eran de una eslora de 135 m, una manga de 22,5 m y un puntal de 13,5 m. John Whitcomb y Henry Morris calculan que esto haría lugar a una superficie total de cubierta de unos 9.000 m2, un volumen de 40.000 m3 y un desplazamiento de unas 14.000 toneladas.1 Esto coloca al arca dentro de las dimensiones de un buque moderno.
Dentro de las restricciones estructurales, cálculos recientes indican que habría espacio más que suficiente para los tipos básicos creados por Dios en el principio, y ser albergados en el arca junto con el alimento necesario para su mantenimiento.
En segundo lugar, el texto bíblico indica que Noé debía llevar representantes de cada animal terrestre de respiración aérea “para conservar viva la especie sobre la faz de la tierra” (Gén. 7:2, 3). Sin embargo no es correcto suponer que todas las especies en el sentido técnico taxonómico moderno del término que viven hoy tuvieron representantes en el arca. Génesis 2:19 implica que al tiempo de la creación había mucho menos tipos distintos de animales de tamaño considerable (“bestias del campo”) y de aves que hoy, ya que Adán pudo observar y denominar a cada una separadamente durante el sexto día antes de la creación de Eva. Tal fue también el caso de otros animales más pequeños que Adán no denominó durante el sexto día.
Para tiempos del diluvio cada “tipo” (heb. [mîn]) básico de animal creado por Dios pudo haberse diversificado un tanto y formado varios subgrupos, pero aun así no se habría acercado siquiera al número casi interminable de especies y subespecies que se han desarrollado hasta el presente como linajes distintos a partir de los tipos básicos en la creación.2 Dentro de estas restricciones, cálculos recientes3 indican que habría espacio más que suficiente para los tipos básicos de animales creados por Dios en el principio; es decir, para albergarlos en el arca junto con alimento suficiente para mantenerlos.
¿Y qué de los dinosaurios? – Aunque no hay un término hebreo específico que pueda ser traducido como dinosaurio, el relato bíblico de la creación sí indica que Dios creó [tannînīm], “grandes monstruos marinos” (Gén. 1:21) y toda clase de [bǝhēmāh], las “bestias” poderosas (1:24), que bien podrían haber incluido a los dinosaurios. Todo tipo de animal hecho por Dios habría sido preservado en el arca (Gén. 9:10), aunque los mayores pudieron haber estado representados por crías de tamaño pequeño.
Junto con los animales hechos en la creación pudieron haber existido también algunas variedades de animales grandes y feroces que no fueron creados como tales por Dios, sino que aparecieron como resultado de los cambios producidos después de la caída y tal vez como resultado directo de manipulación satánica. Génesis 3:15 menciona la continua obra de la “serpiente”, Satanás, desde tiempos de la caída, y 3:18 describe los resultados de la obra del enemigo en el reino vegetal con la aparición de cardos y espinos. Parece aludirse a una corrupción similar de tipos animales en 6:12, cuando Dios observa que “toda carne [animal o humana, 6:17; 7:21] había corrompido su camino sobre la tierra”. Esta corrupción llevó [ḥāmās], “violencia”, término fuerte en hebreo que implica un cruel, feroz y violento derramamiento de sangre. Estos animales corruptos que Dios no había creado como tales debieron haber incluido algunos de los dinosaurios, los cuales no habrían estado representados en el arca y habrían perecido en el diluvio.4
Perspectivas en Elena de White – Todos estos puntos, ya sugeridos por el texto bíblico, aparecen más explícitos en las obras de Elena de White. Hace notar que Dios “jamás hizo una espina, un cardo o una cizaña. Estas cosas son obra de Satanás, el resultado de la degeneración introducida por este entre las cosas preciosas” (EC 307). “Toda la cizaña es sembrada por el maligno. Toda hierba perniciosa es de su siembra, y mediante sus ingeniosos métodos de cruzamiento ha corrompido la tierra con cizaña” (MS 2:330).5 Del mismo modo nos dice que todas las especies (no en su sentido técnico taxonómico moderno) “que Dios no creó, que eran el resultado de la degeneración [inglés amalgamation], fueron destruidas por el diluvio” (SG 2:75).6
“Hubo una clase de animales muy grandes que perecieron en el diluvio. Dios sabía que la fortaleza del hombre disminuiría, y que estos animales gigantescos no podrían ser controlados por el hombre debilitado” (SG 4a:121).
Pudo haber estado refiriéndose, entre otros animales, a los dinosaurios cuando agregó que “me fue mostrado que animales muy grandes y poderosos existían antes del diluvio que no existen ahora” (SG 3:92), y que “había una clase de animales muy grandes que perecieron en el diluvio. Dios sabía que la fortaleza del hombre disminuiría, y que estos animales gigantescos no podrían ser controlados por el hombre debilitado” (SG 4a:121). Si bien no es posible tener absoluta certeza de que estas declaraciones inspiradas de la Biblia y de Elena de White se refieran específicamente a los dinosaurios, tampoco parece haber razón para excluir a los dinosaurios de tales descripciones.7
Génesis 7:7-9 | Noé entró al arca | 10/02/600 (de la vida de Noé) |
7:10, 11 | Empezó la lluvia | 17/02/600 |
7:12 | Llovió por 40 días | 27/03/600 |
7:24 | Aguas altas 110 días | 17/07/600 |
8:4 | Arca reposa en Ararat | 17/07/600 |
8:5 | Montes aparecen | 01/10/600 |
8:6, 7 | Tras 40 días suelta de cuervo | 11/11/600 |
8:8, 9 | 1a suelta de paloma | 18/11/600 |
(PP 105) | ||
8:10, 11 | Siete días más tarde, | |
2a suelta de paloma | 25/11/600 | |
8:12 | Luego de otros siete días, | |
3a suelta de paloma | 02/12/600 | |
8:13 | Noé ve la tierra seca | 01/01/601 |
8:14-19 | Noé y todos dejan el arca | 27/02/601 |
Nota: Según Génesis 7:11, 24 y 8:3 y 4, los cinco meses del diluvio abarcaron 150 días, por lo que cada mes comprendía 30 días.
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1 John Whitcomb y Henry Morris, The Genesis Flood: The Biblical Record and Its Scientific Implications [El diluvio del Génesis. El registro bíblico y sus implicancias científicas] (Filadelfia, PA: Presbyterian and Reformed Publishing Company, 1961), pp. 10, 11. [Nota del Traductor: Las cifras en la traducción difieren ligeramente de las del original en Davidson porque estas últimas fueron calculadas primero en el sistema de medidas inglesas; aquí fueron calculadas directamente sobre un codo de 45 cm y algo redondeadas al final, ya que son puramente estimativas.]
2 A. Rahel Davidson Schafer, “The Kinds of Genesis 1: What is the Meaning of Min?” [Los tipos de Génesis 1: ¿Cuál es el significado de Min?], Journal of the Adventist Theological Society 14/1 (Primavera 2003):86-100.
3 John Woodmorappe, Noah’s Ark: A Feasibility Study [El arca de Noé: Un estudio de factibilidad] (Santee, CA: Institute for Creation Research, 1996).
4 El relato paralelo del diluvio en el Antiguo Cercano Oriente, el “Génesis de Eridu” (escrito en súmero c. 1600 a.C.) también puede aludir al hecho de que animales grandes y violentos tales como los dinosaurios no fueron creados por Dios ni preservados en el arca. Indica que solamente “animales pequeños que salieron de la tierra” fueron creados por la Deidad y preservados en el arca (Thorkild Jacobsen, “The Eridu Genesis”, Journal of Biblical Literature 100/4 [1981]:515, 525).
5 Nota del Traductor: “Cruzamiento” (amalgamation en inglés): Poco usado en inglés moderno con el sentido de unión de dos cosas diferentes, en su sentido antiguo (desde 1612) el término tiene más bien la idea de alteración o degradación (como en el “calcinamiento” = desintegración de un metal por efecto del mercurio; ver el vocablo en Martinus Rulandus, Dictionary of Alchemy [Diccionario de alquimia], http://www.rexresearch.com/rulandus/rulxa.htm). En el siglo XIX se aplicaba a la mezcla de razas que se temía produjera la degradación de la humanidad. Elena de White parece usar el término como sinónimo de “degeneración” (ver arriba cita de EC 307) en sus primeros escritos, pero no vuelve a utilizarlo en su ampliación del mismo relato (ver referencia 6).
6 Nota del Traductor: Este libro no tiene equivalente castellano directo. La temática de los cuatro volúmenes de Spiritual Gifts fue desarrollada más ampliamente por la autora en seis volúmenes, Spirit of Prophecy, y posteriormente en la Serie Conflicto de los Siglos. El relato del diluvio, paralelo a esta página de Spiritual Gifts, aparece en Patriarcas y profetas.
7 Sobre los dinosaurios en el arca, ver Paul S. Taylor, The Great Dinosaur Mystery and the Bible [El misterio de los grandes dinosaurios y la Biblia] (Denver, CO: Accent Books, 1987); Elaine Kennedy, Dinosaurs: Where Did They Come From and Where Did They Go? (Boise, ID: Pacific Press, 2006; existe versión castellana: ¿De dónde vinieron… los dinosaurios… y a dónde se fueron? [Florida Oeste, Buenos Aires: ACES, 2007]); David C. Read, Dinosaurs - An Adventist View [Dinosaurios. Un punto de vista adventista] (Glendale, CA: Clarion Call Books, 2009).