¿Cómo cruzaron el Mar Rojo más de dos millones de israelitas en una sola noche?

Michael G. Hasel

21 Moisés extendió su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirara por medio de un recio viento oriental que sopló toda aquella noche. Así se secó el mar y las aguas quedaron divididas. 22 Entonces los hijos de Israel entraron en medio del mar, en seco, y las aguas eran como un muro a su derecha y a su izquierda”. Éxodo 14:21, 22.

Las cuestiones que rodean este pasaje son las siguientes: (1) ¿Cómo pudo organizarse el gran número de israelitas, con sus rebaños, para cruzar el mar rápidamente? (2) ¿Acaso no llevaría mucho mayor tiempo que las pocas horas de una noche para cruzar? (3) ¿No podrían los carros egipcios haber dado alcance a los israelitas que se movían a pie más lentamente?

Número de los israelitas – Números 1:46, 26:51 y Éxodo 12:37 coinciden en presentar a los israelitas como contando con 600.000 hombres. Con las mujeres y los niños esa cifra podría estimarse en unas dos millones de personas. Es verdad que el término hebreo [’ĕlef] (“mil” en Núm. 1:21, 23, 25, 27, etc.) puede significar clan o familia en algunos contextos (Juec. 6:15; 1 Sam. 10:19); sin embargo esa no parece ser la intención de Números 1 y 26. Por un lado, ’ĕlef no es el único término que se usa, sino que las cifras adicionales de “cientos” y “cincuenta” aparecen junto a ’ĕlef (p. ej., la tribu de Gad llegaba a 45.650; Núm. 1:25). Además, en todos los casos los números de todas las tribus están totalizados, y el total asciende a más de 600.000. Por último, posteriormente se pidió una ofrenda de medio shekel por cada varón, y el total asciende a exactamente la mitad del número de varones hallados en Números 1.1

Consideraciones importantes

Hay otras suposiciones que merecen atención adicional. Por un lado, muchos imaginan a los israelitas como un grupo desorganizado de hombres, mujeres y niños que salieron de Egipto de un modo más o menos caótico con sus rebaños. Con la amenaza del ejército del faraón, su desorganización se haría aún más evidente. Además, otros suponen que el paso por el mar era muy estrecho y habría requerido una marcha casi en una sola fila, lo que por cierto requeriría varios días. Sin embargo, estas suposiciones no tienen apoyo en el relato bíblico.

El cruce: un milagro – En primer lugar debemos recordar que a través de todo el AT se reconoce este cruce como un suceso milagroso hecho posible por la intervención de Dios. Al aproximarse el ejército egipcio, los israelitas se asustaron mucho y “clamaron a Jehová” (Éxo. 4:13). Dios tranquilizó a Moisés, y el pilar de fuego, o “Ángel de Jehová”, se puso a retaguardia, separando a Israel de los egipcios toda la noche mientras se dividía el mar en preparación para el cruce. Si bien los egipcios estaban preparados para entrar rápidamente en acción contra Israel, la nube se los impidió. Esta intervención dio a los israelitas el tiempo necesario para comenzar el cruce. Al terminar de pasar el último israelita la nube permaneció detrás de Israel y los siguió por entre el mar, de modo que los egipcios también entraron. Fue en la mañana que “Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y nube, y trastornó el campamento de los egipcios” (Éxo. 14:24).

Sitio del cruce – La localidad del cruce probablemente no fue a través del golfo de Aqaba hacia Arabia Saudita. Estudios recientes han mostrado que el cruce fue en la región del Sinaí.2 Elena de White escribió: “Los hebreos estaban acampados junto al mar, cuyas aguas presentaban una barrera aparentemente infranqueable ante ellos, mientras que por el sur una montaña escabrosa obstruía su avance” (PP 289). Algunos han interpretado la frase hebrea [yām sû] como Mar de los Juncos en vez de Mar Rojo. Con base en evidencia lexicográfica e investigación geográfica reciente, hay arqueólogos que han localizado el cruce a través de una cadena de lagos conocida como los Lagos Amargos en el istmo de Suez. El nivel de las aguas en estos lagos y en el Mar Rojo habría sido mucho más alto que hoy en tiempos antiguos. Sin embargo, no hay montañas en esta región. La única ubicación posible que encaja tanto con la descripción bíblica como con la declaración de Elena de White es el extremo norte del golfo de Suez, donde el monte (Jebel) Ataqa llega hasta la costa del golfo.

El cruce del Mar Rojo fue un milagro.

El modo de cruzar – Éxodo 13:18 expresa que Dios hizo que Israel “diera un rodeo por el camino del desierto del Mar Rojo. Los hijos de Israel salieron de Egipto armados”. El vocablo “armados” indica que el éxodo fue una marcha organizada en formación militar. El término hebreo deriva del número cinco, y podría traducirse “de a cinco”; o sea, divididos en cinco cuerpos principales. La Biblia no indica el tamaño de tales divisiones o el modo en que estaban organizadas, pero es importante recordar que Moisés, príncipe de Egipto destinado a ser el próximo faraón, tenía formación militar y hubiera sabido cómo organizar un grupo numeroso en formación militar. Es interesante que el mismo término aparece en Josué 1:14 y 4:12 para describir la organización de Israel justo antes de cruzar el Jordán a la tierra prometida. Esta organización significa que Israel no marchó desde Egipto a través del mar en fila simple o de modo caótico.

La Biblia tampoco indica cuán ancha era la zona de fondo seco. Dos millones de israelitas, divididos en cinco divisiones, podrían haberse formado de 600 en fondo, lo que hubiera requerido menos de 800 metros de ancho. De ese modo cada una de las cinco divisiones de unos 400.000 personas (670 hileras de 600 personas) podrían haber ocupado menos de seis kilómetros de largo, más otro kilómetro o dos para los rebaños. Si la abertura del mar tuvo el doble de ancho hubiera permitido una marcha aún más amplia. Aún así, siendo que el paso de marcha no hubiera sobrepasado los tres kilómetros por hora, y dado que el largo del cruce en ese lugar era de unos 15 kilómetros, el cruce podría muy bien haberse completado en una noche al cabo de cinco o seis horas.

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1 Por un tratamiento más detallado, ver John J. Davis, Biblical Numerology [Numerología bíblica] (Grand Rapids, MI: Baker, 1968), pp. 58-91. Este punto de vista de grandes números de israelitas en él éxodo cuenta también con el apoyo de Elena de White (PP 286).

2 James K. Hoffmeier, Israel in Egypt: The Evidence for the Authenticity of the Exodus Tradition [Israel en Egipto. Evidencias de la autenticidad de la tradición del éxodo] (Nueva York, NY: Oxford University Press, 1997), pp. 208, 209.