¿Cuánto duran tres días?

¿A qué se refería Jesús cuando hablaba de un ‘día’? Una vez dijo que el día tenía doce horas (Juan 11: 9), refiriéndose obviamente al día en contraste con la noche. Esto era literalmente cierto, porque cuando Jesús vivió en la tierra, el tiempo entre el amanecer y la puesta del sol se dividía en doce partes iguales, u ‘horas’, cuya longitud variaba según la estación del año. El hecho de que hoy usemos horas de reloj de longitud uniforme, en las que el amanecer y la puesta del sol están separados por unas doce horas de sesenta minutos la mayor parte del tiempo, no hace que la declaración de Jesús sea incorrecta. Del mismo modo, su frase «tres días» debe interpretarse de acuerdo con lo que esas palabras significaban para esas personas, no lo que significan para nosotros hoy.

Aunque a veces se usaba y se usa ‘día’ para referirse a las horas de luz diurna, sin embargo, cuando se usa esa palabra para contar una serie de días, significa un período que incluye un día y una noche, tanto en la antigüedad como en la actualidad. El idioma griego, en el que se escribió el Nuevo Testamento, tenía una palabra para ‘día-noche’, nychthēmeron (2 Cor. 11: 25); y en el Génesis se enumera cada día sucesivo de la creación como compuesto de ‘tarde’ y ‘mañana’. Los «tres días y tres noches» de Jesús son simplemente ‘tres días [calendario]’.

Esto queda claro por el hecho de que él se refiere en diferentes momentos al mismo período, el intervalo entre su muerte y su resurrección, como ‘en tres días’, ‘después de tres días’, ‘al tercer día’. Una vez, porque estaba citando a Jonás 1: 17, usó la frase «tres días y tres noches» (Mat. 12: 40). A menos que acusemos a Jesús de contradecirse a sí mismo, debemos aceptar que todas estas frases se refieren al mismo período de tiempo. Incluso los sacerdotes y fariseos que citaron a Jesús como prediciendo su resurrección «después de tres días», le pidieron a Pilato que guardara la tumba «hasta el tercer día» (Mat. 27: 64), no «hasta después del tercer día». Obviamente, ‘después de tres días’ significaba ‘el tercer día’.

Los siguientes textos mencionan este período de tres días:

‘En tres días’ ‘Después de tres días’ ‘Al tercer día’
Mat. 26: 61; 27: 40 27: 63; 12: 40 (y tres noches) 16: 21; 17: 23; 20: 19; 27: 64
Mar. 14: 58 8: 31 9: 31; 10: 34
Lucas 9: 22; 18: 33; 24: 7, 21, 46
Juan 2: 19 al 21

La pregunta respecto de cuánto tiempo estuvo Jesús en la tumba surge de una incomprensión moderna del cómputo inclusivo, método común en la antigüedad. El cómputo inclusivo incluía tanto el día (o año) en el que comenzaba cualquier período de tiempo como el día (o año) en el que terminaba, sin importar cuán pequeña haya sido la fracción de ese día (o año) de inicio o de finalización. Un ejemplo de este método es el período en que Salmanasar sitió a Samaria. La Biblia dice que este período comenzó en el cuarto año de Ezequías y el séptimo año de Oseas, y terminó en el sexto año de Ezequías y el noveno de Oseas. Al mismo tiempo, dice que este sitio finalizó «al cabo de tres años» (2 Rey. 18: 9-10), a pesar de que seis menos cuatro y nueve menos siete son dos, lo cual, según los cálculos modernos, nos llevaría a decir que el sitio duró solo dos años. Sin embargo, la duración del sitio evidentemente se contó así: cuarto año, quinto año, sexto año del reinado de Ezequías, es decir tres años, según el cómputo inclusivo.

Notemos otro ejemplo. Decimos que un niño no tiene un año hasta que haya vivido doce meses completos desde la fecha de su nacimiento. El niño cumple un año cuando ingresa al segundo año de vida, y cumple dos años después de completar el segundo año. Por lo tanto, un niño tendrá diez años de edad durante todo el undécimo año de su vida, y llegará a tener once años solo después del final de once años completos. No es así en la Biblia. Noé era, literalmente, ‘un hijo de seiscientos años’ en el ‘año seiscientos’ de su vida (Gén. 7: 6, 11). Aunque sus seiscientos años no fueron computados en forma inclusiva, estos versículos muestran que en el año seiscientos de su vida se lo consideraba como si tuviera seiscientos años de edad, y no 599. Un bebé hebreo era circuncidado cuando tenía ‘ocho días’ (Gén. 17: 12), ‘al octavo día’ (Lev. 12: 3; Luc. 1: 59), o ‘cumplidos los ocho días’ (Luc. 2: 21). La Biblia enumera varios períodos de ‘tres días’ que terminaron durante el tercer día, no después del tercer día, y por lo tanto cubrieron menos de tres días completos de veinticuatro horas (Gén. 42: 17-19; cf. 1 Rey. 12: 5, 12; 2 Crón. 10: 5, 12).

No solo entre los hebreos, sino también entre otros pueblos antiguos, tenemos ejemplos de cómputo inclusivo. Era común en Egipto, Grecia y Roma.

Dado que la costumbre del cómputo inclusivo está bien atestiguada entre los hebreos, así como entre otras naciones antiguas, parece poco razonable entender las palabras de Jesús sobre un período de tres días en términos de nuestro método matemático occidental moderno. Según su costumbre, sus oyentes habrían contado los tres días sucesivamente, de la siguiente manera:

1. El día de la crucifixión.

2. El día después de ese acontecimiento.

3. El ‘tercer’ día después (según el cómputo moderno, sería el segundo día después).

No podemos insistir en que cuando Jesús dijo una vez que resucitaría después de tres días (Mar. 8: 31) quiso decir que resucitaría al final del tercer día completo, después de setenta y dos horas. Para eso habría dicho ‘al cuarto día’. (Para la frase «hace cuatro días», que significa tres días completos, o al menos setenta y dos horas, ver Hech. 10: 30.)