Los 144.000 y la gran multitud

Ekkehardt Mueller

Introducción

El número 144.000 es uno de los diversos números crípticos del Apocalipsis y que ha causado mucha especulación. Generaciones de cristianos, incluyendo adventistas, han estudiado este símbolo. En el pasado, el Instituto de Investigación Bíblica (BRI por sus siglas en inglés) ha publicado un artículo sobre los 144.000 y la gran multitud por Beatrice Neill.1 El presente artículo es un intento de su autor de tratar la información bíblica. Cuando analizamos este tópico debemos responder las siguientes preguntas: ¿Qué tipo de grupo son los 144.000? ¿Cuándo aparecen? ¿En qué relación están con la gran multitud y con el remanente? ¿Es un número literal o simbólico?

I. Los 144.000 como un grupo

En las Escrituras los 144.000 aparecen de esta manera solo dos veces, esto es, en Apocalipsis 7 y 14. Son un grupo específico de seres humanos que mantienen una relación especial con Jesús. En Apocalipsis 14: 1 están en pie con el Cordero, Jesús, en el monte Sión. Aquellos, que han sido condenados y han sido perseguidos en el capítulo 13, ahora triunfan con el Cordero.2 En vez de la marca de la bestia en sus frentes o en sus manos, estas personas llevan el nombre del Cordero y del Padre en sus frentes. Pertenecen a Dios. Él los guarda. Se parecen a él. Cantan un cántico nuevo, un canto de su experiencia personal, por la cual pasaron en su batalla final entre la verdad y el error, Dios y Satanás. Aun cuando no pudieron comprar ni vender (Apoc. 13: 17), Jesús los ha comprado. La salvación fue cara. Le costó la vida a Jesús.

Los 144.000 no se han contaminado con mujeres. Son vírgenes. Esto significa que no han entrado en relación con la religión falsa o se han separado de ella.3 Siguieron a Jesús en cada paso del camino (cf. Juan 10: 27-28) y fueron transformados por la gracia de Dios. Como primicias son un grupo especial de hijos de Dios. De acuerdo con el contexto de Apocalipsis 14 ellos han aceptado el triple mensaje angélico y también lo han proclamado. En Apocalipsis 14: 12 se les llama con otro nombre —los santos. Estos santos se caracterizan por su resistencia/paciencia, por guardar los mandamientos y la fe de Jesús. Así, Apocalipsis 14 nos da información sobre su carácter y comportamiento.

Apocalipsis 7, sin embargo, contiene poco a este respecto. Escuchamos que los 144.000 son siervos de Dios que van a ser sellados (Apoc. 7: 3). El sello de Dios en sus frentes señala el hecho de que son propiedad de Dios y que fueron, por lo menos, protegidos de la apostasía.4

II. El Tiempo de su aparición y ministerio

Aun cuando los 144.000 son presentados en el monte Sión, su aceptación y participación evidente en la proclamación del mensaje de los tres ángeles, la cual sucede inmediatamente antes de la segunda venida de Cristo, deja claro que ellos son el pueblo final de Dios.

Lo mismo ocurre cuando echamos un vistazo a Apocalipsis 7. El sexto sello contiene las señales celestiales de la segunda venida de Jesús (Apoc. 6: 12-14) y del Día del Señor, que es el segundo advenimiento (Apoc. 6: 14-16). El capítulo termina con la pregunta: «¿Quién podrá sostenerse en pie?» (Apoc. 6: 17). Los versículos anteriores (Apoc. 6: 15-16) muestran a personas que no son capaces de sobrevivir al día de la ira de Dios y del cordero. En cambio, Apocalipsis 7 se refiere a personas capaces de resistir. Así, Apocalipsis 7 responde a la pregunta de Apocalipsis 6: 17 diciéndonos que los 144.000 podrán permanecer en pie (Apoc. 7: 1-8). La gran multitud (Apoc. 7: 9-17) ya está representada sirviendo a Dios en el cielo, en su santuario celestial ante su trono (Apoc. 7: 15). Los 144.000 se encuentran en relación con la segunda venida, antes del tiempo en que los santos estarán con Dios en el cielo. De nuevo, como en Apocalipsis 14, los 144.000 de Apocalipsis 7 son el pueblo de Dios de los últimos tiempos, aparentemente los que estarán vivos cuando Jesús regrese para llevarse a sus hijos a casa.

III. Los 144.000 y la gran multitud

Las opiniones varían en cuanto a la relación entre la gran multitud y los 144.000. Los dos grupos podrían ser distintos entre sí; los 144.000 podrían formar parte de la gran multitud; o los 144.000 y la gran multitud podrían ser un solo grupo que aparece con nombres diferentes.5 Los argumentos a favor de esta última opción parecen ser los más convincentes. Obviamente, los 144.000 y la gran multitud, que se encontrarán ante el trono de Dios en su santuario, se refieren al mismo grupo.6

1. En Apocalipsis 5, Dios tiene un rollo en la mano, que al principio nadie es digno de abrir. Mientras Juan llora, un anciano le dice que el León de la tribu de Judá, Jesús, ha vencido y es capaz de abrir el rollo (Apoc. 5: 5). Juan oye hablar del león7 pero cuando se vuelve a mirar no ve un león sino un cordero (Apoc. 5: 6). Jesús el León es Jesús el Cordero.8 Este fenómeno se encuentra en la escena introductoria de la visión del sello. Se repite en la misma visión, en el capítulo 7. Juan oye el número de los sellados (Apoc. 7: 4), pero en Apocalipsis 7: 9 ve que los 144.000 que fueron sellados forman una gran multitud. Los 144.000 y la gran multitud son el mismo grupo representado desde perspectivas diferentes. La primera designación es un término simbólico, la segunda describe la realidad.

2. La respuesta a la pregunta de quién sería capaz de permanecer en pie (Apoc. 6: 17) es provista por todo el capítulo siete. Ambas descripciones del grupo, los 144.000 y la gran multitud son aquellos que son capaces de permanecer en pie y apuntan al mismo grupo.

3. Los 144.000 se presentan como una respuesta inmediata a la pregunta de Apocalipsis 6: 17. No se describen posteriormente, y la consecuencia de poder estar de pie en el gran día de la ira no se muestra en Apocalipsis 7a, sino solo en Apocalipsis 7b. Sin embargo, la gran multitud recibe una descripción más detallada y se la representa de pie ante Dios. El mismo término «estar de pie» se utiliza en Apocalipsis 6: 17 y 7: 9.

4. Tanto los 144.000 como la gran multitud tienen que pasar por tiempos difíciles. Los 144.000 son sellados antes de que soplen los vientos y tienen que soportar las dificultades subsiguientes. La gran multitud ha salido de la gran tribulación.

5. Los 144,000 son la iglesia de Dios del tiempo del fin en la tierra. La gran multitud es la iglesia del tiempo del fin en el cielo. Los 144.000 son la iglesia militante de Dios de los últimos tiempos. La gran multitud es la iglesia triunfante de Dios de los últimos tiempos.

6. Los 144.000 son la plenitud de la iglesia de Dios de los últimos tiempos, doce veces doce veces mil. Este número nos recuerda a las doce tribus de Israel y a los doce apóstoles del Cordero (Apoc. 21: 12, 14). El número mil puede apuntar a una unidad militar en el antiguo Israel (Núm. 31: 4-6). Así, los 144.000 representan la iglesia militante de los últimos tiempos.9 La gran multitud es la iglesia consumada de los últimos tiempos. La información sobre la gran multitud complementa lo que faltaba con los 144.000. El sellamiento de los 144.000 estaría incompleto si no condujera a la consumación final, tal como se describe en la experiencia de la gran multitud.

7. Los 144.000 son «siervos de nuestro Dios» (Apoc. 7: 3). La gran multitud «sirve» a Dios (Apoc. 7: 15). Ambos términos griegos se utilizan para el mismo grupo en Apocalipsis 22: 3.

Al parecer es mejor entender que los 144.000 y la gran multitud son el mismo grupo visto de perspectivas diferentes. La gran multitud no incluye a los redimidos de todas las edades. Este no es el foco principal de Apocalipsis 7, ni tampoco se niega que habrá salvos de todas las edades. De hecho, esto está implícito en Apocalipsis 14: 4 al llamar a los 144.000 de primicias. Va a haber una cosecha universal de los redimidos de todas las edades pasadas.

IV. La gran multitud y el remanente

La visión central de Apocalipsis se centraliza de una manera especial en la iglesia. Apocalipsis 12 comienza con la iglesia primitiva, hace hincapié en la iglesia durante el periodo medieval, e introduce al remanente del final de los tiempos. Los dos capítulos siguientes se centran específicamente en el pueblo de Dios del final de los tiempos y en su destino.

Apocalipsis 12: 17 habla del remanente. Apocalipsis 13: 1-10 sigue y menciona a los santos que no están involucrados en la falsa adoración universal. Apocalipsis 13: 11-18, sabe de un grupo no mencionado por un nombre específico que no acepta la marca de la bestia y no adora a la bestia ni a su imagen. A pesar del boicot universal y del decreto de muerte dirigido contra el remanente fiel de Dios, hay un grupo de supervivientes, que viven con Jesús, los 144.000 de Apocalipsis 14. Obviamente el remanente, los santos, los que no reciben la marca de la bestia y no adoran a la bestia y su imagen, y los 144.000 son el mismo grupo. Los pasajes están relacionados lingüística y estructuralmente.10

La frase «hacer la guerra con/contra» se encuentra en Apocalipsis 12: 17 y en 13: 7. En 12: 17 la guerra se hace contra el remanente. En 13: 7 la guerra se hace contra los santos. Aparentemente, el remanente de 12: 17 y los santos de 13: 7 describen al mismo grupo.11 Mientras que la bestia marina refleja a las bestias de Daniel 7, los santos de Apocalipsis 13 nos recuerdan a los santos encontrados en Daniel 7.12 Aunque los santos de Apocalipsis 13 parecen describir al remanente de los últimos tiempos, no obstante, son la continuación de los santos a lo largo de la historia cristiana, como el remanente es la descendencia y continuación de la mujer de Apocalipsis 12.

Apocalipsis 12: 17; 13: 10; y 14: 12 son entretejidos y describen las características principales del remanente apareciendo bajo diferentes nombres.

V. Resumen de las características de los 144.000

Si es verdad que los 144.000 y el remanente son el mismo grupo, entonces las características de los 144.000 mencionadas en Apocalipsis 14: 1-5 son características adicionales del remanente, y las características del remanente se aplican también a los 144.000.

1. Guardan los mandamientos (12: 17; 14: 12)

El remanente guarda los mandamientos de Dios y demuestra así su amor y lealtad hacia su Señor. El más destacado de los mandamientos, junto al de amar a Dios y al prójimo, son precisamente los Diez Mandamientos. En la escena introductoria a la visión central del Apocalipsis (11: 19) el arca del pacto ya los señalaba indirectamente. La observancia de los mandamientos de Dios incluye la observancia del sábado bíblico anclado en el cuarto mandamiento.

2. Testimonio de Jesús (12: 17)

El remanente tiene el testimonio de Jesús. De acuerdo con Apocalipsis 19: 10 este es el «Espíritu de Profecía», el Espíritu Santo que habla a través del don de profecía. En el texto paralelo de Apocalipsis 22: 9 la palabra «profetas» reemplaza la frase «testimonio de Jesús». El remanente levanta la Palabra de Dios y las manifestaciones genuinas del don de profecía (1 Cor. 12: 7-11; Efe. 4: 11) incluyendo el libro de Apocalipsis que proviene de Jesús y en el cual Jesús testifica acerca de él mismo.13

3. Paciencia (13: 10; 14: 12)

El remanente es caracterizado por la paciencia o perseverancia. En tiempos difíciles, no se dan por vencidos, no abandonan su relación con Dios, y no pierden su esperanza en el regreso de Jesús que tendrá lugar pronto.

4. Fe (13: 10; 14: 12)

Apocalipsis 13: 10 habla de la fe de los santos. En Apocalipsis 14: 12 el remanente se identifica por la fe en/de Jesús. Por supuesto, los santos tienen fe en Jesús, y algunos intérpretes entienden esta expresión de este modo.14 Otros sugieren traducir la frase como «la fe de Jesús» y entienden que refleja la doctrina cristiana contenida en el Nuevo Testamento. En cualquier caso, el remanente se aferra fielmente a Jesús y a sus doctrinas.

5. Propiedad de Dios y de Jesús (14: 1, 3-4)

a. Nombres de Jesús y del Padre en sus frentes (14: 1)

b. Comprados (14: 3-4)

c. Primicias (14: 4)

6. No hay falsa adoración (14: 4)

a. No están contaminados con mujeres (14: 4)

b. Son vírgenes (14: 4)

7. Son seguidores del Cordero (14: 4)

8. Veracidad y libres de culpa como los animales sacrificiales (14: 5)

a. Sin mentira (14: 5)

b. Sin mancha (14: 5)15

9. Proclamación mundial del mensaje de los tres ángeles (14: 6-12)

Esto incluye:

a. Proclamación del evangelio eterno (14: 6)

b. Llamado a adorar a Dios temiéndolo y honrándolo (14: 7)

c. Anuncio del juicio (14: 7)

d. Adoración del Creador (14: 7, 9-11)

e. Apelo a separarse de Babilonia (14: 8)16

VI. ¿Un número simbólico?

Ahora está bastante claro que los 144.000 deben entenderse de manera simbólica y no literal.

El contexto inmediato es claramente simbólico (Apoc. 7: 1-3) y menciona las cuatro esquinas del mundo, los cuatro vientos de la tierra, el mar, la tierra, los árboles y el sello de Dios. Pero también el contexto ampliado, a saber, Apocalipsis 6 es en gran medida simbólico, por ejemplo, los jinetes apocalípticos y los mártires bajo el altar. El pasaje paralelo de 14: 1-5 debe entenderse simbólicamente. Nos dice que los 144.000 «no se han contaminado con mujeres». Son «vírgenes» y siguen al «Cordero». El grupo no está formado solo por hombres solteros. El término «mujer» es un símbolo en Apocalipsis, al igual que el término «Cordero». Por lo tanto, también cabe esperar un lenguaje simbólico en Apocalipsis 7: 4-8. El número es simbólico —12 por 12 por 1.000— y apunta a la plenitud del pueblo de Dios. La enumeración de las tribus es muy inusual. Falta la tribu de Dan, mientras que Manasés ya debería estar contenida en José. No se menciona a Efraín, sin embargo, se cuenta a Leví.17 Judá se encuentra en primer lugar y Benjamín en el último, formando un paréntesis que engloba a las tribus del Reino del Norte.18 Una lista así no se encuentra en ningún otro lugar de las Escrituras. La mayoría de las doce tribus ya no existen en la actualidad. Por lo tanto, es difícil encontrar 144.000 israelitas literales según sus tribus, como se enumeran en Apocalipsis 7, formando el pueblo de Dios de los últimos tiempos. Sin embargo, el NT conoce descendientes de Abraham que no son descendientes literales (Rom. 4: 11-12) así como un Israel espiritual (Rom. 2: 28-29; Gál. 6: 16).

Conclusión

Las Escrituras describen a los 144.000 como la iglesia especial de Dios de los últimos tiempos. De acuerdo con Apocalipsis 7 son capaces de «estar de pie» cuando Jesús regrese. Ellos son llamados «primeros frutos» lo que indica que una cosecha más grande será reunida y que ellos no son los únicos que serán salvados. Puesto que han seguido al Cordero dondequiera que iba y puesto que no se han unido a la falsa adoración estarán con Jesús en el monte Sión y ante el trono de Dios en su santuario celestial. Puede que no seamos capaces de resolver todas las preguntas relacionadas con los 144.000 y probablemente esto tampoco sea tan importante. Más importante es vivir de tal manera que podamos ser contados entre ellos

Apéndice: E. G. de White y los 144.000

Este apéndice contiene diferentes citas de Elena G. de White sobre los 144.000 que se encuentran en sus escritos. La mayoría de ellas ocurren en más de un libro y/o artículos, sin embargo, solo se indicará una fuente en la siguiente compilación. Primero vamos a listar estas citas y después las comentaremos brevemente.

1. Declaraciones que reflejan pasajes bíblicos

• «Los 144.000 santos vivientes reconocieron y entendieron aquella voz; pero los malvados pensaron que era fragor de truenos y de un terremoto». «Los 144.000 estaban sellados y perfectamente unidos».19

• «Hubo entonces un gran terremoto. Se abrieron los sepulcros y resucitaron los muertos revestidos de inmortalidad. Los 144.000 exclamaron “¡Aleluya!” al reconocer a los amigos que la muerte había arrebatado de su lado. En el mismo instante nosotros fuimos transformados y nos reunimos con ellos para encontrar al Señor en el aire».20

• «En el mar de vidrio, los 144.000 formaban un cuadrado perfecto».21

• «Y cuando estábamos por entrar en el templo, Jesús elevó su hermosa voz y dijo: “Solamente los 144.000 entran en este lugar”, y todos exclamamos: “¡Aleluya!”».22

• «Se promulgó un decreto para matar a los santos, lo cual los hizo clamar día y noche por su liberación. Este fue el tiempo de la angustia de Jacob. Entonces todos los santos clamaron con gran fervor y fueron libertados por la voz de Dios. Los 144.000 triunfaron. Sus rostros quedaron iluminados por la gloria de Dios».23

Los 144.000. «Cantan “un cántico nuevo” delante del trono, un cántico que nadie podía aprender sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil. Es el cántico de Moisés y del Cordero, un canto de liberación. Ninguno sino los ciento cuarenta y cuatro mil pueden aprender aquel cántico, pues es el cántico de su experiencia, una experiencia que ninguna otra compañía ha conocido jamás. Son “estos, los que siguen al Cordero por donde quiera que fuere”. Habiendo sido trasladados de la tierra, de entre los vivos, son contados por “primicias para Dios y para el Cordero” (Apoc. 15: 2, 3; 14: 1-5). “Estos son los que han venido de grande tribulación”; han pasado por el tiempo de angustia cual nunca ha sido desde que ha habido nación; han sentido la angustia del tiempo de la aflicción de Jacob; han estado sin intercesor durante el derramamiento final de los juicios de Dios».24

• «Los 144.000 libres de engaño —Uno de los rasgos notables en la presentación de los 144.000 es que “en sus bocas no fue hallada mentira”. Apocalipsis 14: 5. El Señor ha dicho: “Bienaventurado el hombre […] en cuyo espíritu no hay engaño”. Salmos 32: 2. Ellos profesan ser hijos de Dios, y son presentados como siguiendo al Cordero por dondequiera que va. Aparecen delante de nosotros como estando en pie sobre el monte Sión, ceñidos para el servicio santo, vestidos de un blanco manto de lino, que es la justicia de los santos. Pero todos los que sigan al Cordero en el cielo lo habrán seguido antes en la tierra, con una obediencia confiada, amante y dispuesta; lo siguieron no en forma displicente y caprichosa, sino con toda confianza, lealmente, como el rebaño sigue al pastor».25

Esforzaos por estar entre los 144.000. —[Se cita Apoc. 7: 9-17] «Aquellos a quienes el Cordero guiará a las fuentes de aguas vivas y de cuyos ojos borre toda lágrima, serán los que ahora reciban el conocimiento y la comprensión que se revelan en la Biblia, la Palabra de Dios […] Esforcémonos con todo el poder que Dios nos ha dado para estar entre los ciento cuarenta y cuatro mil».26

La señal en el cielo. «Juan vio un Cordero en el monte Sión, y con él 144.000 que tenían el nombre de su Padre escrito en la frente. Llevaban el sello del cielo. Reflejaban la imagen de Dios. Estaban llenos de la luz y la gloria del Santo. Si queremos tener la imagen y la inscripción de Dios sobre nosotros, debemos separarnos de toda iniquidad. Debemos abandonar todo mal camino, y luego debemos confiar nuestros casos en las manos de Cristo. Mientras trabajamos en nuestra propia salvación con temor y temblor, Dios obrará en nosotros el querer y el hacer que le plazca».27

Elena G. de White afirma que los 144.000 son aquellos que están vivos para la segunda venida de Jesús. Ellos han sido sellados y pasaron por la gran tribulación. Por lo tanto, parece confirmar que los 144.000 y la gran multitud son el mismo grupo. Ella también los llama «santos», lo cual nos hace recordar Apocalipsis 13 y 14. De acuerdo con ella el cántico de Moisés y el cántico del Cordero mencionado en Apocalipsis 15: 3-4 es el cántico de los 144.000. Este es el cántico nuevo de Apocalipsis 14: 3, el cual, sin embargo, no está registrado en ese capítulo. Las características de los 144.000 encontradas en Apocalipsis también son atribuidas a ellos por Elena G. de White.

2. Declaraciones que se oponen a falsas ideas sobre los 144.000

• «El hermano Arnold sostiene que los 1000 años de Apocalipsis 20 están en el pasado; y que los 144.000 son aquellos resucitados en la resurrección de Cristo».28

Elena G. de White le escribió una carta a un hermano que sostenía: «que los 144.000 serán judíos, los cuales reconocerán a Jesús como el Mesías». Ella respondió diciendo entre otras cosas: «Debemos estar vigilantes, no sea que, bajo la excusa de buscar nuevas verdades, Satanás desvíe nuestras mentes de Cristo y de las verdades especiales para este tiempo. Se me ha mostrado que es una artimaña del enemigo conducir las mentes para que se detengan en puntos oscuros, sin importancia, que no han sido plenamente revelados o que no son esenciales para nuestra salvación. Esto se transforma en un tema absorbente, la “verdad presente”, cuando todas sus investigaciones y suposiciones solo sirven para oscurecer más que antes el tema y confundir las mentes de algunos que deberían estar buscando la unidad por medio de la santificación de la verdad. Sus ideas sobre los dos asuntos que usted menciona no armonizan con la luz que Dios me ha dado».29

Elena G. de White no solo apoyó la enseñanza bíblica acerca de los 144.000. Ella también se opuso a puntos de vista errados. Tal como hemos visto, los 144.000 son aquellos que están vivos cuando Jesús vuelva. Al desafiar un tipo de entendimiento literal de los 144.000 ella apoyó la interpretación simbólica diciendo que no deberíamos transformar asuntos secundarios en doctrinas esenciales.

3. Declaraciones concernientes a aquellos que pertenecen o no pertenecen a los 144.000

• «El ángel me dijo entonces: “Debes volver, y si eres fiel, tendrás, con los 144.000, el privilegio de visitar todos los mundos y ver la obra de las manos de Dios.”».30

• «Vi que ella estaba sellada [refiriéndose a la Sra. Hastings, una esposa y madre, que había fallecido], que se levantaría y se pondría en pie sobre la tierra, y estaría con los ciento cuarenta y cuatro mil».31

• «No es su voluntad [de Dios] que entren en controversias por cuestiones que no los ayudarán espiritualmente, tales como: ¿Quiénes han de componer los 144.000? Fuera de duda, esto lo sabrán dentro de poco los que sean elegidos de Dios».32

• «Cuando no tenía luz: Yo no tengo luz sobre el tema [en cuanto a quienes constituirán los 144 mil]».33

Las dos primeras citas no afirman que Elena de White o la Sra. Hastings pertenezcan a los 144.000. Ambas se ven con los 144.000. Sin embargo, esto no implica que formen parte de ellos. Una vez más se nos amonesta a contentarnos con lo que podemos saber acerca de los 144.000 y a no insistir en la cuestión.

4. Otras declaraciones sobre los 144.000

• «Vi allí mesas de piedra en las que los nombres de los 144.000 se encontraban esculpidos con letras de oro».34

• «¿Por qué fueron [los 144.000] tan especialmente destacados? Porque tenían que presentarse con una verdad maravillosa ante el mundo entero, y recibir su oposición, y mientras recibían esta oposición debían recordar que eran hijos e hijas de Dios, que debían tener a Cristo formado en ellos como la esperanza de gloria. Debían tener siempre presente la grande y bendita esperanza que está delante de ellos».35

Parece que con la segunda declaración Elena G. de White asocia a los 144.000 con los mensajes de los tres ángeles. Ellos han aceptado esa maravillosa verdad y la presentan.

Resumen

Obviamente, Elena G. de White no hizo muchas declaraciones definitivas acerca de los 144.000. Por lo tanto, debemos tener cuidado de no leer en sus declaraciones lo que ella no dijo. Aparentemente, ella optó por una comprensión simbólica de los 144.000, que vivirían en la segunda venida de Cristo, y parece haber descrito la gran tribulación como la experiencia de los 144.000. Lo más importante pueden ser sus advertencias de no preocuparse por detalles que no son importantes y no tratar de interpretar lo que no se puede determinar, sino más bien vivir la propia vida de tal manera que uno pueda ser contado entre ellos.

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1 Beatrice S. Neall, «Sealed Saints and the Tribulation», en Symposium on Revelation —Book I: Introductory and Exegetical Studies, ed. F. B. Holbrook, Daniel and Revelation Committee Series (Silver Spring, MD: Biblical Research Institute, 1992), t. 6, pp. 245-278.

2 Cf., Eduard Lohse, Die Offenbarung des Johannes, NTD 11 (Göttingen: Vandenhoeck & Ruprecht, 1988), p. 84, que designa a Sión como el lugar de preservación de los últimos tiempos.

3 Cf. la mujer en cap. 12 y la ramera en cap.17, Jezabel en 2: 20, además, 2: 14 y 18: 2-4.

4 Véase Ezequiel 9: 4.

5 Véase, por ejemplo, el gran número de nombres, títulos y descripciones simbólicas que se utilizan para Dios Padre, Jesús y la Iglesia en el Apocalipsis.

6 Véase, por ejemplo, Richard Bauckham, «The List of the Tribes in Revelation 7 Again», Journal for the Study of the New Testament 42 (1991): pp. 102-103; R. H. Charles, The Revelation of St. John, 2 vols, International Critical Commentary (New York: Charles Scribner’s, 1920), t. 1, p. 201; J. Comblin, «L’Épître (Ap 7, 2-12): Le rassemblement de l’Israel de Dieu», Assemblées du Seigneur: Catechèse des dimanches et des fètes 66 (1966): pp. 22-23, 25; Gerhard A. Krodel, Revelation, Augsburg Commentary on the New Testament (Minneapolis: Augsburg Publishing House, 1989), p. 184; George E. Ladd, A Commentary on the Revelation of John (Grand Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans Publishing Company, 1972), p. 116; Alfred Loisy, L’Apocalypse de Jean (Frankfurt: Minerva, 1972), p. 164; Beatrice S. Neall, pp. 245, 269-270; William S. Sailer, «Francis Bacon Among the Theologians: Aspects of Dispensational Hermeneutics», Evangelical Journal 6 (1988): pp. 80-81; Kenneth A. Strand, «The “Spotlight-On-Last-Events” Sections in the Book of Revelation», Andrews University Seminary Studies 27 (1989): p. 206; y Henry Barclay Swete, The Apocalypse of St. John: The Greek Text with Introduction Notes and Indices (London: Macmillan and Co., 1917), p. 97. Esta opinión es rechazada, por ejemplo, por Wilhelm Bousset, Die Offenbarung Johannis (Göttingen: Vandenhoeck & Ruprecht, 1906), p. 287; Balmer H. Kelly, «Revelation 7:9-17», Interpretation 40 (1986): pp. 289-290; y John F. Walvoord, The Revelation of Jesus Christ: A Commentary (Chicago: Moody Press, 1966), pp. 139-149. Neall expone las distintas opciones, pp. 267-272.

7 A esto se le llama audición.

8 La audición y la visión describen a la misma persona desde perspectivas diferentes.

9 Su contraparte se encuentra bajo la sexta trompeta (Apoc. 9: 16), el ejército demoníaco de 200 millones. La frase «oí su número» aparece solo dos veces en Apocalipsis (7: 4 y 9: 16) y contrasta el ejército de Dios en la tierra con el ejército de Satanás en la tierra.

10 Para una discusión más detallada sobre el remanente, véase Ekkehardt Mueller, «The End Time Remnant in Revelation», Journal of the Adventist Theological Society 11 (2000): pp. 188-204.

11 Sin embargo, incluso si los santos de Apocalipsis 13: 7 se entienden como el pueblo de Dios durante la Edad Media, el versículo subsiguiente subraya que aquellos cuyos nombres se encuentran en el libro de la vida no participan en la adoración escatológica universal de la bestia en el versículo 10 se les llama «santos», y estos son claramente el remanente.

12 Daniel 7: 18, 21, 22, 25, 27.

13 Una discusión exhaustiva sobre la cuestión de traducir este texto con genitivo subjetivo o genitivo objetivo puede encontrarse en un artículo de Gerhard Pfandl, «The Remnant Church and the Spirit of Prophecy», en Symposium on Revelation - Book II, Daniel & Revelation Committee Series, Volume 7, editado por Frank B. Holbrook (Silver Spring: Biblical Research Institute General Conference of Seventh-day Adventists, 1992), pp. 295-333. En las páginas 321-322 resume importantes resultados:

1) En el Nuevo Testamento, el término maturia (testimonio) es utilizado principalmente por Juan.

2) Fuera del Apocalipsis, maturia utilizado en una construcción genitiva es siempre un genitivo subjetivo.

3) En el Apocalipsis, todas las referencias a maturia pueden interpretarse como un genitivo subjetivo.

4) El paralelismo en 1: 2, 9 y 20: 4 entre «la palabra de Dios» y el «testimonio de Jesús» hace evidente que el «testimonio de Jesús» es el testimonio que Jesús mismo da, así como la «palabra de Dios» es la palabra que Dios habla. Esto se aplica también al paralelismo en 12: 17 entre los «mandamientos de Dios» y el «testimonio de Jesús».

5) En 12: 17 el remanente «tiene» el «testimonio de Jesús». Esto no encaja con la idea de dar testimonio acerca de Jesús.

6) El contexto del Nuevo Testamento hace necesario ver el contenido del «testimonio de Jesús» como Jesús mismo. El testimonio de Jesús es la autorrevelación de Cristo a través de los profetas. Es su testimonio, no el testimonio del creyente sobre él.

7) El paralelismo entre 19: 10 y 22: 8-9 indica que quien tiene el «testimonio de Jesús» posee el don de profecía. El «testimonio de Jesús» es el Espíritu Santo, que inspira a los profetas.

Por lo tanto, el remanente como grupo tiene, según 12: 17, el don de profecía. Cf. Richard Bauckham, The Theology of the Book of Revelation, New Testament Theology (Cambridge: Cambridge University Press, 1993), p. 72; y Robert H. Mounce, The Book of Revelation, ed. revisada, New International Commentary on the New Testament (Grand Rapids: William B. Eeerdmanns, 1998), p. 242. Los adventistas del séptimo día, por tanto, aplican la frase «espíritu de profecía» (como sinónimo de «testimonio de Jesús») también, pero no exclusivamente, al ministerio de Elena G. de White.

14 En este caso, se trata de un genitivo objetivo. Cf. R. H. Charles, t. 1, p. 369; Mounce, p. 277; Pfandl, p. 322.

15 Cf. Hubert Ritt, Offenbarung des Johannes, Die Neue Echter Bibel (Würzburg: Echter Verlag, 1988), p. 74. Resume las características de los 144.000 en cuatro puntos.

16 Cf. Johnson, pp. 36-39. No habla específicamente del remanente, llamándolo en cambio pueblo de Dios, pero describe al pueblo de Dios en Apocalipsis 14: 1-12 en 10 puntos.

17 Leví fue separado y no fue contado con las otras tribus. José fue dividido en Efraín y Manasés, permitiendo así doce tribus aparte de Leví.

18 En realidad, en Apocalipsis 7: 5-8 se encuentra una inclusión. Se enumeran doce tribus, pero el participio «sellado» solo aparece con las 12.000 personas de la primera tribu, Judá, y las 12.000 personas de la última, Benjamín. Véase también François Rousseau, L’Apocalypse et le milieu prophétique du Nouveau Testament: Structure et préhistoire du texte (Tournai: Desclée & Cie., 1971), pp. 188-189.

19 Elena G. de White, Primeros escritos (Doral, FL: IADPA, 2010), pp. 38-39

20 Ibid., pp. 39-40.

21 Ibid., p. 16.

22 Elena G. de White, Testimonios para la iglesia (Doral, FL: IADPA, 2003), t. 1, p. 70.

23 White, Primeros escritos, p. 58.

24 Elena G. de White, El conflicto de los siglos (Doral, FL: IADPA, 2013), pp. 630-631.

25 Elena G. de White, Mensajes selectos, (Doral, FL: APIA, 2000), t. 3, p. 485.

26 Elena G. de White, Maranata: el Señor viene (Doral, FL: IADPA, 2008), p. 249.

27 Seventh-day Bible Commentary, t. 7, p. 978.

28 Elena G. de White, Spiritual Gifts (Battle Creek, MI: Seventh-day Adventist Publishing Association, 1860), t. 2, p. 97.

29 Elena G. de White, Manuscript Releases, vol. 14 [Nos. 1081-1135] (Silver Spring, MD: Ellen G. White Estate, 1990), pp. 178-179.

30 White, Primeros escritos, p. 39.

31 Elena G. de White, Mensajes selectos (Boise, ID: Pacific Press, 1967), t. 2, p. 301.

32 Elena G. de White, Mensajes selectos (Boise, ID: Pacific Press, 1966), t. 1, p. 205.

33 Elena G. de White, Mensajes selectos (Doral, FL: APIA, 2000), t. 3, p. 56.

34 Elena G. de White, Testimonios para la iglesia, t. 1, p. 70.

35 Elena G. de White, Sermons and Talks, vol. 1. (Silver Spring, MD: Ellen G. White Estate, 1990), t. 1, p. 72.