Una pregunta no esencial
«Cristo dice que habrá en la iglesia quienes presentarán fábulas y suposiciones, cuando Dios ha dado sublimes, elevadoras y ennoblecedoras verdades que siempre debieran ser preservadas en la cámara del tesoro de la mente. Cuando los hombres toman esta teoría y aquella otra, cuando están curiosos por saber algo que no es necesario que sepan, Dios no los está guiando. No es su plan que los suyos presenten algo que tengan que suponer, que no está enseñado en la Palabra. No es su voluntad que entren en controversias por cuestiones que no los ayudarán espiritualmente, tales como: ¿Quiénes han de componer los 144.000? Sin duda, esto lo sabrán dentro de poco los que sean elegidos de Dios.»
«Mis hermanos y hermanas, apreciad y estudiad las verdades que Dios ha dado para vosotros y para vuestros hijos. No paséis tiempo procurando saber aquello que no será de ayuda espiritual. “¿Haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?” Lucas 10:25. Esta es la pregunta suprema, y ha sido contestada claramente: “¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?”» —Manuscrito 26, 1901. Mensajes Selectos, T. 1, 205.
Esforcémonos por estar entre los 144.000
«Esforcémonos con todo el poder que Dios nos ha dado para estar entre los ciento cuarenta y cuatro mil. Y hagamos todo lo que podamos para ayudar a otros a ganar el cielo.» -Review and Herald, 9 de marzo de 1905. [Traducción propia]
La señora White y los 144.000
«El Señor me mostró en visión otros mundos. Me fueron dadas alas y un ángel me acompañó desde la ciudad a un lugar brillante y glorioso. La hierba era de un verde vivo y las aves gorjeaban un dulce canto. Los moradores de aquel lugar eran de todas estaturas; eran nobles, majestuosos y hermosos. Llevaban la manifiesta imagen de Jesús, y su semblante refulgía de santo júbilo, como expresión de la libertad y dicha que en aquel lugar disfrutaban. […] Supliqué a mi ángel acompañante que me dejara permanecer allí. No podía sufrir el pensamiento de volver a este tenebroso mundo. El ángel me dijo entonces: “Debes volver, y si eres fiel, tendrás, con los 144.000,* el privilegio de visitar todos los mundos y ver la obra de las manos de Dios.» Primeros Escritos, 39.
*Nota: Observe que se le hizo aquí la promesa a la Sra. White de que si era fiel, ella, junto con los 144.000, tendría ciertos privilegios.
La señora Hastings estará con los 144.000
«Vi que ella estaba sellada, que se levantaría y se pondría en pie sobre la tierra, y estaría con los ciento cuarenta y cuatro mil. Vi que no necesitábamos afligirnos por ella; descansaría durante el tiempo de angustia; lo único que debería afligirnos debería ser la pérdida que experimentamos al ser privados de su compañía. Vi que su muerte sería para bien.» Manuscritos Selectos, tomo 2, 301.
El silencio es elocuencia
[La siguiente carta de C. C. Crisler, secretario principal en la oficina de la Sra. White, dirigida al pastor E. E. Andross, presidente de la Unión del Pacífico, fue convocada por una solicitud de él a la hermana White para cualquier luz que ella pudiera tener relacionada con las enseñanzas del Dr. B. E. Fullmer de Los Ángeles, de que los 144.000 estarán compuestos únicamente de estadounidenses, y ninguno de otros países.]
Elmshaven, Sanatorio, California, 8 de diciembre de 1914.
Estimado hermano Andross:
Durante los pocos minutos que quedaban del mediodía antes del cierre del correo, después de recibir su carta de consulta por entrega especial, le envié una respuesta apresurada a su comunicación, prometiendo más información por cable. Esta noche le envío la siguiente carta telegráfica:
«La Sra. White me indica que le informe de que no tiene más luz aparte de que la presentación de incertidumbres como certezas, y la insistencia de misterios como verdades reveladas, es peligrosa y lleva a la desilusión. Sugiere construir sobre las Sagradas Escrituras, el verdadero fundamento, en lugar de sobre conjeturas personales. – C. C. Crisler».
Cuando leí la carta a la Sra. White, y escuché sus comentarios en respuesta, tenía conmigo como testigo al hermano D. E. Robinson.
«“No tengo luz sobre el asunto”, dijo ella al escuchar la carta. “Es un tiempo muy delicado en el que estamos viviendo, un tiempo en el que debemos aferrarnos individualmente al Señor con todas nuestras fuerzas.” Dijo además: “Aquellos que promueven teorías sobre asuntos que no están revelados, se están poniendo en peligro de enfrentar desilusiones. ‘Escóndase en Dios; esconda sus misterios en Dios’, estas palabras se han repetido durante la noche, una y otra vez. Desde el principio, se me ha instruido que el Señor Jesús puede dar consejos que no traerán desilusión.”
»“Por favor, dígales a mis hermanos que no tengo nada presentado ante mí en relación con las circunstancias sobre las que escriben, y solo puedo exponerles lo que se me ha presentado.
»“Hay quienes intentan tratar las incertidumbres como certezas; y cuando alcanzan esta posición, están en un lugar donde es posible que el enemigo los use.
»“En el pasado, se me ha dado luz repetidamente de que cuando surge una crisis, debemos tomar el consejo de Dios, y examinar con interés cada elemento que presente la verdad en su veracidad.
»“La mayor ayuda vendrá cuando veamos la influencia de las enseñanzas de las Sagradas Escrituras. Su influencia debe llevarnos a permanecer en una base elevada, donde construyamos nuestra fe y la fe de los demás, no sobre lo que dice uno, o lo que dice otro, sino sobre el verdadero fundamento, la Palabra del Dios viviente.”»
He tratado de escribir a partir de mis notas las palabras que pronunció la hermana White después de escuchar su carta y partes de la carta que escribí yo, así como la respuesta que le remití apresuradamente. En ninguna palabra o señal la Sra. White intentó indicar qué partido tiene razón y cuál está equivocado. De ninguna manera hizo ningún comentario sobre mi carta a usted, y, hasta donde pudimos entender, de ninguna manera intentó interpretar o explicar lo que ya ha escrito en años anteriores sobre los 144.000. Al contrario, elevándose por encima de los meros detalles, subrayó los principios ya expuestos anteriormente.
No tengo nada que añadir a lo que escribí al mediodía. Sí, hay un comentario que hizo la Sra. White cuando leí mi carta. Expresó su satisfacción por el hecho de que incluí en mi carta las palabras: «“Sobre el asunto del significado exacto de los 144.000, la Sra. White nos ha indicado repetidamente que ‘el silencio es elocuencia’.”»
También comentó favorablemente al escuchar las palabras con las que cerré: «“Hasta donde sé ahora, nadie conoce la verdad completa del asunto, ni la conoceremos hasta que estemos al otro lado del Jordán.”»
Confío plenamente, hermano Andross, en que los hermanos del sur de California encontrarán bendición al revisar las enseñanzas de las Escrituras acerca de los 144.000, y al aplicar a estas enseñanzas cualquier luz que pueda haber en los escritos publicados de la Sra. White. Y a medida que se le dé consideración reverente a este asunto en todos sus aspectos, creo que Dios hará que la verdad sea lo suficientemente clara para evitar controversias innecesarias e infructuosas sobre cuestiones que no son vitales para la salvación de almas preciosas.
Con mis más cordiales saludos, y orando para que Dios dé amplitud de simpatía, así como claridad de visión a quienes están llamados a manejar este problema tan desconcertante que ha surgido, soy como siempre, sinceramente suyo.
Atentamente,
C. C. Crisler.
Ellen G. White Estate 21 de diciembre de 1964 Revisado en septiembre de 1990