Diogo Cavalcanti
La fe adventista nació de la profecía bíblica. Las profecías apocalípticas enmarcan su identidad y misión. Sin embargo, en los últimos tiempos, un sofisticado razonamiento está deconstruyendo los fundamentos interpretativos básicos. Hay «una reciente oleada de escatología antiadventista […] Roma ya no es un actor importante; la persecución dominical nunca surgirá; nuestro escenario del tiempo del fin proviene de Elena G. de White, no de la Biblia», lo advirtió recientemente Clifford Goldstein.1 El asunto ha recibido la atención del Instituto de Investigación Bíblica de la Asociación General2 y se ha convertido en la preocupación de este artículo.
Históricamente, la relación entre la marca de la bestia y la futura aplicación de las leyes dominicales son un elemento clave de la escatología bíblica adventista. La marca de la bestia tiene fuertes conexiones con la identificación de la primera y la segunda bestia, los mensajes de los tres ángeles y el sábado, así como con varios otros elementos. Se trata de una comprensión compleja, y no marginal. Este artículo se adentra en un tema que conecta múltiples campos del conocimiento con el reto de las limitaciones de espacio. Comienza con las ideas bíblicas, las raíces de la interpretación adventista, el papel de Elena G. de White en el proceso y las tendencias actuales más significativas.
Dos bestias
En Apocalipsis 13, dos bestias surgen para perseguir al pueblo remanente de Dios en los momentos finales de la historia. La primera es una encarnación de la anormalidad que viola las categorías de la Creación de animales diseñados «según su especie» (Gén. 1: 24). Este monstruo híbrido también rompe las amplias divisiones entre animales terrestres y marinos (Gén. 1: 21, 24). Los rasgos transgresores de la primera bestia denotan no solo una violación de los límites (Lev. 19: 19) sino que anuncian su esencia impía. Formada por partes de animales inmundos (Lev. 11), representa el colmo de la impureza. Cuanto mayor es el número de sus cabezas, dientes y cuernos, mayor es su fuerza y voracidad. La segunda bestia no es tan monstruosa, pero habla como el dragón (Satanás, véase Apoc. 12: 9). Impulsadas por la ira del diablo, ambas bestias pretenden dañar al remanente de la mujer, «los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo» (Apoc. 12: 17).
Consideremos las características de la primera bestia (Apoc. 13: 1-10). En primer lugar, es una mezcla de las cuatro bestias de Daniel 7. También aprendemos, comparando las profecías de Apocalipsis y de Daniel, que también persiguió a los santos durante 1,260 años (Apoc. 12: 6; Dan. 7: 25)3 durante la aparentemente interminable era de la Inquisición. Una de sus cabezas sufrió una herida mortal, que los intérpretes protestantes han entendido históricamente como la pérdida gradual de fuerza del papado, hasta el encarcelamiento de Pío VI por el general francés Louis-Alexandre Berthier en 1798. Y finalmente, la primera bestia se recupera y asombra al mundo, lo que prefigura la restauración de la Iglesia de Roma y el estrellato mundial del papa. Este poder milenario, romano-cristiano y perseguidor que resurge en el final escatológico solo puede ser el de la Iglesia de Roma y el papado, como también creyeron Lutero y otros reformadores en su época.4
La segunda bestia (Apoc. 13: 11-18) surge de la tierra, no de las aguas, entendidas tipológicamente como representación de pueblos o naciones existentes (Apoc. 17: 15). A diferencia de la sucesión vista en Daniel 2 y 7, no surge de un imperio que conquistó otro dominio imperial anterior. La bestia con forma de cordero «surge» en una región del mundo mucho más amplia y menos poblada.5
Esta bestia terrestre tiene la apariencia de un cordero (lo que sugiere que es religiosa) con dos cuernos o poderes predominantes. Adquiere el dominio mundial cuando se recupera la herida de la primera bestia (Apoc. 13: 12). Esta mezcla única de poder mundial y atractivo religioso no describe a ninguna otra nación tan bien como a los Estados Unidos de América. Sin embargo, esta bestia terrestre está marcada por dos características —«cuernos»— que Elena G. de White entiende como republicanismo y protestantismo, y también por dos grandes partidos políticos. Sus características ambivalentes (apariencia frente a comportamiento) reflejan a Estados Unidos como la tierra de la libertad religiosa, los orígenes protestantes, las ideas de la Ilustración y la democracia (la apariencia de cordero), pero al mismo tiempo, su voz delata una proclividad a una intolerancia violenta al final de la historia. Aun así, es una bestia,6 una superpotencia mundial.
Imagen y marca
La obra maestra del engaño del final de los tiempos, ideada por el dragón/Satanás y ejecutada por las dos bestias, pretende atraer la adoración universal hacia él (Apoc. 13: 4). La segunda bestia, también llamada «falso profeta» (16: 13; 19: 20; 20: 10), sirve a la primera. Lanza un esfuerzo global para persuadir y obligar al mundo a hacer algo por la primera bestia, formando una imagen para ella y luego llamando al mundo a adorar esa imagen. Mediante señales milagrosas (Apoc. 13: 12), la bestia con forma de cordero convence a la mayor parte del mundo. Este falso profeta escatológico realiza la señal de uno verdadero —Elías en el Monte Carmelo— haciendo descender fuego del cielo, pues «el Dios que responda por medio del fuego, ése es Dios» (1 Rey. 18: 24; Apoc. 13: 13). Todo esto sirve para dar gloria a la bestia y al propio dragón en amplia rebelión contra Dios.
Señales milagrosas convencerán al mundo. La segunda bestia/falso profeta imparte «vida» a la imagen, que empieza a hablar y hace «matar a todo el que no la adorara» (Apoc. 13: 15). En paralelo con el decreto de «adorar o morir» de Daniel 3, es tipológicamente apropiado decir que la imagen de la bestia es por tanto un instrumento legal, una ley.
En la crisis final, las señales realizadas por los cristianos convencerán a los legisladores de aprobar una ley de intolerancia. Desde hace más de un siglo, las notables experiencias pentecostales y carismáticas que implican hablar en lenguas, curaciones y otras manifestaciones sobrenaturales han sido entendidas por los cientos de millones de cristianos como señales de aprobación divina. También debemos considerar la omnipresencia cultural del espiritismo. En el pasado, mediante los milagros y las artes místicas, los magos y los falsos profetas contradecían la genuina voz profética (Éxo. 7: 11, 22; 8: 7). Lo mismo ocurrirá al final, con los «espíritus de demonios, que obran prodigios» (Apoc. 16:14).7
A continuación, entra en acción una clasificación diabólica: la marca de la bestia (Apoc. 13: 16, 17). Dividirá a la humanidad entre los que cooperen con el sistema imperante y los que no. Promoverá un despiadado embargo o sanción, prohibiendo a los disidentes «comprar o vender» (Apoc. 13: 16, 17), que debe entenderse tan literalmente como la amenaza mortal que promueve (vers. 15).
En el mundo del Nuevo Testamento, «marca» (charagma, del verbo griego charasso) tiene que ver con un tipo de grabado que deja una marca indeleble, similar a la que usan los reyes en las monedas, los esclavos y los animales.8 Evidentemente, denota dominación y posesión. Sin embargo, para descifrar la marca de la bestia, hay que averiguar cuál es el correspondiente «sello de Dios».
El sello de Dios (sphragida Theou, Apoc. 7: 2, 3, probablemente del verbo phrasso, «detener», «rodear», «obstruir») es la contrapartida de la marca de la bestia. Se refiere a las antiguas formas de autentificación de los reyes, con sus anillos y sellos aplicados a grabados de cera para certificar documentos y cartas. Indica algo reservado, privado o autorizado. En Ezequiel, el sello protege a algunos judíos de la matanza causada por los invasores (Eze. 9: 1-11), así como la sangre en los postes de las puertas preservó a los israelitas del ángel destructor (Éxo. 12: 21-23).9
El sello de Dios es un elemento distintivo de su pueblo que guarda sus mandamientos y tiene la fe de Jesús (Apoc. 14: 12). Entre los mandamientos, el cuarto es el único que revela a Dios como Creador (Éxo. 20: 8-11). El lenguaje de este mandamiento está incluido en el mensaje del primer ángel (Apoc. 14: 6, 7) que es predicado por el pueblo sellado (Apoc. 14: 1; 7: 1-8). Además de tener la fe de Jesús, guardan los mandamientos como elemento distintivo de identidad, destacando el cuarto: la observancia del sábado.
Es un pueblo doblemente sellado: con el evangelio, para la salvación (2 Cor. 1: 22; Efe. 1: 13; 4: 30; 2 Tim. 2: 19), y con protección, para afrontar la crisis final.10 El sábado ha sido una señal entre Dios y su pueblo a través de los tiempos (Eze. 20: 12, 20). Por lo tanto, si el sello de Dios es de alguna manera visible al guardar los mandamientos, especialmente el sábado, la marca de la bestia surge como el «anti-sábado», el domingo, la marca de la autoridad papal, romana.
En la larga tradición protestante norteamericana, el domingo se llama «sábado» hasta el día de hoy y es guardado por personas devotas. El cambio del sábado al domingo fue un acto del Imperio Romano y de la Roma papal (Dan. 7: 25), y la aceptación del domingo por parte de los evangélicos se entiende, con razón, como una señal de sumisión a la Iglesia de Roma.11 El propio mundo secular ya ha asimilado el domingo como día de descanso. La Organización Internacional de Normalización, conocida como ISO, que opera en 162 países, considera desde 1975 el domingo como el séptimo día de la semana, y esto se refleja en muchos calendarios populares.
El domingo ya es una realidad casi universal en las sociedades cristianas, especialmente en las occidentales, pero Apocalipsis 13 indica que será «anabolizado» —inflado por leyes que aún no han sido promulgadas para convertirse en la marca de la bestia. Será una «falsificación amplia y detallada».12 Satanás simulará incluso la segunda venida de Cristo como su engaño casi irresistible.13
El sello de Dios se colocará en la frente, indicando la aceptación consciente. La marca de la bestia, a su vez, se colocará en la frente o en la mano, simbolizando la aceptación consciente o meramente conveniente. Los poderes terrenales amenazarán a quien no reciba la marca de la bestia. Por otro lado, quienes reciban la marca de la bestia sufrirán la ira divina (las plagas) y padecerán la segunda muerte en el lago de fuego (Apoc. 13: 9-11; 20: 4, 5, 9, 10, 14, 15). Todos tomarán una decisión y elegirán su destino final.
Confirmación profética
¿Cómo contribuyó el ministerio profético de Elena G. de White a esta comprensión? Aunque escribió a la gente sobre acontecimientos inmediatos, su labor principal fue revisar y confirmar las posiciones teológicas (y algunas interpretaciones) logradas a través de un intenso estudio grupal de las Escrituras por los pioneros adventistas. Eso ocurrió en relación con varios temas, incluida la marca de la bestia. No fue una innovación suya y, en algunos casos, ni siquiera de los pioneros.
Ya en 1766, el reverendo Ebenezer Frothingham, un ministro congregacionalista de Connecticut, había identificado a «Estados Unidos» como la bestia con forma de cordero de Apocalipsis 13.14 Sorprendentemente, llegó a esta conclusión 10 años antes de la Revolución Americana, ¡y 23 años antes de la adopción de la Constitución de los Estados Unidos!
LeRoy Edwin Froom señala que el desarrollo doctrinal adventista fue un proceso basado en un sólido estudio bíblico, ayudado por el papel confirmatorio de Elena G. de White, que cimentó posiciones y deshizo bloqueos.15 Joseph Bates, en 1847, fue el primero en identificar la marca de la bestia como la observancia del domingo.16 Ese mismo año, Elena G. de White escribió a Bates, respaldando su interpretación,17 una postura que mantuvo durante 68 años hasta su muerte en 1915.
Froom subraya que para enero de 1849, Bates ya había comprendido que la observancia del domingo se impondría legalmente.18 En su panfleto «A Seal of the Living God», declaró «Este poder impío del que el pueblo de Dios ha sido llamado a salir [Apoc. 18: 4], aún promulgará, como parece ahora, una ley con el propósito expreso de hacer que todos se inclinen y guarden el sábado (domingo) del Papa».
En 1850, Joseph Bates, James White, J. Lindsey e Hiram Edson identificaron la marca de la bestia como la observancia del primer día de la semana, como señala Alberto Timm.19 En el mismo año, G. W. Holt e Hiram Edson entendieron que «adorar a la bestia y a su imagen» (Apoc. 14: 9, 11) se refería a «guardar el primer día de la semana en lugar del séptimo».20 En mayo de 1851, J. N. Andrews identificó la segunda bestia como los Estados Unidos, el país a través del cual Roma impondría la marca de la bestia.21 Por último, Urías Smith desarrolló la interpretación general del tema en su comentario sobre el Apocalipsis.22
Revisionismo
Uno de los argumentos más sutiles del revisionismo aplicado al rol y los escritos de Elena G. de White es el de condicionarlos artificialmente a su época. Sin duda, es fundamental entender sus palabras en su contexto original y salvaguardar su significado. Debemos ser conscientes de que la naturaleza del propio significado de las palabras se ha ido erosionando desde Immanuel Kant y se está desmoronando aún más en la era posmoderna. Tenemos que entender los «tiempos y las estaciones», cuando la interpretación de respuesta del lector se impone, cuando la gente impone sus percepciones sobre el texto, el relativismo sobrescribe el significado, y los contextos creativos y ficticios hablan más fuerte que el propio texto.
Aplicando las palabras de Daniel Fischer a la profecía, debemos evitar la falacia del presentismo, es decir, interpretar el pasado a la luz de los acontecimientos posteriores como si tuviéramos que podar las ramas secas del pasado y dejar solo las ramas verdes, las más recientes.23 Por eso, para ser justos con cualquier autor, debemos ver las declaraciones posteriores junto con las anteriores, todo el marco, la línea y el progreso del pensamiento para entenderlas, para discernir en lo posible el sentido de una obra.
El libro El conflicto de los siglos es ampliamente considerado como la obra que define el ministerio de Elena G. de White y sus puntos de vista sobre la escatología. Es el único libro con una introducción escrita por ella. En líneas solemnes, ella afirma que el libro es un registro de escenas del conflicto entre el bien y el mal «a través de la iluminación del Espíritu Santo».24 Cabe destacar la visión que tuvo en Lovett’s Grove, Ohio, el 14 de marzo de 1858, que dio lugar a la primera versión de El conflicto de los siglos, el libro Spiritual Gifts, publicado seis meses después.
En este punto, podemos llegar a algunas conclusiones seguras. En primer lugar, los elementos clave de las opiniones de Elena G. de White sobre la marca de la bestia ya estaban presentes de forma embrionaria en su primera visión del gran conflicto. En 1847, la Sra. White identificó la acción del papado y la marca de la bestia como la falsificación del sello de Dios.25 Cuatro años más tarde, ella se refirió a un decreto: «Y tendrán que desaprender mucho, y aprender de nuevo. Y aquellos que no reciban la marca de la bestia y su imagen, cuando el decreto salga, deben tener decisión ahora para decir, no».26
En segundo lugar, sus opiniones sobre el gran conflicto tuvieron un efecto acumulativo. Añadieron y ampliaron información sobre la misma base. Sus escritos de la década de 1880, cuando hubo una amenaza real de una resolución de ley dominical nacional en el Senado de los Estados Unidos, dieron más nitidez y claridad a lo que ya estaba establecido. En 1882, ella declaró: «Hace treinta y seis años me fue mostrado que lo que está sucediendo ahora sucedería, que la observancia de una institución del papado sería impuesta al pueblo por una ley dominical».27 Las declaraciones que se encuentran en la versión de 1888 de El conflicto de los siglos, aunque dialogan hasta cierto punto con su contexto, no eran una consecuencia reciente y reactiva de este, sino una expansión de puntos de vista pasados, y así permaneció hasta la versión final del libro (1911), que Elena G. de White supervisó cuidadosamente.28
Después de la crisis de 1888, Elena G. de White mantuvo su posición sobre la marca de la bestia y el domingo hasta su muerte en el siglo XX. En ese momento, ella no apuntaba al pasado sino al futuro. El 22 de marzo de 1910, ella declaró: «Cuando las iglesias protestantes se unan con el poder secular para sostener una religión falsa, por oponerse a la cual sus ancestros soportaron la más feroz persecución: cuando el estado use su poder para hacer cumplir los decretos y sostener las instituciones de la iglesia, entonces la América protestante habrá formado una imagen del papado».29
Algunos pueden tratar de evaluar las posiciones de Elena G. de White sobre la marca de la bestia preguntando si su ministerio fue el de un profeta clásico o apocalíptico. Los profetas clásicos, como Isaías, Jeremías y Jonás, anunciaron muchas profecías condicionales, que podrían suceder o no, dependiendo de la obediencia de quienes recibieran los mensajes, mientras miraban hacia un futuro glorioso diseñado por Dios. La profecía apocalíptica, sin embargo, se refiere a cosas que deben ocurrir; en otras palabras, es incondicional (Apoc. 1: 1). Por lo tanto, la comprensión de Elena G. de White de una visión apocalíptica está vinculada a la naturaleza incondicional de este tipo de profecía.
Aplicar una pregunta de «sí o no», «A o B», a una cuestión compleja no binaria es una falacia.30 Jesús lo trató en su ministerio (Mat. 22: 17; Mar. 11: 30). Así que una mejor pregunta respecto a Elena G. de White y la marca de la bestia, como para cualquier otra de sus posiciones en el Apocalipsis, podría ser algo así como: ¿Cómo apuntó su ministerio profético a la mejor comprensión de esta profecía apocalíptica (incondicional)? Su posición sobre la marca de la bestia no es condicional, debido a la naturaleza incondicional de la profecía a la que se refiere. El libro del Apocalipsis es incondicional, y también lo es la interpretación que ella respaldó abiertamente sobre la marca de la bestia. Al final, se trata del núcleo de su ministerio: hacer brillar una luz menor para ayudarnos a entender —y elegir las mejores conclusiones— sobre la mayor.
Señales contemporáneas
¿Cómo pudo el país de la libertad hacer algo así y el mundo seguir su camino? Marvin Moore dedicó un libro entero (Could it Really Happen? Revelation 13 in the Light of History and Current Events) a responder a esta pregunta. Desde la época de Elena G. de White, las «predicciones» en este sentido parecían «infundadas y absurdas», como ella misma reconoció.31 Aunque la profecía es coherente desde el punto de vista hermenéutico, la creemos por fe, sin basarnos principalmente en la lógica o la plausibilidad. Sin embargo, a medida que el tiempo avanza y ocurren cosas notables hacia el cumplimiento de la profecía, debemos estar atentos y ser capaces de reconocerlas.
Al fin y al cabo, la profecía carecería de sentido sin su naturaleza predictiva que guía y confirma la fe de las personas (Juan 13: 19). Es vital discernir las tendencias que señalan el final, pero también, es igualmente necesario tener cuidado de no imponer los titulares de los periódicos a la Biblia. «Pero vosotros ¡tened cuidado! Os lo he dicho todo de antemano. Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas» (Mar. 13: 23, 29). Refiriéndonos al título de este artículo, debemos estar atentos a las siguientes tendencias:
La cooperación de Estados Unidos con el Vaticano. El primer encuentro entre un presidente estadounidense y un Papa tuvo lugar en 1919. Cuarenta años después se produjo el segundo. Sin embargo, desde 1963 hasta 2017, ha habido 28 reuniones de 12 presidentes estadounidenses con cinco papas. Esto dice algo sobre el respeto mutuo entre las partes, así como sobre los desafíos e intereses globales comunes. Por ejemplo, la retórica de la paz, el enorme poder blando de ambas partes y el llamamiento carismático a las masas lanzado por Juan Pablo II, en asociación con Ronald Reagan, derribaron el Muro de Berlín y el Telón de Acero de 40 años. Las multitudes aclamaron efusivamente al Papa Francisco en su última visita a EE.UU.32 Un Papa reinante también se dirigió al Congreso estadounidense por primera vez en su historia. Washington y el Vaticano son importantes actores globales que han cooperado durante décadas.
La derecha cristiana de Estados Unidos. Según una encuesta del Instituto Barna,33 solo el 25 por ciento de los evangélicos estadounidenses estaba de acuerdo en que «ningún conjunto de valores debería dominar el país». Por el contrario, el 75 por ciento de los evangélicos estaba de acuerdo en que un conjunto de valores cristianos debería gobernar los EE.UU., lo que significaría el fin efectivo de la separación de la Iglesia y el Estado. La Derecha Cristiana, siempre presente en la política estadounidense, emergió a la prominencia pública en la era moderna en la década de 1970, y es un movimiento religioso-político apoyado por un colosal complejo de instituciones, grupos de presión, sitios web, televisión y radio, librerías y grupos de recaudación de fondos. Como reacción a una creciente tendencia a la descristianización de la sociedad estadounidense, estas fuerzas operan al menos en tres líneas: 1) en defensa de los valores relacionados con la familia; 2) por un enfoque cristiano de la legislación civil (incluyendo la defensa de las llamadas leyes azules); y 3) para aumentar su influencia política, ayudando a elegir a los políticos, especialmente a los presidentes. El motín del Capitolio del 6 de enero de 2021 también ha sido ampliamente asociado con los elementos tanto del nacionalismo blanco como de la derecha cristiana.34 El asalto sin precedentes al Capitolio de EE.UU. se considera como «una de las acciones políticas más extremas que cualquier grupo de evangélicos ha llevado a cabo en la historia reciente». Ciertamente, es el resultado de 150 años de apocalipticismo dispensacionalista evangélico que va mucho más allá de las últimas y próximas elecciones estadounidenses.35
La relevancia del domingo para el Vaticano y el mundo secular. Las encíclicas papales, como Dies Domini (Día del Señor, 1998) y Laudato Si’ (Alabado sea, 2015), se mueven ampliamente en la misma dirección que muchos valores evangélicos, añadiendo el rescate de la dignidad humana y el cuidado del medio ambiente. También coinciden con las demandas de un futuro con bajas emisiones de carbono. Algunos grupos de presión religiosos, sindicatos y entidades sociales están trabajando duro para aprobar un día de descanso común, especialmente en Europa.36 La crisis climática mundial también ha provocado un clamor a favor de un menor consumo y una reducción de las emisiones de carbono. Paralelamente, el diálogo en torno a los valores comunes está vinculado al ecumenismo, un proceso inaugurado por la iglesia romana a través del Concilio Vaticano II. El Papa Francisco dijo recientemente que el ecumenismo es «irreversible», «una exigencia esencial de la fe que profesamos». «Estamos caminando juntos en el camino que conduce a la meta de la unidad visible», añadió.37
Amenazas de tiranía. Estados Unidos aún no ha llegado a la profetizada condición de intolerancia. Todavía promueve ideales de libertad. Sin embargo, como la historia ilustra profusamente, esa situación puede cambiar sin previo aviso. El ataque a Pearl Harbor (1941) condujo a la suspensión ejecutiva de los derechos de 110,000 ciudadanos estadounidenses de ascendencia japonesa, incluida la deportación forzosa a campos de internamiento y la posterior confiscación de sus propiedades legales. Solo seis semanas después de los atentados del 11 de septiembre, la Ley Patriótica abrió una era de vigilancia masiva sin precedentes. No se pueden descartar nuevas persecuciones e invasiones de los derechos garantizados por la Constitución, ya que «las ansiedades de nuestra época podrían volver a dar lugar a chivos expiatorios y enemigos imaginarios», observó Timothy Snyder en un artículo del New York Times.38
Algoritmos, IA y Big Data. Las nuevas tecnologías han permitido y ampliado una red de vigilancia inimaginable, especialmente con la llegada del Big Data y la inteligencia artificial (IA). Algunos como el israelí Yuval Noah Harari han advertido sobre la creciente amenaza de la «dictadura de los algoritmos».39 Los algoritmos permiten a los partidos políticos, los gobiernos y las grandes corporaciones «arrear» a las masas sin llamar la atención de la sociedad. En las manos equivocadas, estas nuevas tecnologías alucinantes pueden llevar al control casi absoluto de sociedades enteras, lo que ya es una cruda realidad en algunos países. Estas técnicas también son una tentación para las naciones democráticas porque pueden contribuir a mejorar la competitividad internacional. Los algoritmos permiten una segregación más precisa de quienes no están de acuerdo o no actúan según los valores y las leyes imperantes. Tales tecnologías pueden conducir a la discriminación individual y a la focalización, como ya ocurre con nuestras calificaciones crediticias. Además, hemos asistido a una creciente capacidad para bloquear económicamente a las naciones y, más recientemente, a los individuos, con sanciones. Oliver Nachtwey observa «la peligrosa perspectiva de un proceso regresivo de descivilización» en el que vemos una creciente desilusión con la economía, la política y el declive del estatus social de las mayorías. Por último, lleva a culpar a otros —las élites, la globalización, las mujeres y los inmigrantes— y, paradójicamente, suscita sentimientos de «aceptación de la coacción de un líder autoritario» como forma radical de encontrar la identidad.40
Todas las malas noticias descritas hasta ahora suenan familiares para quienes conocen las profecías bíblicas. Las profecías y las realidades impactantes están frente a nosotros, pero todavía pueden parecer oscuras para algunos. Vivimos, dicen algunos, como en la época de Ezequiel, cuando las perspectivas de cautiverio se cumplían y no se cumplían al mismo tiempo. Ya se habían producido dos invasiones babilónicas, pero el reino de Judea y el templo seguían en pie. Dios preguntó al profeta: «Hijo de hombre, ¿qué refrán es este que tenéis vosotros en la tierra de Israel, que dice: “Se van prolongando los días y desaparecerá toda visión”?» (Eze. 12: 22, 23). Algunos seguían siendo escépticos respecto a una tercera invasión.
Hoy, la Babilonia escatológica está aumentando su poder, pero algunos en «Israel» son escépticos. Otros se hunden en teorías conspirativas y en el sensacionalismo. Es fácil deslizarse hacia los extremos. Necesitamos un lugar seguro donde estar. Una sólida comprensión de la profecía bíblica conduce a una vida cristiana vibrante, no una vida escéptica, exagerada, indiferente y anémica, sino una vida alimentada por la esperanza. Estamos llamados a confiar en la palabra profética (2 Cor. 20: 20) y a prepararnos para su escenario largamente anunciado, porque de repente el Señor puede volver a decir: «Haré cesar este refrán» (Eze. 12: 23).
El paso de los días no puede borrar la visión. Nuestros ojos deben volver a brillar con la esperanza de la profecía.
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1 Clifford Goldstein, «The Same Old Whine (Of Babylon)», Adventist Review online, consultado el 17 de junio de 2021, https://adventistreview.org/same-old-whine/.
2 Biblical Research Institute, «Answers to Questions on the Mark of the Beast and End Time Events», General Conference of Seventh-day Adventists, consultado el 25 de junio de 2021, https://www.adventistbiblicalresearch.org/30710/
3 Francis D. Nichol, ed., The Seventh-day Adventist Bible Commentary (Hagerstown, MD: Review and Herald), t. 7, p. 895.
4 Dennis Pettibone, «Martin Luther and the AntiChrist», Perspective Digest 13, nº 2 (2008), pp. 6, 12.
5 Norman R. Gulley, Systematic Theology: The Church and Last Things (Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 2016), p. 524. Sin embargo, en contra de las antiguas afirmaciones de que América era una región «despoblada», los historiadores contemporáneos de la América nativa han calculado que la población norteamericana antes de 1492 era de decenas de millones de personas, algunas asentadas y otras móviles, principalmente en grupos tribales y confederaciones de tribus. El primer contacto con los europeos redujo drásticamente esta población a causa de las enfermedades transmisibles, lo que hizo que algunos colonos europeos del siglo XVII creyeran que heredaban una tierra salvaje casi vacía.
6 Gulley, Systematic Theology: The Church and Last Things, p. 525.
7 Elena G. de White, El conflicto de los siglos (Doral, FL: IADPA, 2013), p. 548.
8 Siegfried Horn, ed., Seventh-day Adventist Bible Dictionary, rev. ed. (Washington, DC: Review and Herald, 1979), p. 706, 707.
9 Véase Ranko Stefanovic, Revelation of Jesus Christ, 2ª ed. (Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 2009), pp. 261, 262.
10 Jirí Moskala, «God’s Two Seals: The Seal of the Gospel and the Apocalyptic Seal», Ministry, May-Junio 2018, pp. 22–24, https://www.ministrymagazine.org/archive/2017/12/seals
11 Marvin Moore, Could It Really Happen? Revelation 13 in the Light of History and Current Events (Nampa, ID: Pacific Press, 2007), pp. 188, 189.
12 Vanderlei Dorneles, The Last Empire (Tatuí, SP: Casa Publicadora Brasileira, 2015), p. 45.
13 Elena G. de White, El conflicto de los siglos, p. 608.
14 «The Articles of the Separate Churches», en The Great Awakening, ed. Alan Heimert y Perry Miller (Indianapolis: Bobbs-Merrill, 1967), p. 452.
15 LeRoy Edwin Froom, Movement of Destiny (Washington, DC: Review and Herald, 1971), p. 109. Cabe destacar que apoyó específicamente interpretaciones particulares sobre la marca de la bestia.
16 Joseph Bates, «The Seventh-day Sabbath, a Perpetual Sign», panfleto (1847), p. 57, https://archive.org/details/JosephBatesTheSeventhDaySabbathAPerpetualSignFromTheBeginningTo_35/mode/2up.
17 Ranko Stefanovic, «Mark of the Beast», en The Ellen G. White Encyclopedia, ed Denis Fortin y Jerry Moon (Hagerstown, MD: Review and Herald, 2013), p. 961.
18 Froom, Movement of Destiny, p. 87.
19 Alberto Timm, The Sanctuary and the Three Angel’s Messages: Integrating Factors in the Development of Seventh-day Adventist Doctrines (Berrien Springs, MI: Adventist Theological Society Publications, 1995), p. 85.
20 Timm, The Sanctuary and the Three Angel’s Messages, p. 85.
21 Herbert E. Douglass, Dramatic Prophecies of Ellen White: Stories of World Events Divinely Foretold (Nampa, ID: Pacific Press, 2007), pp. 109, 110.
22 Urías Smith, Thoughts, Critical and Practical, on the Book of Revelation (Battle Creek, MI: Steam Press, 1865), p. 224.
23 David Hackett Fischer. Historians’ Fallacies: Toward a Logic of Historical Thought (New York: Harper Perennial, 1970), p. 135.
24 Elena G. de White, El conflicto de los siglos, p. 13.
25 Elena G. de White, «A Word to the Little Flock» (Washington DC: Review and Herald, 1847), p. 19.
26 Elena G. de White, «A Sketch of the Christian Experience and Views of Ellen G. White», (Saratoga Springs, NY: James White, 1851), p. 55, cursiva añadida.
27 Elena G. de White, Testimonios para la iglesia (Doral, FL: IADPA, 1998), t. 5, p. 128.
28 Elena G. de White, Mensajes selectos (Washington, DC: Review and Herald, 1980), t. 3, pp. 139, 140. Véase también Douglass, Dramatic Prophecies of Ellen White, pp. 156, 157.
29 Elena G. de White, «The Sign of Loyalty», Signs of the Times, 22 de marzo de 1910, cursiva añadida.
30 Fischer, Historians’ Fallacies, p. 8.
31 Elena G. de White, El conflicto de los siglos, p. 565.
32 La «peregrinación penitencial» que acaba de realizar el Papa Francisco a Canadá para pedir disculpas por los abusos sexuales y el comportamiento de privación de cultura del clero católico hacia los niños y pueblos de las Primeras Naciones es un ejemplo notable de cómo una estrategia de comunicación eficaz puede ayudar a curar la percepción de una «herida mortal».
33 Barna Group, «Concerns Over Religious Freedom Have Increased in Last Three Years», publicación de la investigación, 1 de octubre de 2015, https://www.barna.com/research/concerns-over-religious-freedom-have-increased-in-last-three-years/
34 Michelle Boorstein, «Un “chamán” con cuernos. Un vaquero evangelista. Para algunos, el ataque al Capitolio fue una especie de revuelta cristiana». The Washington Post, 6 de julio de 2021, https://www.washingtonpost.com/religion/2021/07/06/capitol-insurrection-trump-christian-nationalism-shaman/. Véase también Elana Schor, «El cristianismo en los disturbios de la capital suscita un nuevo debate», Associated Press, 28 de enero de 2021, https://apnews.com/article/christianity-capitol-riot-6f13ef0030ad7b5a6f37a1e3b7b4c898
35 Matthew Avery Sutton, «The Capital Riot Revealed the Darkest Nightmares of White Evangelical America: How 150 Years of Apocalyptic Agitation Culminated in an Insurrection», The New Republic, 14 de enero de 2021, https://newrepublic.com/article/160922/capitol-riot-revealed-darkest-nightmares-white-evangelical-america
36 Consulte el sitio web de la Alianza Europea del Domingo, disponible en http://www.europeansundayalliance.eu/
37 «Pope to Finnish Delegation: Ecumenical Journey Is Not Optional», Vatican News, 19 de enero de 2019, https://www.vaticannews.va/en/pope/news/2019-01/pope-to-finnish-delegation-ecumenical-journey-is-not-optional.html
38 Timothy Snyder, «The Next Genocide». The New York Times, 9 de septiembre de 2015, https://www.nytimes.com/2015/09/13/opinion/sunday/the-next-genocide.html
39 Véase el capítulo 2, «Work», en Harari’s 21 Lessons for the 21st Century (New York: Random House, 2019).
40 «Decivilization: On Regressive Tendencies in Western Societies», Heinrich Geiselberger, The Great Regression, Apple Books, e-pub, pp. 245, 245, 261, 262.