El carácter
«¡Qué carácter!».
Esta declaración generalmente significa que acabas de hacer algo que divirtió o molestó a otra persona. Pero, ¿qué es el carácter?
Puedes buscar la definición, pero probablemente te parezca vaga o teórica. Algunas personas dicen: «El carácter es lo que eres cuando nadie te ve». El carácter tiene que ver con lo que eres en el fondo de tu ser, pero que se muestra a través de tus actos. Por ejemplo, luchar para ser el primero en la fila es una acción que se ve, pero ¿qué hay en la mente de alguien que lo empuja a querer ser el primero? Un carácter de «yo primero» se muestra de muchas maneras, además de cuando se trata de estar siempre por encima de los demás.
Fácilmente podemos ser engañados por lo que vemos en el exterior de alguien. Incluso el profeta Samuel malinterpretó lo que vio cuando buscaba un nuevo rey. Dios le dijo a Samuel: «Jehová no mira lo que mira el hombre, pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón» (1 Sam. 16: 7). Jesús dijo algo similar: «No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio» (Juan 7: 24).
El carácter se forma a través de un proceso hecho de acciones que se repiten hasta que se convierten en hábitos. Los hábitos desarrollan actitudes que moldean tu carácter y te hacen que seas quién eres. Aquí tienes algunos ejemplos de rasgos de carácter:
Pon un asterisco en los rasgos que ya tienes. Subraya los que deseas tener. Tacha los que quieres eliminar.
Tu carácter continúa formándose durante toda tu vida. Aunque otros hayan influido en tu carácter, tú eres quien lo gestionas. Ora para que Dios modele tu carácter.
Cuanto más tiempo pasa más difícil es cambiar de carácter. ¡Préstale especial atención ahora antes de que seas demasiado viejo!, pero mientras estés vivo y tu mente funcione, puedes desarrollar tu carácter para el bien con el poder de Cristo en ti.