El sincretismo

Uno de los mayores problemas que el cristianismo afronta alrededor del mundo es el sincretismo, a saber, cuando las creencias y conceptos cristianos están mezclados con los de otras religiones. En muchas partes del mundo, las personas practican el cristianismo mientras mantienen otras creencias religiosas y tradiciones culturales.

Puede que algunos asistan a la iglesia cada semana, cantando himnos y orando a Dios, y aun así van al chamán para pedirle ayuda para concebir un hijo. Los conversos pueden continuar temiendo a las oscuras fuerzas sobrenaturales antes que confiar completamente en su supremo y poderoso Salvador. Otros pueden afirmar que creen en la Biblia, pero también aceptan conceptos modernos, como la evolución, que van en contra de todo lo que las Escrituras enseñan acerca de los orígenes.

En muchos casos, cuando el cristianismo se introduce, las personas ven en el Dios cristiano solo otro dios entre otros. Incluso hoy en algunos lugares se pueden ver rituales religiosos folclóricos llevados a cabo abiertamente en iglesias cristianas.

Quizá la forma más común de sincretismo en el mundo cristiano es cuando alguien se convierte, y aun así su visión del mundo no cambia. Puede estar viendo el servicio de adoración de su nueva iglesia con una mentalidad ritualista, insistiendo en el hecho de que los servicios sean dirigidos exactamente como ellos lo experimentaron por primera vez. Pueden estar viendo el cristianismo simplemente como un método mágico más poderoso e intentar manipular a Dios para que haga lo que ellos quieren, más que confiar en oración en la voluntad del Señor para sus vidas.

El sincretismo había sido un gran problema en el antiguo Israel; constantemente introducían formas paganas de adoración en su religión. Esta actitud a menudo se deriva del deseo de ser como el mundo, de ser como los que nos rodean. Entonces, como ahora, no debemos buscar diferencias solo para ser diferentes; más bien, debemos «Buscad lo bueno y no lo malo, para que viváis» (Amós 5: 14).

La Reforma Protestante ayudó, hasta cierto punto, a liberar a los cristianos de lo que habían sido los resultados del sincretismo con antiguos rituales y ritos paganos. A pesar del mandato bíblico de no hablar con los muertos (Deut. 18: 11), las iglesias Católica y Ortodoxa del este animan a las personas a orar y a honrar a los santos (gente justa que ha fallecido), quienes, según ellos creen, interceden en nuestro favor; esto lo arrastran del paganismo antiguo y las religiones populares. Del mismo modo que los dioses de las diferentes religiones antiguas estaban asociados con lugares o actividades específicas, muchos santos, a pesar de que no creen que tengan poderes sobrenaturales en sí mismos, están vinculados con necesidades, lugares, pueblos u ocupaciones específicas.

En algunas partes del mundo, los cristianos todavía veneran las figuras sobrenaturales de religiones no cristianas, ya sea asociándolas con una figura cristiana como María o simplemente manteniéndola junto a ellos. En contraste a estas creencias, el apóstol Pablo declara que «hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos» (1 Tim. 2: 5-6).

Como cristianos, debemos aprender a examinar el bagaje cultural que todos llevamos y hacer todo lo posible para separarnos de cualquier cosa que sea contraria a nuestra fe.

Para una comprensión más profunda de este tema, ver el siguiente enlace: https://www.adventist.org/en/information/official-statements/guidelines/article/go/-/engaging-in-global-mission/