Los juegos de azar
La cultura popular lo celebra. Los establecimientos de apuestas incitan a la gente al juego repitiendo que «todo es más divertido para el que apuesta». Jugar se presenta como una diversión inofensiva, siendo que deforma nuestros valores y destruye a la sociedad. Si bien la Biblia no aborda directamente la cuestión del juego, hay principios bíblicos que nos informan acerca de cómo relacionarnos con los «juegos de azar».
El juego forma parte de una mala administración. Todo en nuestras vidas, nuestro tiempo, nuestra salud, nuestro dinero, son regalos recibidos de Dios. Cuando gastamos nuestro dinero en loterías, apuestas deportivas, máquinas tragamonedas y otras formas de apuestas, estamos malgastando tanto nuestro tiempo como nuestro dinero. La Biblia dice: «El dinero mal ganado pronto se acaba; quien ahorra, poco a poco se enriquece» (Prov. 13: 11, NVI). Jesús dijo: «Mirad, guardaos de toda avaricia, porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee» (Lu. 12: 15).
Invierte tu tiempo, dinero y energía en el reino de Dios. Jesús dijo: «No os angustiéis, pues, diciendo: “¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?”, porque los gentiles se angustian por todas estas cosas, pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas ellas. Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas» (Mat. 6: 31-33).
El juego nos hace perder la perspectiva. El décimo mandamiento nos dice que no codiciemos (Éxo. 20: 17). Jesús nos dijo: «No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el moho destruyen, y donde ladrones entran y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el moho destruyen, y donde ladrones no entran ni hurtan, porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón» (Mat. 6: 19-21). Concéntrate en lo que realmente importa: el amor, la familia, tu caminar con Dios.
El juego perjudica a la sociedad. Quienes promocionan juegos de azar se aprovechan de los pobres, enriqueciéndose a su costa. Los estudios han encontrado que la mayoría de los ganadores de la lotería acaba lamentando haber ganado. Innumerables personas malgastan en el juego el dinero que tendrían que haber invertido en sus familias y comunidades.
Para una comprensión más profunda de este tema, ver el siguiente enlace: https://www.adventist.org/en/information/official-statements/statements/article/go/-/gambling/