La medicina alternativa
Diferentes organizaciones gubernamentales de salud de los Estados Unidos, Reino Unido y Australia se han manifestado en contra de algunas medicinas alternativas e incluso las han restringido, incluyendo los remedios homeopáticos. Debido a la «falta de una base científica», la Universidad de Barcelona canceló el curso de posgrado en homeopatía. Le siguieron las Universidades de Zaragoza en 2014, Córdoba en 2013 y Sevilla en 2009, que tomaron decisiones similares. El cese de la presidencia fue el resultado de una demanda que cuestionaba la enseñanza de terapias que no «están respaldadas por evidencias». Tras una investigación científica exhaustiva, en Australia, el Consejo Nacional de Salud e Investigación Médica (NHMRC, por sus siglas en inglés) concluyó que no había «pruebas contundentes» sobre la eficacia de dichos tratamientos.
Las personas que escogen recursos «alternativos», como la homeopatía, pueden poner en peligro su salud si rechazan o posponen tratamientos que, respaldados por pruebas contundentes, se consideran eficaces y seguros.
Hace miles de años, Dios creó «remedios» naturales cuya eficacia, especialmente preventiva, se está demostrando año tras año, ya que tienen una base científica. El uso del agua de manera externa o interna ha demostrado ser eficaz y es explicable desde el punto de vista científico. La exposición a la luz solar también tiene resultados beneficiosos. El aire fresco, la alimentación correcta, el ejercicio físico, el descanso, la abstención de prácticas no saludables y la confianza en Dios; todas estas ocho pautas indicadas por el Creador funcionan y pueden ser muy provechosas cuando se usan adecuadamente. Aunque no es un libro de salud propiamente dicho, la Biblia proporciona ciertos principios cuya aplicación podría beneficiar mucho nuestra salud (Gén. 1: 29; Ecl. 11: 7; Lev. 11: 4-8; Sal. 40: 3). En el siglo XIX, Elena G. White ya recomendaba este tipo de terapia natural. Algunas de las llamadas terapias «alternativas», como la homeopatía, ya existían en su época (el fundador de la homeopatía falleció en 1843), sin embargo, ella nunca las recomendó.