La iglesia
Más de cinco mil millones de personas afirman tener algún tipo de afiliación religiosa. Cada semana (algunas varias veces a la semana) millones de personas se reúnen en lugares de culto. Los cristianos se reúnen en iglesias para adorar, pero ¿por qué? Para responder a esta pregunta debemos comenzar con Jesús.
Si Jesús te dijera lo siguiente a ti: «Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado. Y yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mat. 28: 19-20). ¿Cómo harías para lograrlo?
Jesús no dejó a su pequeña banda de seguidores sin esperanza y ayuda en esa extraordinaria tarea. Les dijo: «Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra» (Hech. 1: 8). Del mismo modo que Dios hizo cuando eligió a los hijos de Israel en el Antiguo Testamento (Isa. 49: 6), Jesús estaba dando autoridad a un grupo para representarlo a él ante el mundo. Este pequeño grupo de creyentes llegó a ser conocido como cristianos (Hech. 11: 26).
Pero dado que hoy existen tantas iglesias, ¿cómo puedes encontrar la verdadera? Aquí tienes cómo diferenciarla del resto:
Cristo tiene la iglesia para ti. La pregunta es, ¿te unirás a ella?