Las drogas

Aunque el uso de drogas se remonta a tiempos muy antiguos, la Biblia no las menciona directamente. Sin embargo, la Escritura presenta principios concretos que podemos aplicar en relación con ellas.

Las drogas alteran la mente y dejan la puerta abierta a la influencia de Satanás. El apóstol Pedro, que conocía bien las acciones impetuosas, escribió: «Sed sobrios y velad, porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar» (1 Ped. 5: 8). Las drogas embotan los sentidos y dan una falsa sensación de libertad, pero nublan la mente a la influencia del Espíritu Santo.

Aunque la Biblia no menciona explícitamente otras drogas, sus advertencias contra el alcohol son muy claras. Salomón escribió: «El vino es escarnecedor, la sidra alborotadora; ninguno que por su causa yerre es sabio» (Prov. 20: 1). El principio es este. Las drogas, incluido el alcohol, afectan la mente de forma muy perjudicial. Permitir que cualquier otro agente que no sea el Espíritu Santo controle nuestra mente es peligroso.

Para una comprensión más profunda de este tema, ver el siguiente enlace: https://www.adventist.org/en/information/official-statements/statements/article/go/-/chemical-use-abuse-and-dependency/