El pesimismo

¿Te suena familiar? El pesimismo es una trampa en la que es fácil caer cuando te concentras en el peor aspecto de las personas y de las situaciones, cuando dudas de ti mismo y de la capacidad de la vida para mejorar. Las personas más pesimistas llevan este estilo de pensamiento al pasado, al presente y al futuro. Lamentan el pasado y recuerdan las cosas con amargura (o idealizan el pasado y desean aquellos tiempos que nunca volverán). Piensan en el presente como algo lleno de cosas negativas, ignorando las bendiciones diarias de la vida. No tienen esperanza ni confianza en el futuro.

Uno de los mayores peligros del pesimismo es que puede conducir a la «profecía autocumplida». Como suponemos que las cosas se pondrán feas, eso es lo que finalmente ocurre. Proverbios 10: 24 dice: «Lo que el malvado teme, eso le sobrevendrá, pero los justos recibirán lo que desean».

La vida basada en el miedo puede matar nuestra motivación para el éxito. Puede que pienses: «¿Por qué debería hacer un esfuerzo cuando sé que nunca funcionará?». El pesimismo puede también envenenar las relaciones, ya que es fácil de absorber y puedes ser arrastrado por la negatividad de otra persona. Asimismo, puede afectar la salud mental, física y espiritual. Se ha descubierto que los sentimientos de frustración, enfado, desánimo y desesperanza debilitan nuestras defensas y retardan los procesos de curación. En un «círculo vicioso», la salud precaria puede acarrear el incremento del pesimismo.

¿Cómo puedes concentrarte en lo positivo? Primero, recuerda que tú eliges tu manera de pensar. Cuando afrontas una situación que podría ser difícil, aburrida, larga, aterradora o dolorosa, es fácil bloquearse. Recuérdate a ti mismo: «¡Puedo pensar lo que yo elija!». Luego, pregúntate a ti mismo y extiéndete en preguntas como: «¿Hay dos o tres cosas buenas en esto? ¿Qué resultados positivos podrían salir de esto? ¿Qué podría ganar durante y después del evento? ¿Qué podrán obtener otros?».

Finalmente, concéntrate en Dios y en sus planes para ti. La Biblia está repleta de ánimo. Proverbios 16: 3 dice: «Encomienda a Jehová tus obras y tus pensamientos serán afirmados». Ora: «Señor, ayúdame a ver las cosas del lado bueno». Dios te está diciendo: «Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová, tu Dios, estará contigo dondequiera que vayas» (Jos. 1: 9).