Relaciones abusivas

Aunque todos sabemos que la violencia doméstica tiene lugar en el seno de la unidad familiar, no todos son conscientes de que la violencia de género puede ocurrir en cualquier momento entre personas que son pareja o que han dejado de serlo, a cualquier edad, incluyendo a adolescentes y jóvenes. La violencia en la pareja a menudo comienza con abuso emocional, pero pronto puede derivar en acoso y abuso físico, sexual o psicológico. El abuso puede producirse directamente en persona o a través de medios electrónicos, tales como mensajes de texto o redes sociales. El maltrato dentro de una relación suele incluir las siguientes acciones: acosar, amenazar, amedrantar o aterrorizar, golpear, dar patadas, pisotear, empujar, morder, tirar del pelo, derribar, golpear con el puño o con objetos contundentes, estrangular, quemar, apuñalar, insultar, vejar, intimidar, humillar, tiranizar o controlar el comportamiento, forzar a contactos o actividades sexuales no deseadas, acusar injustamente a la víctima de ser infiel, decirle que merece el abuso, culparla por los estallidos violentos del agresor o amenazarla con lastimarse a sí misma o a otra persona si la víctima hace algo en contra de la voluntad del agresor.

Los jóvenes corren mayor riesgo de sufrir maltrato durante el noviazgo si creen que la violencia es una forma aceptable de expresar la ira o los celos, si consumen drogas u otras sustancias que alteran la mente, si fueron testigos de violencia en su hogar o si han sufrido algún trauma similar anteriormente. Lo que ven en el cine y demás medios de comunicación y en el comportamiento de ciertos amigos puede llevar a muchos a creer que la violencia de género en el noviazgo es normal, o pueden sentirse avergonzados de que les suceda a ellos y no se sientan cómodos para hablar del problema con alguien.

Las consecuencias del maltrato en el noviazgo pueden ser graves. Los jóvenes suelen deteriorar sus relaciones con sus familiares y amigos haciéndolas cada vez más tensas y distantes, participar en conductas peligrosas o dañinas, bajar el rendimiento escolar o sufrir lesiones físicas que pueden requerir tratamiento médico. También pueden sufrir depresión, ansiedad o incluso incubar pensamientos de suicidio. Las personas que soportan alguna forma de abuso temprano en la vida son más vulnerables al maltrato al hacerse adultos.

Si eres víctima de una relación abusiva, busca a un familiar o amigo de confianza a quien puedas contarle tu caso. Los maestros, profesores, pastores, consejeros y proveedores de atención médica pueden ponerte en contacto con los recursos de protección locales. Dependiendo de tus circunstancias, puede incluso que necesites ayuda de la policía para protegerte de manera segura de tu abusador.

El apóstol Pablo escribió que el amor verdadero es paciente y amable, «no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece, no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, sino que se goza de la verdad» (1 Cor. 13: 4-6); «siempre protege, siempre confía, siempre espera, siempre persevera» (1 Cor. 13: 7, NVI). Nunca te conformes con un amor egoísta, impaciente, arrogante, agresivo, degradante, rencoroso, posesivo y dado a la venganza.