La ciberteología

¿Cómo afecta la tecnología a la manera en la que creemos? Eso es lo que explora la ciberteología. Muchos teólogos, filósofos y tecnólogos estudian cómo la era digital afecta nuestra vida religiosa y espiritual. Por ejemplo, el mirar a pantallas en lugar de libros de papel puede llevarnos a escanear el texto en lugar de sumergirnos en una lectura profunda. Mantener múltiples cuentas de redes sociales puede llevarnos a mantener múltiples identidades, a la vez que publicamos diferentes contenidos en diferentes plataformas. La autoridad está «descentralizada», lo que significa que la gente no solo lee fuentes de información «oficiales», tales como el gobierno, los periódicos o iglesias; también se echa un vistazo a blogueros, tuiteros y páginas web de personas particulares.

Otra forma en la que la cultura ha dado un cambio es que nos hemos movido hacia un alto grado de participación. En otras palabras, cuando empleamos toda la semana comentando, subiendo información y respondiendo mensajes, las experiencias de la iglesia que no nos permiten expresarnos pueden percibirse como limitadas. Además, la idea del «texto flotante» (textos en las pantallas) nos empuja a la falta de contexto: ¿De dónde viene este texto? ¿Dónde está? Esto nos lleva a ciertas preguntas: ¿Cómo ha cambiado la oración a causa de la búsqueda en la red? ¿Necesito la guía de Dios o puedo buscar la respuesta por mí mismo?

Cada vez que una nueva tecnología llega, nos cambia. Se ha dicho: «Nuestras herramientas no solo construyen el mundo, nuestras herramientas nos hacen a nosotros». El apóstol Pablo escribió: «Por tanto, nosotros todos, mirando con el rostro descubierto y reflejando como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en su misma imagen, por la acción del Espíritu del Señor» (2 Cor. 3: 18).

Muchos autores cristianos han interpretado esto como un principio de vida, sugiriendo que, con lo que interaccionamos y en lo que ponemos atención, influye en nuestra manera de vivir. La tecnología es una herramienta genial, desde las tablas de piedra en las cuales Dios escribió los Diez Mandamientos hasta las máquinas que enriquecen nuestras vidas. Puede ser también una predisposición, como ilustra la debacle de la torre de Babel. En un tiempo en el que las herramientas tecnológicas están desarrollándose a una velocidad vertiginosa, lo importante es preguntarse cómo está cambiando todo esto tu relación con Dios.