Navegar en internet

El internet puede ser una herramienta de búsqueda útil, un gran recurso para mantenerse en contacto con las personas y un medio eficaz de evangelismo. Sin embargo, también implica ciertos peligros. ¿Cómo se puede ejercer la precaución debida online?

  1. Cuando sea posible, accede al internet en una sala de uso común, e instala software para evitar el acceso a sitios ilícitos. Ejercita el autocontrol y autoprotección.
  2. Programa tu tiempo y establece tus propios límites.
  3. Sé aún más selectivo durante el sábado. No dejes que el internet te impida las horas de comunión con Dios y con la comunidad de tu iglesia.
  4. Nunca reveles información personal como el lugar donde vives, el número de teléfono, la ubicación de tu escuela o lugar de trabajo a personas desconocidas.
  5. No compartas fotos personales o familiares con personas desconocidas.
  6. No permitas que nadie te convenza de hacer algo que te haga sentir incómodo, como por ejemplo compartir fotos potencialmente comprometedoras.
  7. Recuerda que hay una persona real detrás del otro lado de la pantalla. La naturaleza impersonal de las comunicaciones en línea puede alentar a las personas a escribir cosas que resultan insultantes o degradantes. Trata a todo el mundo con respeto y amabilidad, tal como deberías hacerlo en persona.
  8. Recuerda que son las personas quienes controlan los dispositivos, no al revés.

Al navegar el impredecible, y a veces angustioso, mundo virtual, recuerda que Dios nos llama a ser luz para los que nos rodean. Jesús dijo: «Tus ojos son la lámpara de tu cuerpo. Si tu visión es clara, todo tu ser disfrutará de la luz; pero si está nublada, todo tu ser estará en la oscuridad» (Luc. 11: 34, CST). Como Pablo escribió: «Examinadlo todo y retened lo bueno» (1 Tes. 5: 21).