Memorizar la Biblia
¿Hay antiguos versículos de la Biblia que todavía se repiten en tu mente? ¿Parece como si aparecieran justo en el momento preciso? Palabras como estas: «De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado...» de Juan 3: 16. Palabras como: «Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar...» de 1 Juan 1: 9. O también: «Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia...» de Mateo 6: 33.
Cuando la Palabra de Dios llega a formar parte de nuestro ser, las situaciones estresantes, a menudo ponen en movimiento la memoria dada por Dios de una de sus promesas. Estas valiosas palabras traen esperanza y consuelo en momentos difíciles.
El desafío es almacenar estos apreciables pasajes en el corazón. Primero, elije el pasaje a memorizar. Puede ser abrumador mirar sesenta y seis libros y reducirlos a unos tres o cinco versículos. Abrir un libro de promesas de la Biblia puede ser un buen lugar para comenzar, o usar el versículo del día de tu aplicación del móvil de la Biblia. Puedes comenzar con algunos como Filipenses 4: 6, Juan 3: 16, Gálatas 2: 20 o Romanos 6: 23.
Luego, escribe el versículo; de ese modo puedes acceder a él más fácilmente. Elije una tarjeta de 3x5 para memorizar el versículo, haciendo una línea de separación después de cada frase. O añádelo como un recordatorio en tu calendario digital para que aparezca en momentos estratégicos a lo largo del día.
Y ahora, ¡memoriza! Lee los versículos en silencio, repítelos en alto, o quizás puedes cantarlos, ya sea que lo hayas compuesto tú o le hayas puesto música de otra persona. Escribe los versículos en tu diario de oración. Repite y repite durante varios días. Cada día leyendo y concentrándote en los versículos elegidos es un tiempo para llegar a ser como Jesús, escondiendo su Palabra en tu corazón (Sal. 119: 11). Cuando memorizas un versículo, llegas a estar tan familiarizado con él, que aparece sin esfuerzo en el momento justo.