El descanso adecuado

¿Te has preguntado alguna vez por qué duerme la gente? Dormimos porque estamos cansados, sí, pero puede que te sorprenda saber que los científicos todavía no saben por qué los humanos, y solo nosotros entre cualquier otra criatura viviente, dormimos. Creen que beneficia al cerebro, conserva la energía y permite a nuestros cuerpos curarse de las cosas que les hacemos mientras estamos despiertos, pero no están seguros completamente.

Mientras que los científicos se preocupan sobre por qué dormimos, probablemente es una buena idea que nosotros descansemos. Los adolescentes necesitan alrededor de 9,25 horas de sueño, sin embargo, la mayoría duerme aproximadamente dos horas menos de lo necesario. La falta de sueño prolongada en el tiempo puede tener efectos devastadores.

La falta de sueño mantenida en estudiantes puede llevar a la incapacidad para concentrarse, notas bajas, ansiedad y aumento de peso. Puede ser un factor que contribuya al uso y abuso de sustancias, a la depresión y a los pensamientos y comportamientos suicidas. Pero la falta de sueño afecta mucho más que a nuestros cuerpos; también afecta a nuestras vidas espirituales. Cuando estamos necesitados de sueño, es más probable que tomemos malas decisiones (especialmente cuando conducimos). Nuestra habilidad para resistir la tentación también queda comprometida.

¿Qué podemos hacer para obtener el descanso que necesitamos tan desesperadamente? Aquí tenemos unos cuantos consejos para tener un mejor sueño:

  1. Establece horas específicas cada día de cuándo te irás a dormir y cuándo te despertarás. Sigue este horario y tu cuerpo naturalmente comenzará a relajarse poco a poco y a despertarse casi por sí mismo.
  2. Apaga todos los aparatos electrónicos. La luz que producen inhibe el sueño.
  3. Comienza la preparación de tu hora de dormir con tu devoción personal y la oración. No esperes hasta que a penas puedas mantener los ojos abiertos. Tómate el tiempo para contar todo lo que Dios ha hecho por ti ese día, y busca su perdón por los pecados cometidos. Una conciencia limpia te ayudará a dormir mucho mejor (Rom. 12: 1-2).
  4. Trata de estar expuesto, lo máximo que puedas, a la luz solar durante el día.
  5. Evita las bebidas con cafeína y las grandes comidas cerca de la hora de acostarte. Todo esto mantiene el cuerpo despierto mientras intenta digerirlas.

Lo dicho, no importa cuánto descanso físico consigas cada noche, hay un descanso que es, incluso, más importante. Jesús lo ofrece en Mateo 11: 28-29: «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas».

Dios quiere que experimentemos tanto descanso físico, lo que nos aportará una buena salud, como descanso espiritual, lo que nos dará paz mental.