¿Ha ayudado la arqueología a probar la Biblia?

Una y otra vez, la pala de los arqueólogos ha descubierto evidencias físicas que respaldan el trasfondo histórico de la Biblia. Más de cuarenta personajes bíblicos y docenas de sitios mencionados en las Escrituras han confirmado su existencia mediante documentos o artefactos descubiertos por los arqueólogos. Tales descubrimientos han hecho que la Biblia sea el documento antiguo más confirmado por la arqueología. ¿Significa eso que dichos descubrimientos demuestran que la Biblia es la Palabra de Dios? No necesariamente. Sin embargo, demuestran que es un documento históricamente fiable y dan peso a la idea de que se puede confiar en ella.

He aquí algunos hallazgos arqueológicos interesantes:

  1. La inscripción de Esbaal. Encontrada en Khirbet Qeiyafa, situado en el valle de Ela al sur de Israel. Esta inscripción data de los días de Saúl y David, y menciona a un hombre llamado Esbaal, el mismo nombre que uno de los hijos del rey Saúl. Esta inscripción y los nuevos datos encontrados en el yacimiento confirman las fechas de las monarquías de Saúl y David sostenidas por la mayoría de los eruditos conservadores de la Biblia.
  2. La piedra de Pilato. Descubierta en 1961, la piedra de Pilato se refiere a «Poncio Pilato [...] prefecto de Judea», en una inscripción que data de la época en que el gobernador Poncio Pilato administró la provincia romana de Judea. Fue encontrada en las ruinas de Cesarea, una ciudad en el mar Mediterráneo construida por Herodes el Grande, donde se encontraban las oficinas administrativas de la provincia. Debido a que data de la época de Pilato, nos proporciona la autenticación más temprana de la existencia de Pilato como figura histórica.
  3. Evidencia de las campañas de Nabucodonosor y Senaquerib. Las excavaciones en Laquis revelaron una destrucción masiva que data de la campaña babilónica de Nabucodonosor en 586 a. C. (2 Rey. 25). Otra destrucción similar resultó de la invasión de Senaquerib, rey de Asiria, en 701 a. C. (2 Rey. 18, Isa. 36-37). En el yacimiento se han encontrado puntas de flechas asirias y babilónicas y otras armas. La capa que contiene la destrucción asiria resguarda varios de los llamados vasos LMLK, expresión que en hebreo significa «para el rey». Las expediciones anteriores descubrieron más de cuatrocientas jarras LMLK en Laquis, muchas de las cuales datan del tiempo del rey Ezequías.
  4. Los manuscritos del mar Muerto. Descubiertos por primera vez en 1947, los rollos del mar Muerto datan de tres siglos antes de Cristo. Estos manuscritos incluyen partes de todos los libros del Antiguo Testamento excepto de Ester, y son mil años más antiguos que cualquier otro manuscrito bíblico conocido. Las comparaciones más fiables realizadas revelan que el mensaje bíblico ha permanecido sin cambios desde entonces.