¿Cómo puedo saber que el cielo existe?
En un mundo roto que nos roba la paz, el gozo y a los seres queridos, el concepto de cielo nos conforta y da paz. Aun así, ¿cómo podemos saber que la promesa del cielo —la sanación total— es más que una deseada fantasía?
- El testimonio de la Biblia. Los diversos autores de las Escrituras hablan a una voz: el Dios que nos creó no nos dejará abrumados ni desgarrados, sino que restaurará nuestros cuerpos y nuestro mundo según su perfecto diseño original. El discípulo de Jesús, Juan, escribió: «Entonces vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían pasado…» (Apoc. 21: 1). Jesús volverá por nosotros, nos llevará a casa y recreará nuestro mundo.
- Testigos presenciales. Si simplemente Jesús hubiera muerto, sus discípulos no habrían dedicado por completo sus vidas a proclamar que él había vuelto a la vida. El discípulo Pedro testificó: «No os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad» (2 Ped. 1: 16). Los discípulos predicaban con valentía y arrojo porque conocían a Jesús y el poder de su resurrección (Fil. 3: 10). Lloraron su muerte y fueron transformados por su resurrección.
- La promesa de Jesús. Jesús te asegura «No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mi. En la casa de mi Padres muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me voy y os preparo lugar, vendré otra vez y os tomaré a mí mismo, para que donde yo esté, vosotros también estéis» (Juan 14: 1-3).