¿Qué relación hay entre Elena White y la Biblia?

Tal vez deberíamos comenzar aclarando algunos conceptos erróneos. Los escritos de Elena White no son una adición a la Biblia y en ningún sentido toman el lugar de la Biblia. La Biblia es la norma por la que todos los demás escritos deben ser juzgados.

Elena White no quería que la usáramos como la autoridad final. Al contrario, ella deseaba dirigir nuestra atención a la Biblia. Esto lo consiguió de dos maneras. Primero, alentando continuamente a sus lectores a estudiar las Escrituras por sí mismos. Para ello intentó que sus escritos «suscitasen el apetito» con el fin de entusiasmar a la gente a emprender estudios bíblicos serios. En segundo lugar, aplicando regularmente principios bíblicos en todos sus consejos y mensajes. Quería mostrar cuán relevante es la Biblia en todos los tiempos y lugares. Ella era, como decía, «una luz menor para guiar a los hombres y las mujeres a la luz mayor» (El colportor evangélico, pág. 129).

Esto significa que los escritos de Elena White son relevantes para asuntos y temas de hoy. Al mismo tiempo, si bien es de sabios leer sus escritos en busca de consejo, es importante mantener la Biblia en el centro del escenario. Esto no quiere decir que no necesitemos los escritos de Elena White, o que podamos escoger y elegir de ellos lo que queremos. Siendo que ella fue inspirada por el mismo Espíritu Santo que inspiró a los profetas de la Biblia, debemos tomar en serio sus mensajes como procedentes de Dios. Aunque los escritos de Elena White no son iguales a la Biblia, todavía nos siguen hablando