¿Desaparecerán los seguidores de Dios en un rapto secreto?

La mayoría de los cristianos creen en la segunda venida de Jesús, pero tienen una variedad de creencias en el cómo esto ocurrirá. Una doctrina es la que afirma que, antes del regreso de Jesús, todos los creyentes desaparecerán repentinamente en un acontecimiento llamado «el rapto secreto».

Según esta idea, la venida de Jesús ocurre en dos fases. Primero, Jesús viene «invisible» y arrebata a la iglesia para llevarla al cielo. En este punto, los salvados simplemente desaparecen sin rastro. Luego, después de siete años de una «gran tribulación», Jesús vuelve visiblemente a la tierra con poder y gloria. En una «segunda oportunidad», Jesús reúne a los arrepentidos y pone fin a la gran tribulación, al anticristo y al mundo.

Esta teoría contradice la Biblia en muchas maneras. Primero, el concepto de un rapto secreto no aparece en las Escrituras. Incluso algunos ven un matiz de esto en la palabra griega harpazo, que significa ‘llevarse algo por la fuerza’, lo cual no es su significado primario. Pablo usa harpazo en 1 Tesalonicenses 4: 17, donde escribe: «Luego nosotros, los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos». Sin embargo, Pablo sitúa este acontecimiento después de la venida de Jesús en gloria y majestad y después de la resurrección de los muertos, no antes. El Nuevo Testamento describe con consistencia la segunda venida, la resurrección de los muertos y la ascensión al cielo como un solo y mismo evento.

La doctrina del rapto secreto también se apoya en Mateo 24: 40, el cual afirma: «Entonces estarán dos en el campo: uno será tomado y el otro será dejado». Este capítulo describe una venida visible de Jesús (vers. 27), no un rapto secreto. Simplemente enfatiza que este acontecimiento final llega inesperadamente, con el mismo significado que en 1 Tesalonicenses 5: 2 y 2 Pedro 3: 10, en los cuales Jesús viene «como ladrón en la noche». 2 Pedro 3: 10 termina diciendo: «Entonces los cielos pasarán con gran estruendo, los elementos ardiendo serán deshechos y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas». Una descripción tal, difícilmente encaja en la idea de que el mundo continúa otros siete años.

Un rapto secreto también contradice la parábola del trigo y la cizaña en Mateo 13: 24-30, en la cual ambos crecen juntos hasta que son separados al final de la historia, no siete años antes.

Finalmente, en ningún sitio de la Biblia hay un periodo de siete años vinculado al fin del mundo. Los teólogos dispensacionalistas1 explican los siete años de las siete semanas de la profecía de Daniel 9. En una clara profecía mesiánica, Daniel 9: 27 dice que «a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda». Nos señala la muerte de Jesús en la cruz tres años y medio después del comienzo de su ministerio público, cuando «el velo del Templo se rasgó en dos, de arriba abajo» (Mat. 27: 51). La muerte de Jesús completó el sistema de sacrificios, llevándolo a su fin.

Cualquier intento de separar esta «última semana» de las setenta semanas de la profecía de Daniel 9, colocándola al final de la historia, cambia su aplicación de Cristo al anticristo. Traiciona grandemente al sentido original, claro y mesiánico de la profecía.

La esperanza en la Segunda Venida es la esencia de la cristiandad. Jesús volverá para llevarnos a casa de una manera única, audible, visible y triunfante. Será cualquier cosa menos secreta.

1 Los teológos dispensacionalistas consideran que la historia bíblica se entiende mejor como una serie de 7 periodos o dispensaciones en la Biblia: Inocencia, Conciencia, Gobierno Humano, Promesa, Ley, Gracia y Reino Milenial.